La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, septiembre 9 de 2014
TODOS POR LA PAZ
Impulsados por la esperanza de construir una Nueva Colombia con justicia social, democracia y soberanía para todos, como pueblo en armas hemos emprendido un camino de diálogo que aspiramos llevar hasta la firma del Acuerdo Final que abra las puertas de la reconciliación nacional y la paz.
No pocas han sido las dificultades y las incomprensiones, sobre todo generadas desde sectores que no creen o no tienen fe en el proceso, sea por desconocimiento de lo que estamos construyendo, o sea por el lamentable error de pensar que los problemas y la inconformidad social se pueden resolver anegando en sangre el suelo patrio, o porque se han aferrado a la inútil veleidad, de que prolongando la confrontación, mantendrán oculta su responsabilidadde haber empujado al país al infierno de la guerra,el saqueo y la miseria.
Nada constructivo trae ser indiferente o ser enemigo de la paz. Perder esta posibilidad de diálogo que nos ha brindado la historia, sería una insensatez que no perdonarían nuestros hijos y las generaciones que están por venir.
Luego de 28 ciclos de trabajo persistente con el gobierno, al que enfrentamos por múltiples razones conocidas, pero que es la contraparte principal que se requiere para lograr el armisticio que es el preludio de la reconciliación, queremos reiterar que para nosotros la paz es un asunto de la sociedad en su conjunto, y que es entre todos los colombianos y colombianas que tenemos que construirla. Por ello deseamos ahora, con mayor determinación que nunca, invitar a todas las personas, colectivos, comisiones, políticos, magistrados y parlamentarios, dueños y directores de medios, al gobierno de los Estados Unidos, empresarios y banqueros, académicos, organizaciones sociales y movimientos políticos, que aún no se sienten comprometidos con la búsqueda de la paz por la vía de la solución política, a deponer animosidades, a resolver inquietudes y desconfianzas y a reunir esfuerzos, para que la Colombia del presente y del futuro, sea el escenario del buen vivir de quienes, más allá de las diferencias ideológicas, políticas y de cualquier otro tipo, somos hermanos de patria.
En consecuencia,la Delegación de Paz de las FARC-EP,invita, especialmente a quienes se sientan enemigos de este proceso que nos ha puesto a soñar una Colombia donde no haya lugar para la confrontación fratricida, y sí para el debate respetuoso de las ideas y visiones de país,a venir a La Habana para ponernos de acuerdo sobre el destino en fraternidad que merece nuestra tierra comunera.
Como dijera nuestro comandante Jacobo Arenas, el destino de Colombia no puede ser el de la guerra.