Desde nuestro nacimiento, hace ya más de 50 años, no albergamos en nuestros corazones, ni mentes, odios personales contra ninguno de Ustedes, las razones de nuestra lucha son eminentemente políticas, nos ha movido a ella, ideales nobles, de justicia social, de soberanía y patriotismo.
Por lo anterior esta es una causa que no abriga odios ni rencores, sino la búsqueda infatigable de la reconciliación entre todos los hombres y mujeres de nuestro país, en la búsqueda de un futuro de bienestar para todas y todos.
Siempre hemos tenido claro, que las FFAA colombianas no son las principales responsables de la guerra, ellas siempre han cumplido órdenes y los verdaderos responsables de la guerra o del conflicto, que padecemos hace 70 años, son quienes detentan el poder económico y político, empotrados en las altas esferas del régimen dominante, desde los inicios de la vida republicana colombiana.
Recordemos que las Fuerzas Armadas colombianas, en particular el ejército, se forjaron bajo el ideal del Libertador Simón Bolívar, pero desafortunadamente después se le cercenaron esas raíces, se les impuso una doctrina foránea, nacida en el ministerio de guerra (Pentágono) de los Estados Unidos, que las convirtieron en un aparato represor contra su mismo pueblo.
Por todo lo anterior, hoy cuando uno de los capítulos importantes en el proceso de paz, que avanza a pesar de las dificultades, es una evaluación para tratar el problema de las víctimas del conflicto, no podemos olvidar que esos que detentan el poder económico y político, son los verdaderos responsables dela guerra y de las víctimas producidas en ella, en sus siete décadas de existencia.
A este respecto es necesario precisar, que los comandantes en jefe de las FFAA colombianas, son los sucesivos presidentes de la república y que así mismo como ellos nombran a su inmediato subalterno, que es el Ministro de Defensa, éste, de manera directa, da las órdenes, traza las líneas y aprueba los planes para la acción de militares y policías.
Lo anterior, no exime de responsabilidades a las fuerzas combatientes que hemos estado enfrentadas, lo que a su vez no puede perder de vista a los auténticos responsables determinadores del conflicto interno, cuyas causas es indispensable analizar en el proceso de paz, para que el futuro de la patria no retorne jamás a la oscura noche de la guerra y haya la dignidad e independencia verdaderas, que nos fue negada a las actuales generaciones, que sólo hemos conocido los horrores del enfrentamiento fratricida, mientras los grandes capitalistas nacionales y extranjeros se benefician de la sangre y el dolor, que viven los humildes en nuestro territorio y los combatientes en los campos de batalla.