La excluyente Comisión Asesora

La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, marzo 18 de 2015

LA EXCLUYENTE COMISIÓN ASESORA

Desde las FARC-EP siempre hemos saludado las distintas iniciativas de incorporar diversas fuerzas que contribuyan a facilitar caminos para encontrar las claves de la paz con justicia social y la reconciliación de los colombianos. Por eso,inicialmente vimos con expectativa el anuncio gubernamental de crear una Comisión Asesora de Paz, entendiendo que en ella tendrían asiento todas las fuerzas interesadas en hacer aportes al empeño de terminar más de 50 años de guerra en nuestro país.

El hecho de que personalidades de la vida nacional que habían expresado resquemores e incluso franca oposición a los diálogos de La Habana, hayan aceptado integrar una comisión asesora, es, a nuestro modo de ver, una muestra fehaciente de que los anhelos de paz de todos los colombianos tienen la fuerza y la credibilidad suficiente como para que ningún sector de la vida nacional se quede por fuera de ella.

Pero, aunque, se trata de una comisión nombrada unilateralmente por el gobierno para que lo asesore, lo que sorprende es la ausencia de diversidad en su conformación.

Con excepciones destacables, ella es un espejo de todas las formas de exclusión política y social que ha padecido Colombia a lo largo de su vida republicana. Debemos subrayar que es esa costumbre inveterada de la clase dirigente colombiana de excluir a los sectores populares de la representación nacional, la causa central de la violencia, de la pobreza y de la marginación social que ha padecido nuestro pueblo a lo largo de décadas.

¿Por qué entonces, si se supone que el gobierno representa a la nación y no solo a una parte de ella, el presidente Santos no se decide por incluir a las nuevas fuerzas políticas y sociales que hoy conforman la escena nacional?

¿Por qué no hay en su Comisión Asesora, voceros de la Cumbre Agraria, organización que representa al 80 por ciento del campesinado colombiano? ¿Por qué tan limitada representación del movimiento sindical, la ausencia del movimiento estudiantil, de las organizaciones étnicas, de las agremiaciones femeninas, de los ambientalistas, o del Frente Amplio que lo ayudo a reelegir?

¿Por qué? en fin, la ausencia del país real que está esperando salir de sus largos años de soledad y olvido.

Entonces, ¿para que fue creado el Consejo Nacional de Paz? ¿Lo crearon para desconocerlo?

A esa mesa le hace falta más de una pata. Hacemos un nuevo llamado a que los diálogos de paz de La Habana se llenen de voces diversas, que enriquezcan sus contenidos y alumbren con su sabiduría milenaria los caminos de la nueva Colombia.

A un así, ojala esa Comisión Asesora le aconseje al gobierno retirar toda esa maleza jurídica que nos está enredando la solución política y le sugiera convenir ya, el cese bilateral de fuegos que con reiterada insistencia han pedido las víctimas del conflicto para aliviar tanto dolor y sufrimiento que causa está cruenta guerra.

DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC EP