Manifiesto a la Nación Nº 4

A Carlos Montemayor, In memoriam.

MANIFIESTO A LA NACIÓN No 4

A 40 años de la caída en combate del Comandante Lucio Cabañas Barrientos, Profesor egresado de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, México.

A los pueblos del mundo
A los movimientos sociales
A los presos políticos
A las organizaciones guerrilleras
A nuestros muertos
A los desaparecidos, donde quiera que se encuentren
Al pueblo de México:

Las desapariciones forzadas, las detenciones y consignaciones arbitrarias, las provocaciones policiacas y las masacres perpetradas por el Estado criminal, han sido elementos recurrentes en la historia de la injusticia en México.

Lo que no había ocurrido hasta hoy es el tamaño de la indignación y la protesta social, suscitadas por la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas y el asesinato de 6 personas. No olvidemos que entre estas víctimas un joven fue desollado.

Nunca como ahora la percepción social y el juicio popular, frente a hechos como éste, había sido tan clara y firme: ¡Fue el Estado!

La vida transcurre sobre el trasfondo del genocidio y el exterminio social que las mafias provocan en su lucha por el control de territorio y mercado. Han convertido la guerra en norma ¿Cuántos muertos más brotarán de las fosas en México?

Una lógica contraria a la vida y la libertad nos consume. Hoy, quizá más que nunca, lo valioso es seguir alzando la voz, reconstruir el tejido social y cultivar el arte de la resistencia. Eso incrementará la fuerza, el poder crítico y libertario, que está resurgiendo en la sociedad.

En el contexto de esta guerra, tomar calles y plazas públicas por estos agravios incomprensibles es fundamental. No sólo como manifestación de indignación, sino también para mirar a otros que la comparten, para generar confianza y vínculo entre nosotros, aprendiendo a dialogar, a escucharnos, a generar acuerdos, a crear mecanismos que tengan un efecto a mediano y largo plazo.

Desde el dolor, la impotencia, la rabia y el miedo, han de surgir la solidaridad, la esperanza, la unión y la transformación. Resquebrajemos juntos los muros de la indiferencia.

Cobra fuerza la necesidad de una sociedad con formas de gobierno distintas a las vigentes. Resurge la discusión sobre el uso de las armas. Lo determinante será que nadie se quede callado o con las manos cruzadas. Todas las formas de lucha deben parar la impunidad y la prepotencia gubernamentales.

Puesto que toda la información legal es pública y sirve a las estructuras del Estado criminal, es indispensable proteger y protegerse para alcanzar nuestros objetivos. La vigilancia compromete nuestros planes.

El gobierno nos construye como criminales y utiliza procedimientos extralegales para exterminarnos, obedeciendo la dinámica del capital y las disposiciones empresariales. Los gestos del poder son de irritación y desprecio cuando nos negamos a reproducir, en automático, el comportamiento ciego y sordo que mantiene el actual estado de cosas.

Enmascaramos la revolución, sin olvidar el propio rostro, para crecer de manera oculta y silente. La consigna es preservar la vida y la libertad. Es necesario organizar y fortalecer, de común acuerdo, la autodefensa y el desarrollo de nuestras familias, amigos y colectivos.

Prefiguramos con la palabra, materializamos con la acción. Grande o pequeña, cada una carcome el orden existente. Quien se transforma, transforma. La clave es el comportamiento crítico que nos articula y hace vacío a la dinámica absurda del capital.

Es indispensable construir esperanza y confianza para organizar una resistencia duradera y una exitosa rebeldía. Necesitamos memoria y experiencia, tanto como imaginación y juventud.

No podrán borrar nuestra existencia, ni arrojándonos al mar ni tirándonos al río. Los crímenes de Estado no nos detendrán. El continuum de las prácticas de exterminio contra la disidencia política debe ser frenado.

Padres de familia:

La desaparición de sus hijos nos ha provocado un inmenso dolor. Estos hechos evidencian la violencia de Estado que hemos sufrido todos en diferentes grados. Estamos convencidos de la necesidad de romper esta cadena de agravios que nos somete. Nuestra solidaridad con ustedes es real, sincera e incondicional. No están solos.

Somos una coordinación de organizaciones armadas revolucionarias dispuestas a actuar y a responder al llamado de los tiempos y del pueblo. ¡Cuenten con nosotros!

¡Los desaparecidos nos hacen falta a todos!

Saludamos la protesta social y la reacción de las y los jóvenes. Ustedes han develado el grado de descomposición de la clase política y, sobre todo, han abierto nuevas posibilidades en la prolongada lucha por la transformación social profunda.

A las organizaciones guerrilleras de nuestro país y del mundo, con respeto, les decimos:

Si el reclamo de justicia por las vías legales sigue siendo objeto de represión, cárcel y muerte es nuestro deber revolucionario golpear a los señores del poder en donde les duele: su dinero, sus inversiones, su capital.

¡Por la unidad y la emancipación del pueblo!

COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA LIBERTAD

Diciembre 2 de 2014