Señoras y señores miembros de las FF AA colombianas:
Respetuoso saludo.
En este mensaje número 5, quiero compartirles varias apreciaciones del ELN respecto de los diálogos en medio del conflicto:
Nuestra delegación para los diálogos con el gobierno y que logró el pasado mes de Julio, acordar dos de los puntos de la agenda que se discute, le ha planteado a la delegación del gobierno, las implicaciones negativas de adelantar el proceso en medio de la confrontación.
Primero se ha sustentado que ello es una postura contradictoria del gobierno, que mientras se habla de paz se hace la guerra y se exacerba en la acción y ante los Grandes Medios, una postura guerrerista que no contribuye a crear el clima en el país y el exterior, que genere confianzas, mientras se discute un camino posible hacia la paz.
El ambiente político que hoy se vive frente al proceso de paz, es contradictorio, de desconfianzas y genera confusiones porque mientras el gobierno habla de querer la paz y dialoga con la insurgencia, pone a funcionar toda su maquinaria de guerra en el propósito de golpear la insurgencia y mostrarle resultados a quienes ven la paz como el aplastamiento de la insurgencia y la derrota de la oposición política, es decir, es una estrategia integral que deja clara la postura contradictoria del gobierno.
Los enemigos de la paz se regocijan con esa política porque les permite seguir acumulando ganancias que siempre les ha dejado la guerra al tiempo que desacreditan el proceso, entre tanto, soldados y guerrilleros siguen dando su vida en los campos de batalla, se sigue causando daños a la población, en particular a quienes viven en los territorios donde siempre ha operado la insurgencia, donde se desarrollas intensas operaciones militares que casi siempre causan más daños a sus pobladores que a la insurgencia misma. De esa manera son mayores los interrogantes que se generan sobre las intenciones del gobierno y los guerreristas, que lo que se acumula para la paz; Dentro de esa estrategia se trabajan matrices mediáticas que pretenden demostrar que la guerrilla no quiere la paz.
Esa estrategia perversa pretende desgastar a la insurgencia, para que esta deponga sus posiciones políticas mientras dialoga. Cabe destacar que tal estrategia es impuesta por el Pentágono, quien acumula grandes ganancias al ser los dueños de la maquinaria de guerra, que venden a Colombia para que los colombianos humildes nos sigamos matando, mientras ellos llenan sus arcas.
Tenemos informes de altas fuente, que dan certezas que es alto el número de oficiales, suboficiales y soldados que no quieren ir a los campos de batalla, muchos son conscientes que mientras ellos son la carne de cañón, quienes que los mandan a la guerra, no son los que dan la vida, sino quienes se benefician del sacrificio y de la sangre que se derrama en los combates.
Desde que se iniciaron los diálogos entre las guerrillas y el actual gobierno, han sido muchas las voces que desde la sociedad colombiana y el exterior, han insistido y sustentado la urgencia de un cese bilateral que genere un ambiente de confianza, tanto en las partes como en el país, para avanzar en el proceso de paz, pero el gobierno ha argumentado que eso es darle ventajas a la insurgencia para reorganizarse y seguir la guerra.
El anterior argumento es fácilmente rebatible, pues si se llegara a ese acuerdo, las partes deben someterse al escrutinio de organizaciones designadas tanto del país como de la Comunidad Internacional para que lo acordado se cumpla a plenitud y caiga el peso necesario a quien lo incumpla, por lo anterior el argumento del gobierno y los guerreristas pierde todo su peso.
El estudio de los procesos de paz exitosos enseñan que una vez iniciadas las conversaciones, debe haber un ambiente favorable que lo promueva y que las partes deben ser ejemplares en ello. Eso exige modificar el trato y lenguaje, así como la creación de antecedentes entre las partes, como el cese bilateral de fuegos y hostilidades.
La insurgencia ha estado en la disposición de pactar un cese bilateral, pero no encontramos la reciprocidad del gobierno.
Por lo anterior llamamos a todos los miembros de las fuerzas armadas a sumarse a ese esfuerzo, así como a todos los amantes de la paz en Colombia y el mundo.
No es coherente a estas alturas del proceso, que se siga argumentando por parte del gobierno, la mal llamada estrategia de dialogar en medio del conflicto, eso solo sirve a los enemigos de la paz y va minando la seriedad del actual proceso de paz entre el gobierno y la insurgencia.
El ELN reitera la urgencia de un cese bilateral de fuegos y hostilidades y si ello se diera, considera obligatorio que las partes tengan toda la disposición de someterse a la vigilancia de la comunidad nacional e internacional para que los compromisos se cumplan a plenitud; esta es hoy una obligación política y moral y de esa manera se le daría solidez al proceso de paz.
Atentamente,
Nicolás Rodríguez Bautista
Primer Responsable del Ejército de Liberación Nacional (ELN)