La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, febrero 20 de 2015
La aprehensión por la Fiscalía colombiana del misionero estadounidense, Martin Stendal, bajo el cargo de rebelión, es un falso positivo judicial que clama al cielo.
Deja mucho que desear la inteligencia de la policía de Cundinamarca al confundir evangelización con rebelión. El arma de Stendal es efectivamente una biblia, como bien precisa su abogado, y su prédica es la reconciliación entre hermanos. Cualquier integrante del tan repudiado cartel de los testigos podría confirmar que este ciudadano siempre predicó la paz entre los contendientes armados y no armados, incluyendo a insurgentes, ejército y paramilitares.