FRENTE DE MASAS PARA CONFRONTAR AL GOBIERNO Y EL REGIMEN
En momentos de agudización de la crisis del capitalismo, se requiere organizar a las masas y movilizarlas para arrancarle al gobierno reivindicaciones conducentes a un mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo de campos y ciudades.
Hay motivaciones más que suficientes para emprender este reto por parte de los sectores democráticos, progresistas, de izquierda y revolucionarios.
La ofensiva económica, política y militar del gobierno y el régimen contra el pueblo y los trabajadores no cesa; se expresa en el terrorismo de estado, en la violación de los derechos humanos y con la implementación de medidas económicas que buscan descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo.
Es evidente el incremento de las protestas y luchas sociales como consecuencia de la pobreza, la desigualdad social y el desempleo. A pesar de que el gobierno y el régimen pretenden contener las luchas impulsando la conciliación de clases para tranquilidad de los explotadores disfrazándola de “lucha por la paz” con la contribución del oportunismo de derecha, implementando medidas demagógicas asistencialistas y una ofensiva ideológica para lograr la cooptación de dirigentes y organizaciones sociales pero no ha obtenido mayores resultados porque la crisis es profunda y agobia al pueblo colombiano.
De allí que las respuestas de lucha se van extendiendo cuando los trabajadores del petróleo y el carbón rechazan con ahínco y decisión los recortes de personal y el desconocimiento de las garantías, derechos y conquistas labores; lo propio hicieron los trabajadores estatales en su Encuentro Nacional; los mineros llaman a participar del paro nacional para fines del mes de febrero; el magisterio se prepara para presentar un pliego y realizar un paro nacional con el apoyo y participación de la comunidad educativa para defender la educación pública; las organizaciones partícipes de la “Cumbre agraria, campesina, étnica y popular” exigen respuestas a su petitorio y preparan acciones de lucha en varios departamentos; destaca la importancia de las luchas por la consulta previa de las comunidades negras, afrocolombianas y raizales, que al igual que los indígenas enfrentan los nocivos impactos de los megaproyectos minero-energéticos y de obras de infraestructura; siendo largo enumerar los conflictos de las comunidades urbanas que reclaman al gobierno soluciones prontas.
A pesar de los acuerdos entre el gobierno y parte de la insurgencia, no se ven ni se vislumbran resultados tangibles benéficos para las mayorías del pueblo a corto, mediano y largo plazo, lo que viene generando pérdida de credibilidad de las masas en esos diálogos. Pero además, se expide una legislación terrorista, se sigue incrementando el presupuesto militar y armando al país para la guerra, demostrando así que el gobierno no está interesado en la paz con justicia social.
Ni el presupuesto aprobado para el 2015 con una des financiación inicial de 12.5 billones de pesos, ni el Proyecto de Plan Nacional de Desarrollo, que cuenta con el visto bueno del CONPES social, que con relación al anterior plan sufrió un recorte de 90 billones de pesos, son medidas que garantizan el cumplimiento de los acuerdos firmados con parte de la insurgencia y con sectores sociales que han arrancado conquistas en las negociaciones de pliegos.
A lo anterior se suman los anuncios gubernamentales de más gravosas reformas en los temas tributario, pensional y laboral que van en detrimento de los derechos de los trabajadores y el pueblo. Estas medidas y anuncios exacerban los ánimos de los trabajadores y el pueblo, al tiempo que tienden a generalizar las acciones masivas confrontando estas medidas.
Ante esa situación los demócratas y revolucionarios tenemos el reto de unificar fuerzas para intensificar la lucha de masas construyendo formas organizativas de carácter político y social que –en los planos nacional, sectorial y regional— nos permitan avanzar en la coordinación y unificación de estas luchas hacia la conquista de una verdadera apertura democrática con la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente de composición y contenido democrático al servicio de los intereses populares, al tiempo que elevamos la lucha por un gobierno democrático, patriótico y popular.
En ese marco de lucha por el bienestar, la soberanía, los derechos y libertades políticas en estos momentos es imperativo levantar consignas como la suspensión de los pagos y moratoria de la deuda externa; rechazo al incremento de impuestos para los pobres y gravar con impuestos directos a los ricos eliminando las excepciones; reivindicar el alza general de salarios y congelación de los productos de la canasta familiar; rebaja del precio de los combustibles (gasolina y ACPM); incremento del gasto social; rebaja de las tarifas de los servicios públicos y exigir que el consumo de agua mínimo vital sea gratuito.
Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista)
Secretariado Nacional