A 31 AÑOS DE LA IRRUPCIÓN DIGNA Y LIBERTARIA DEL FPMR
“…Hoy heredamos un nuevo desafío, como dice un historiador, para probarnos como sujetos portadores de sentido crítico, conciencia histórica y voluntad revolucionaria.
Pensemos este presente con la memoria limpia (no traicionada) como armadura ética indispensable para resistir a la tiranía del mercado.
Pensemos este presente con la memoria entera (que nada olvida) como condición necesaria para imaginar nuestras utopías.” Mauricio Hernández Norambuena “Ramiro”, octubre de 2011.
Al cumplirse 31 años desde la irrupción del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y del Rodriguismo, saludamos a los compañeros y compañeras que en Chile y el continente siguen empeñados en la búsqueda de los caminos que permitan plasmar los sueños de generaciones de luchadores que desde el momento mismo de la “Conquista de América” ha resistido y luchado por condiciones de vida justas y dignas para los pueblos.
El rescate histórico del FPMR como alternativa de lucha implica emular el ejemplo de todas y todos los que dieron lo mejor de sí, como expresión de una ética y una moral combativa que constituye parte esencial de la identidad rodriguista, pero también del aporte que la experiencia del Frente representa para la lucha popular de ayer y de hoy: el internacionalismo como pilar fundamental en el nacimiento mismo de esta alternativa, el componente militar que enriquece la lucha popular, la búsqueda, luego de 1987, de una perspectiva político-militar tanto en el tipo de organización como en la estrategia a seguir en la lucha por el Poder Popular y el Socialismo.
El rescate histórico, la mística, no deberían reducirse solamente a cuestiones formales, litúrgicas o hasta estéticas que suelen verse en este tipo de conmemoraciones, sino principalmente esforzarnos por desarrollar esos aspectos generales en cuanto Proyecto y Organización. Tenemos el imperativo moral, histórico, de contribuir a las luchas de un pueblo movilizado por los cambios, esa es la dimensión de nuestra responsabilidad política con el presente y el futuro. La situación mundial está más nítida que nunca; son los intereses de los ricos y poderosos del mundo en todo su arco iris, los que imponen a escala planetaria sus modelos económicos, políticos, sociales, contando con la imposición de conciencia que son los medios de comunicación masivos y su cultura de enajenación y dominación. Este sistema que se impone por la fuerza, con matanzas impunes y estados policiales más consolidados, pero a la vez la situación de los pueblos en su diversidad de organización y formas de movilización se están expresando también a nivel mundial, pues este sistema de vida que nos han impuesto es insostenible.
Ese es en resumen nuestro desafío de hoy y mañana, dar continuidad a un proyecto que sigue más que nunca vigente, y este aniversario debería ser un momento en que hagamos una reflexión de fondo acerca del periodo que nos toca vivir, cómo damos los pasos necesarios para levantar una organización a la altura de los combates que se avecinan. Todas las dificultades, obstáculos, incapacidades o ignorancias colectivas e individuales con las que hemos debido convivir en este empeño, se verán compensadas en la medida que demos pasos efectivos y concretos en esa dirección.
La historia que tenemos que rescatar es la de los pueblos originarios en sus resistencias territoriales, la de los negros por romper con la esclavitud, las luchas obreras, mineras y campesinas, las estudiantiles, poblacionales, rebeldes, antiimperialistas y revolucionarias. La única patria como concepción de fondo a reivindicar, es la unidad de los pueblos.
Esta opción nos determina el contenido y dirección que tiene nuestro camino político, el principio básico de nuestro proyecto con la construcción del poder popular y un proyecto continental. Sólo con el poder de los pueblos, de los trabajadores, con autonomía e independencia de clase, se puede construir una alternativa real al capitalismo en todas sus formas.
Nuestro pensamiento político tiene que superar la visión táctica y estratégica de la izquierda tradicional en el sentido de acumulaciones de fuerza por fases, en los marcos que imponen las instituciones y el estado policial. También las definiciones ideológicas o los formulismos y esquemas que nos encasillan y limitan el desarrollo. Ello incluye la posición consecuente contra la institucionalidad, sus mecanismos eleccionarios y conceptos de participación y legitimación, pues una cosa son los espacios de legalidad y elecciones que se le va dejando a la población para descomprimir como vías de escape las presiones e injusticias cometidas contra esta, y otra que una organización revolucionaria no clarifique qué está poniendo por delante a la hora de enfrentar los mecanismos que genera el enemigo para cooptar, anular o desgastar a la fuerzas que se oponen al sistema, cayendo en la desesperación o el entreguismo ante políticas que se supone estamos llamados a combatir.
Hay que asumir la defensa política de los proyectos de resistencia armada, pues son acumulados y patrimonio de los pueblos, especialmente de la guerrilla colombiana, la cual está en una guerra contra el Estado militarmente más poderoso del continente, enfrentando a la vez la nueva arremetida norteamericana donde las fuerzas guerrilleras son el objetivo táctico inmediato. Así como en Chile lo son los sectores mapuches más radicales y aquellos que están impulsando la actividad armada en cualquiera de sus formas.
En este nuevo aniversario, saludamos la consecuencia y la dignidad del Comandante Mauricio Hernández Norambuena “Ramiro”, quien resiste las inhumanas condiciones de encierro en Brasil, y para quien no aspiramos otra cosa que su LIBERTAD como ha sido siempre en nuestra organización. La única vía posible por ahora, y por la que hay que trabajar, es el refugio político a un tercer país que dé asilo a nuestro compañero.
El mejor homenaje a tantos y tantas que dieron su vida y libertad será la acción, la reflexión y la construcción del rodriguismo como alternativa de lucha revolucionaria. Para recorrer con seriedad esta senda hay que asumir que esta última etapa ha estado marcada por todas las tendencias y síntomas negativos y hasta nefastos, del agotamiento de un tipo de conducción y construcción del proyecto político del Frente, situación que quiso ser aprovechada por sectores que de manera oportunista y traidora buscaron liquidar al FPMR como opción revolucionaria integral para convertirlo en un vagón de cola más de proyectos reformistas o personalistas. Por eso, si hablamos en serio de emular a los combatientes ejemplares sabremos que debemos, tal como ellos lo hicieron, hacer el mejor esfuerzo en condiciones adversas por buscar los caminos para reconstruir el proyecto y la organización por el que tantos hermanos y hermanas dieron su vida y su libertad.
Es un deber no sólo con nuestra historia sino fundamentalmente con la realidad de un pueblo que se moviliza por su dignidad. Así que, con entusiasmo y perseverancia, el rodriguismo ya se rearma, en conjunto con otras organizaciones hermanas de Chile y el Continente, con quienes levantamos un proyecto de fuerza y unidad.
CONSTRUYENDO FUERZA Y UNIDAD CONTINENTAL
HASTA VENCER O MORIR