El desenlace político del conflicto armado en El Salvador quedo configurado en los Acuerdos de Paz, suscritos entre el gobierno que preside Alfredo Cristiani y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Esto ha dado lugar a diversas interpretaciones de fuerzas políticas nacionales y de políticos de distintas latitudes, quienes observan el desenvolvimiento del proceso en su conjunto.
Dado lo peculiar de todo el proceso y de las particularidades del tiempo en que se lleva a cabo, surge una serie de interrogantes: ¿A que dará origen la aplicación de los acuerdos? ¿Se cumplirán o no? ¿Cuál será la conducta de un movimiento revolucionario que mostró dominio simultaneo de lo militar, capacidad política y diplomática? ¿Qué fisonomía tendrá e! FMLN una vez tiene la posibilidad de ser partido, será un sólo partido o se fraccionará?
En esta situación, a la orden del día se coloca la actuación de todo el FMLN y de cada uno de sus partidos integrantes, a sus redefiniciones y a sus reafirmaciones.
Y los mismos partidos se abocan a realizarlas.
Este es el contexto en que se realizó el pasado 28 de marzo, la celebración del 62 Aniversario de fundación del Partido Comunista de El Salvador, PCS, la organización más antigua dentro de las cinco del FMLN.
Schafik Handal expresó en el discurso central de dicha celebración la posición del PCS en distintos campos: la religión, la propiedad, la militancia y el socialismo. Por considerar que es un aporte a este proceso entregamos ese discurso en una versión corregida.
En este contexto y como parte del mismo proceso, se da la redefinición de relaciones del PCS y el UDN, partido legal en el cual los comunistas participaron durante décadas.
Anexamos los comunicados oficiales que ambos partidos hicieron públicos para anunciar la decisión de separarse.
Ediciones Alternativa
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LA HUMANIDAD TIENE DERECHO A ALGO MEJOR
DISCURSO DE SCHAFIK JORGE HANDAL PRONUNCIADO EN OCASIÓN DE LA CELEBRACIÓN DEL 62 ANIVERSARIO DEL PCS
PCS EMERGE A LA NUEVA LEGALIDAD QUE GENERAN LOS ACUERDOS DE PAZ
Nos encontrarnos reunidos para celebrar el año 62 del Partido Comunista de El Salvador, 62 años de vida en la ilegalidad y la clandestinidad, que ahora llegan a su final.
Nos encontramos, por eso, reunidos también para festejar nuestra emergencia a la vida abierta, pública, nuestros pasos finales hacia la plena incorporación, junto con todo el FMLN, del cual orgullosamente formamos parte, a la nueva institucionalidad y legalidad que los Acuerdos de Paz están generando.
Agradecemos de todo corazón a todos los que nos acompañan hoy con su significativa presencia en este acto, que consideramos trascendental para nosotros y para el país.
El Partido Comunista es el partido más antiguo de El Salvador; el más perseguido, durante más tiempo, al cual se intentó una y otra vez hacer desaparecer, incluso por medio del exterminio de sus dirigentes y militantes. Sobrevivió sin rehuir su deber de luchar por sus ideales de democracia y socialismo, frente a la dictadura militar inaugurada en diciembre de 1931 para asfixiar estos ideales, la misma que está llegando ahora a su fin.
Nuestra decisión de abandonar la clandestinidad y saltar a la legalidad, expresa la convicción de que la puerta hacia la democracia, que abrieron la larga guerra popular revolucionaria y los Acuerdos de Chapultepec, no podrá volver a ser cerrada, porque la mantendrá abierta el pueblo salvadoreño, pase lo que pase, cualquiera sea la nueva cuota de heroísmo que sea necesaria.
Este salto hacia la legalidad expresa nuestra voluntad de paz, nuestro compromiso con la democracia, nuestra confianza en la entereza y firmeza propias, nuestra total confianza en la capacidad y la fortaleza de la unidad revolucionaria expresada en el FMLN; nuestra total confianza en la inagotable devoción de los salvadoreños a la libertad; nuestra confianza en todas las fuerzas democráticas y su madura capacidad de entendernos y echarnos juntos en la balanza del destino nacional a favor de la libertad, la justicia y el progreso social; nuestra confianza en el comprometimiento de la comunidad internacional con los Acuerdos de Paz y en la activa solidaridad entre los pueblos de nuestro planeta.
Así es como los comunistas deseamos siempre emerger a la legalidad, como fruto de la lucha del pueblo salvadoreño por la democracia, lucha en la cual nuestro partido siempre estuvo inmerso, aportando lo mejor de su pensamiento y energías, su voluntad inquebrantable de llegar a la meta y su sangre, siempre que fue necesario.
Por eso rechazamos en más de una ocasión la legalidad que se nos ofreció como soborno.
EL VIRAJE A LA LUCHA ARMADA
El PCS, en 1977, inició un difícil pero indispensable viraje para unirse a sus hermanos revolucionarios en la lucha armada, después de once años de lucha junto a todos los demócratas, buscando alcanzar la democracia mediante las elecciones, frustrada una vez tras otra por los grandes fraudes, cada vez más descarados, a que recurrió la dictadura.
La masacre en la Plaza Libertad, el 28 de febrero de 1977, contra el pueblo que demandaba respeto a su voluntad expresada en las urnas electorales, agotó objetivamente para la mayoría ciudadana las posibilidades de esa vía bajo la dictadura. Era necesario para nosotros asumir aquella verdad y así lo hicimos. Fue un tránsito difícil.
El Golpe de Estado, el 15 de octubre de 1979, fue la última oportunidad de evitar la guerra civil, abriéndole a la nación la posibilidad de hacer un gobierno de consenso, que uniera a la sociedad civil y a la juventud militar en la obra de la democracia y la reforma socio económica del país. Pero esta oportunidad fue ahogada por la más bestial ola de matanzas, desaparecimientos y crímenes políticos, realizados por las mismas fuerzas de la dictadura que cerraron antes el camino civilizado de las elecciones.
El viraje del PCS hacia la lucha armada se consumó, aportó a la unificación de las fuerzas revolucionarias armadas y, más ampliamente, se unió en la Coordinadora Revolucionaria de Masas y en el Frente Democrático Revolucionario (FDR) con las demás fuerzas democráticas.
Cumplimos con nuestro deber y nuestro compromiso durante la guerra popular revolucionaria; nos enorgullecemos de la calidad combativa y del elevado heroísmo de nuestras Fuerzas Armadas de Liberación (FAL).
Aportamos a la negociación y la concertación de los Acuerdos de Paz, junto con nuestros hermanos del FMLN.
EL SOCIALISMO SIN DEMOCRACIA ES LA MUERTE DEL SOCIALISMO
Nuestros propósitos durante la participación electoral de once años (1966-77), durante la guerra revolucionaria, durante la negociación, y nuestros propósitos ahora, en el esfuerzo por el cumplimiento cabal de los Acuerdos de Paz, han sido y siguen siendo los mismos: el logro de la democracia, la justicia y el progreso social.
Nuestra meta histórica del socialismo es inseparable de la democracia, de la libertad, la justicia y el progreso. Nunca la concebimos de otra manera.
Separar el socialismo de la democracia, como se ha visto, es la muerte del socialismo.
Desde la firma de los Acuerdos de Paz en Chapultepec hemos iniciado un nuevo y también necesario viraje en nuestras formas de lucha y organización.
Estamos transitando hacia constituirnos, como parte del FMLN, en partido político legal. El FMLN será un partido frentista, portador de la unidad en la diversidad revolucionaria; un partido democrático integrado por cinco partidos democráticos, en lucha por la democracia.
El Partido Comunista de El Salvador ha recorrido sus 62 años de existencia luchando de manera consecuente por los ideales de democracia y socialismo, bajo las condiciones más adversas de una dictadura implacable.
LOS SUJETOS CAUSANTES DE LA GUERRA
La ausencia de la democracia durante tantos decenios ha sido impuesta a la nación por esa dictadura militar, durante mucho tiempo instrumento de una oligarquía inmóvil en un pensamiento correspondiente a los siglos anteriores.
Estos han sido los sujetos causantes de la falta de libertad y de justicia, no hemos sido los comunistas, ni el socialismo, ni el comunismo. Son ellos los que deben responder por esa tragedia nacional que desembocó en una larga y dolorosa guerra; nosotros hemos dedicado nuestras vidas como personas y la vida de nuestro querido Partido Comunista, a luchar por la democracia, por la libertad, por la justicia. Por esa conducta debemos ser juzgados, nunca nos hemos apartado de ella, y por ella respondemos.
Es bueno repetir por eso que no pensamos cambiar el nombre de nuestro partido, no tenemos nada de que avergonzarnos, ni de que ocultarnos detrás de otro nombre. Aquí, en El Salvador, son otros los causantes de los crímenes masivos, de los desaparecimientos masivos, del aplastamiento de la libertad y de mantener en la extrema pobreza a la mayoría de este pueblo excepcionalmente laborioso, que puede darse con su trabajo una vida digna, que no es pobre porque no quiera ni sepa trabajar, sino se le hace más pobre cuanto más trabaja. Repito, los responsables de todo esto no somos los comunistas, son otros.
Nosotros hemos luchado y lucharemos siempre por cambiar esta situación, nuestras filas están formadas por las víctimas en rebeldía y no por los victimarios.
Si hay comunistas que en otros países deban dar cuenta por actos contrarios a la libertad y a la persona humana, esa cuenta corresponde cobrársela a ellos.
RENOVACION Y DEFENSA: LINEA DE DESARROLLO
PARTIDARIO
Cosa distinta es asumir que los comunistas y toda la izquierda estamos ante la perentoria necesidad de renovar nuestro pensamiento, organización, estilos y métodos; replanteamos el diseño de metas y modelos socialistas; de los caminos y estaciones intermedias; de las formas y ritmos de las transformaciones sociales y la marcha hacia esas metas.
El Partido Comunista ha iniciado este esfuerzo renovador. Entendemos que sin renovarnos no podríamos cumplir nuestro profundo e histórico compromiso con el pueblo trabajador, con la democracia y con el progreso, perderíamos la razón de nuestra existencia, dejaríamos de existir.
Nosotros partimos del firme principio de que nuestra renovación debemos realizarla defendiendo lo que somos, lo que hemos hecho y los ideales que sustentamos; renovación de nuestro partido y defensa de su existencia, de su naturaleza combativa, de su comprometimiento con el pueblo trabajador, de su vocación unitaria y de su capacidad de promover amplias alianzas por la democracia y los cambios avanzados. Renovación y defensa, defensa y renovación. Esta es hoy nuestra principal línea de desarrollo partidario.
Porque somos revolucionarios debemos renovarnos; porque luchamos por la democracia, debemos practicar y desarrollar la democracia al interior de nuestro partido; porque mantenemos el socialismo como nuestro programa histórico debemos rediseñarlo de manera que corresponda a la naturaleza humana, a los intereses de la sociedad en conjunto, a las proyecciones del desarrollo social.
El PCS reformará sus estructuras orgánicas y su mentalidad para hacer más democrático su propio funcionamiento y toma de decisiones. Tenemos a favor de esta renovación el largo historial de lucha por la democracia y el hecho de que entre nosotros nunca arraigaron algunos dogmas ideologicistas.
NUNCA CONVERTIMOS EL ATEISMO EN LEY PARTIDARIA
Por ejemplo, ni en nuestros Estatutos, ni en nuestra práctica partidaria se hizo nunca discriminación contra las creencias religiosas, nunca convertimos el ateismo en ley partidaria, en nuestra filas militan personas activas en todas las iglesias existentes en nuestro país y nos enorgullecemos de ello.
Como parte de la renovación de nuestras estructuras orgánicas nos disponemos a modificar el concepto de pertenencia al partido, abriendo nuestras filas a vínculos flexibles, que vayan desde los más exigentes que corresponden a los militantes, hasta los más simples correspondientes a los que se limiten a darnos su voto, pero abriendo para todos ellos instancias, canales y mecanismos que les permitan expresarse e influir con sus opiniones en la conducta y las decisiones del partido.
En el esfuerzo por renovarnos partimos también del análisis crítico del modelo de socialismo que se derrumbó en Europa Oriental y la Unión Soviética y del análisis del desenvolvimiento del capitalismo en el siglo que está terminando.
El modelo que se derrumbó fue un “Socialismo de Estado”, en el que la propiedad de los medios de producción y de la economía en conjunto, el partido del socialismo, los medios de comunicación social, pertenecían al Estado.
EL ESTADO, DUEÑO DE TODO, GENERO UN SISTEMA SIN DEMOCRACIA
El Estado, dueño de todo, generó un sistema político sin democracia, sin espacio para la iniciativa, la crítica y el control de la base social, un sistema económico no competitivo, que le impuso el estancamiento y el crónico retraso tecnológico, lo mismo que el abandono y deterioro de los servicios sociales, que durante una parte considerable de su historia de 70 años fuero» su motivo de orgullo.
El modelo del socialismo de Estado surgió en países atrasados y no era el socialismo a surgir en los más desarrollados previsto por Carlos Marx; en ese modelo, contrariamente al diseño de éste, el Estado se hacía más y más absorbente y poderoso, no caminaba hacia su debilitamiento y desaparición final, para dar paso a una sociedad autogestionaria.
En ese modelo de socialismo estatista la sociedad estaba al margen de la propiedad y la gestión de la economía.
Por todo esto, rediseñar el socialismo exige ante todo “socializarlo”, es decir, ponerlo en manos tic la sociedad; tanto la propiedad, los medios de producción, distribución y comunicación y la gestión económica como el sistema político y el gobierno, lo cual presupone reconocer la diversidad de ideas y partidos.
Socializar el socialismo implica asimismo concebir que, en esa sociedad, el papel del Estado debe concentrarse en apoyar y asegurar el desarrollo social e irse debilitando como aparato coercitivo para ceder el paso al creciente perfeccionamiento de la organización y la autogestión social.
ES NECESARIO REDISEÑAR EL SOCIALISMO
Esta idea del socialismo es, por su esencia, inseparable de la democracia, sólo la democracia puede aportar los canales de expresión del multiforme y diferenciado interés y pensamiento de la sociedad. El socialismo desestatizado está llamado a ser la expresión más elevada de la democracia.
Es necesario rediseñar el socialismo, ante todo, porque sigue siendo necesario un sistema social capaz de sacar a la humanidad de la abismal y creciente pobreza, del hambre, la insalubridad y el atraso general cada vez mayores, de la falta de libertad y cotidiano irrespeto de la persona y sus derechos.
Las tres cuartas partes de la población de nuestro planeta vive en esta desgraciada situación y ella no fue causada por el socialismo que se ha derrumbado, sino por el capitalismo, que ha sido el amo de toda esta parte del mundo y ahora se congracia con el papel de amo y gendarme de un mundo en el que, terminada la confrontación Este-Oeste, ha quedado desnuda la más antigua y fundamental confrontación del Norte contra el Sur, cuyos amargos frutos comenzaron a cosecharse en la invasión a Panamá, la devastadora guerra del Golfo Pérsico y amenaza hoy imprimir su huella de prepotencia y destrucción sobre Libia.
Los más recalcitrantes reaccionarios aplauden y, delirantes de triunfalismo, exigen agredir a Cuba socialista, donde la revolución realiza un dramático esfuerzo de renovación y defensa.
Sin embargo, un balance serio y objetivo de lo que ha sido más trascendental en la historia del siglo veinte, debe reconocer que el “socialismo de Estado”, pese a las intolerables características que lo llevaron al derrumbe, trajo a la humanidad notables mejoramientos.
EL SOCIALISMO QUE SE DERRUMBO APORTO MEJORAS A LA HUMANIDAD
Los países capitalistas desarrollados, en lucha contra aquel socialismo, debieron aceptar una fuerte dosis de las demandas del movimiento obrero y originar sistemas avanzados de seguridad social, debieron mejorar sus niveles de respeto a los derechos humanos, aún hoy plagados, por cierto, de llagas dolorosas, como el racismo y otras formas de discriminación, la desprotección legal, el maltrato de los trabajadores inmigrantes, las agresiones militares genocidas, etc.
El surgimiento de la comunidad socialista de países creó una correlación mundial de fuerzas que permitió el fin del colonialismo mantenido durante más de un siglo por el capitalismo, al cual enriqueció.
Esta misma correlación de fuerzas permitió espacios de autonomía y, por tanto, niveles de dignidad para los gobiernos de gran parte de países pequeños o atrasados que, aún siendo formalmente independientes, fueron humillados durante gran parte de este siglo mediante invasiones militares, imposición bajo amenaza de toda clase de decisiones, golpes de Estado fabricados, cultivo del servilismo en gobiernos, ejércitos y partidos, etc.
La historia de América Latina, con honrosas excepciones, ha sido ésta. El hundimiento de la comunidad de países socialistas ha creado un vacío desequilibrador y la tendencia a la repetición de esa historia.
La Unión Soviética dio la contribución principal y decisiva para derrotar al nazi fascismo y las pretensiones expansionistas del militarismo japonés. Durante el siglo XX, el mayor riesgo que corrió la humanidad fue caer bajo el dominio de la dictadura nazi-fascista, la más brutal y sanguinaria de toda la historia, engendrada, por cierto, por el capitalismo, no por el socialismo.
Es cierto que el socialismo de Estallo engendró también regímenes brutales, como el de Stalin y otros, pero debe quedar claro, o no entenderemos la historia y no sabremos renovarnos, que la brutalidad mayor y más extensa contra los derechos de la persona y de las naciones, durante el siglo XX, ha pertenecido al capitalismo y que, como lo demuestran las noticias cotidianas, está lejos de terminar, cuando el modelo de socialismo de Estado ya no existe y no puede culpársele de lo que hoy sucede. La humanidad tiene derecho a algo mejor y seguramente seguirá luchando por ello.
El derrumbe del socialismo de Estado precipitó en esos países una profunda crisis económica, política y social que aún no ha tocado fondo, y resulta difícil preveer hacia donde se dirigen finalmente los acontecimientos; para el mundo en su conjunto, en particular para los países del capitalismo desarrollado, este es un terremoto aún no concluido, cuyas consecuencias políticas, sociales y económicas aún no terminan de hacerse sentir.
LOS BENEFICIOS DEL DERRUMBE DEL SOCIALISMO DE ESTADO
El derrumbe del socialismo de Estado trajo a los comunistas indudables beneficios:
Primero que todo, nos abrió los ojos ante la realidad de ese modelo de socialismo y nos desmitificó el mundo. Hoy podemos comprenderlo mejor y aprovechar su infinita riqueza de experiencias. En segundo lugar, nos liberó de modelos rígidos. Ahora la rigidez de modelo pertenece a los neoliberales. Y, lo que es decisivo, nos obliga a pensar con nuestra propia cabeza y a buscar respuestas a nuestras realidades.
La izquierda latinoamericana, aunque pareciera lo contrario, está en una situación excepcionalmente favorable para enfrentar exitosamente el futuro. En comparación con la mayor parte del Tercer Mundo, nuestros países tienen un grado de desarrollo importante y un grado de desarrollo de la sociedad civil también importante. Tenemos la oportunidad de irrumpir con nuestro propio pensamiento, siempre y cuando asimilemos nuestras propias realidades. El que busca encuentra, esa es la ley. Por lo que se refiere al FMLN, ya ha comenzado a encontrar, como puede verse por la fuerte dosis de creatividad que inyectó a la negociación y a sus acuerdos.
El próximo siglo será sin duda escenario de grandes cambios y de grandes progresos. Los comunistas salvadoreños estamos convencidos de que el cumplimiento de los Acuerdos de Paz es lo único que puede unir a la nación y preparar a nuestro querido El Salvador para terminar el siglo XX y adentrarse en el siglo XXI, en las mejores condiciones y con las mayores capacidades para desarrollarse e insertarse en las mejores corrientes mundiales.
Los comunistas sostenemos que los Acuerdos perfilan el programa de una revolución democrática. Nosotros estamos muy claros y conscientes de que el próximo paso de nuestra historia es la realización de este programa y aunque nosotros continuaremos luchando por el socialismo, estamos claros y conscientes también de que no constituye el próximo paso y sobre todo tenemos muy entendido que en todo caso habrá socialismo en el futuro únicamente si el pueblo salvadoreño lo quiere y lo decide.
LOS ACUERDOS EXPRESAN LA BENDICION DEL CONSENSO NACIONAL
Los Acuerdos de Paz trazan el diseño de un país reformado sin apego a una determinada ideología, expresan la bendición del consenso nacional con un respaldo sin precedentes de la comunidad internacional. Los Acuerdos de Paz son el fruto del método de la concertación, apoyada en la más plural influencia participativa de todas las fuerzas políticas y sociales, desde el Acuerdo de Ginebra, firmado el. 4 de julio de 1990. Los Acuerdos de Paz oficializan y hacen perdurable la participación pluralista, sin exclusiones, y la concertación como método. Ese es el sentido más profundo de la COPAZ y del Foro de Concertación Económico Social.
Los Acuerdos de Paz disponen un conjunto de reformas salvadoreñas para las enfermedades salvadoreñas del sistema político, judicial y económico social. Son ante todo reformas indispensables en la institución militar para apartarla del rol hegemónico totalizante que venía desempeñando desde hace 60 años y subordinarla incondicionalmente a la autoridad civil democráticamente generada y constituida; son reformas que harán transparente y confiable el sistema electoral y por tanto respetable para todos el gobierno que surja de elecciones; son reformas que harán transparente, eficaz, ágil y, por todo ello, confiable para todos la administración de justicia y dan origen a una Policía Nacional Civil, separada de la institución militar, en cuya honestidad, honradez y profesionalismo podamos confiar y con la cual podamos cooperar todos los salvadoreños.
Los acuerdos eliminan la doctrina militar y policial de la así llamada seguridad nacional, según la cual la misión de la fuerza militar y policial debía dedicarse a perseguir y aplastar al “enemigo interno”.
En base a esa doctrina se educó a innumerables generaciones de militares y agentes de los cuerpos de seguridad, se los convirtió en instrumentos de persecución ideológica y política, y a muchos de ellos en torturadores y asesinos. Sin deshacernos de esa malhadada y perversa doctrina de seguridad nacional no sería siquiera pensable la democracia en El Salvador.
Así pues, el cumplimiento de los acuerdos dignificará la profesión militar y la profesión policial. Puede ser que algunos no lo comprendan hoy, que algunos no quieran deshacerse de las ventajas y privilegios que el ejercicio de esa doctrina les ha dado; pero el tiempo y sus propios hijos les harán entender. Confiamos en ello.
CUMPLIR LOS ACUERDOS SIGNIFICA PROYECTAR EL SALVADOR PARA EL FUTURO
Los Acuerdos de Paz traen los primeros pasos firmes en el largo camino hacia superiores niveles de justicia social, especial y principalmente respecto al problema de la tierra, que ha sido y sigue siendo el eje más fundamental y profundo alrededor del cual ha girado nuestra convulsiva historia y una de las dos causas más influyentes que desencadenaron la guerra; la otra causa fue la ausencia de democracia, el aplastamiento de la libertad y la masiva violación de los derechos humanos.
Cumplir los Acuerdos de Paz significa proyectar El Salvador hacia el futuro, prepararlo para reinsertarse ventajosamente en el mundo cada vez más interdependiente, lleno de retos, cada vez más complejos, que se está configurando en el deslinde de estos dos siglos.
Nosotros encontramos partidarios de cumplir los acuerdos prácticamente dentro de todos los sectores, partidos e instituciones, incluidos los militares y la empresa privada, pero las 8 semanas transcurridas desde el cese de fuego han dejado claro también que persiste la oposición a los Acuerdos de parte de grupos, afortunadamente minoritarios pero muy activos y con poder económico o militar.
Desde la visita del señor Goulding, Sub-Secretario General de la ONU, estamos empeñados en buscar salida de la crisis que se configuró en el proceso de aplicación de los acuerdos desde los primeros días de marzo, pero todavía sin resultados.
Esta es una crisis creada por los minoritarios grupos opuestos a los Acuerdos de Paz que hay dentro de la empresa privada y, sobre todo por la cúpula militar, resuelta a no permitir la profunda reforma democrática de la Fuerza Armada que dichos Acuerdos disponen, para abrir la democracia.
ASPECTOS RELEVANTES DE LA CRISIS
Los aspectos más relevantes de esta crisis se expresan en el tema de la tierra, en el que se está bloqueando la aplicación de lo acordado, a pesar de que la inmensa mayoría de los actuales propietarios desean vender sus tierras, lo cual permitiría resolver el problema a corto plazo. Otros temas de esta crisis de incumplimiento de los Acuerdos tiene que ver con: la concentración simultánea de las fuerzas militares de la Fuerza Armada y del FMLN en los puntos señalados por el Acuerdo de Cese del Fuego -porque pese a lo que ha estado afirmando la propaganda oficial, la FAES no concentró todas sus fuerzas hasta hoy- y, lo más grave, la falsa supresión de la Guardia Nacional y la Policía de Hacienda, seguida de la pretensión de mantener esos cuerpos desplegados en el territorio nacional y volcar dentro de la Policía Nacional a más de cuatro mil de sus agentes, en grosera violación de lo acordado.
La organización de la nueva PNC marcha con extrema lentitud, el gobierno se comporta frente a la PNC como ante un parto no deseado.
Fue nombrado el Procurador General de los Derechos Humanos, institución creada por los Acuerdos de Reforma Constitucional; también fue aprobada la Ley Orgánica de esta Procuraduría, pero el Sr. Procurador no tiene siquiera oficina, ni presupuesto; prácticamente está inmovilizado; parece otro parto no deseado por el gobierno.
No marcha tampoco el acuerdo que manda a la Fuerza Armada recolectar las armas privativas de su uso que entregó o autorizó a particulares durante los años de guerra. con las complicaciones imaginables para la delicada situación de crecimiento delincuencia! y la actividad de los escuadrones de la muerte, que siguen cobrando víctimas.
No se cumple tampoco el acuerdo que obliga a las partes a concertar una campaña de propaganda en favor de la reconciliación y a abandonar el lenguaje confrontativo. La Radio Cuscatlan, lo mismo que algunos jefes militares que hacen declaraciones a la prensa siguen con el mismo lenguaje de la guerra. En Chalatenango incluso han sacado las tropas a correr por las calles coreando consignas provocativas e insultantes contra el FMLN y los discursos de ese tipo menudean en las improcedentes actividades de Acción Cívica Militar, que se realizan ahora intensamente.
Esta resistencia a cumplir era previsible y nadie debe desanimarse. Dejarse hundir en la frustración o el escepticismo es dejarles libre el espacio a quienes no quieren cumplir, el cumplimiento de los Acuerdos es una lucha que debemos librar todos los salvadoreños que deseamos consolidar la paz, la estabilidad del país y abrir la democracia. Los comunistas queremos fijar frente a este problema una posición clara:
Defendemos y defenderemos los Acuerdos de Paz; lucharemos por su cabal cumplimiento con todas nuestras fuerzas y por todos los medios que sean necesarios. Nadie debe confundirse. No toleraremos que los acuerdos sean burlados.
Lo más importante hoy día es el cumplimiento de los Acuerdos de Paz en su letra y su espíritu. Llamamos a todos a involucrarse en esta lucha, con la decisión de hacerla triunfar.
El cumplimiento de los Acuerdos preparará al país para que las elecciones generales de 1994 se realicen en plena libertad y transparencia. Nosotros aspiramos a que esas elecciones generen un poder civil pluralista comprometido con la consolidación y desarrollo de los cambios generados por los Acuerdos de Paz.
NO BUSCAMOS UN GOBIERNO MONOPOLIZADO POR LOS REVOLUCIONARIOS
Nosotros, ni nadie en el FMLN, busca constituir un gobierno monopolizado por los revolucionarios que hicimos la guerra.
Estamos convencidos de que nuestro país necesita un gobierno plural, pero comprometido firmemente con el rumbo de los Acuerdos de Chapultepec, que cumpla la misión de llevar la democratización hasta sus últimas consecuencias bienhechoras y la de configurar un modelo de economía también pluralista y participativa.
Nosotros concebimos que la pluralidad de la economía debe cristalizar sobre tres planos:
Primero, pasar de un modelo de un sólo polo (oligárquico) a uno multipolar, que incluya un fuerte polo popular (empresas de los trabajadores y de medianos, pequeños y microempresarios individuales, establecidos sobre bases que les permitan progresar, no solo sobrevivir) para lograr un mayor equilibrio: hacer que estos sectores que sólo han sido tributarios se transformen en sectores productivos, competitivos, influyentes y decisorios en la economía nacional.
Segundo, lograr una pluralidad de las formas de propiedad. no necesariamente formas privadas o colectivas exclusivamente, sino una coexistencia interrelacionada, cooperante y complementaria de formas privadas capitalistas, individuales basadas en el trabajo propio, colectivas (cooperativas y otras formas asociativas de carácter social) y estatales.
Tercero, buscar una nueva inserción en la economía mundial, teniendo debidamente en cuenta que hoy la economía internacional es multicéntrica, lo cual debemos aprovechar para elegir y equilibrar los vínculos económicos del país del modo más favorable para su desarrollo. Para el logro de una reinserción ventajosa en la economía mundial es indispensable avanzar en la integración centroamericana y latinoamericana.
ESTAMOS A FAVOR DE LA LIBRE EMPRESA, PERO DE TODAS LAS EMPRESAS
Estamos a favor de la libre empresa y la libre iniciativa, pero de todas las empresas, incluidas desde luego las cooperativas y otras empresas asociativas de los trabajadores y las empresas de todos los tamaños. La libre empresa con acceso de todas ellas al mercado de mercancías y de capital.
El Estado sólo debe poseer las empresas más fundamentales, vinculadas con los servicios sociales, las que aseguran que ellos sean accesibles a todas las capas sociales, lo mismo que debe asegurar la estabilidad de los precios en los renglones de mayor impacto sobre el costo de la vida popular. El Estado debe promover el desarrollo y defender el incrementar el bienestar de la sociedad.
Los abanderados del neoliberalismo se pronuncian contra cualquier tipo de subsidios, regulaciones, medidas proteccionistas y empresas del Estado. Proclaman como verdad indiscutible que el Estado es mal administrador, etc.
En todo su alegato presentan a los países capitalistas desarrollados como los ejemplos que demuestran la victoria del neoliberalismo, su acierto indiscutible. Pero deliberadamente ocultan que en esos países rige fuertemente el proteccionismo en materia de aranceles de aduana y el Estado otorga enormes subsidios para sostener precios y un alto nivel de seguridad social como es el caso de la Comunidad Económica Europea, Estados Unidos, Japón, los países nórdicos, etc., asimismo ocultan que la propiedad estatal en esos países es enorme en casi todas las ramas de la economía y las empresas de ese sector tienen alta eficiencia, productividad y rentabilidad. Opinamos que también debemos aprender de esas experiencias.
EL DOGMA DEL NEOLIBERALISMO
En resumidas cuentas, el neoliberalismo absoluto pretende convertirse en un dogma axiomático para los países de América Latina y el Tercer Mundo subdesarrollado en general, mientras no lo consideren obligatorio para el mundo capitalista desarrollado. De esta manera, la política económica neoliberal sienta las bases de una integración económica desventajosa con los países capitalistas más ricos, no supera la pobreza, más bien la extiende y agrava al extremo de los estallidos sociales, no equilibra socialmente la propiedad sobre los medios de producción y la riqueza sino las concentra y unipolariza aún más. La implantación exitosa del neoliberalismo requiere un régimen autoritario, represivo, como en Chile bajo la dictadura de Pinochet.
Definitivamente el neoliberalismo no puede dar base a una democracia verdadera, para todo el pueblo, y tampoco puede asegurar, sin una sangrienta represión, la estabilidad indispensable para impulsar el desarrollo.
Ya dije que nosotros no estarnos a favor del estatismo económico como norma, incluso consideramos conveniente la privatización de algunas empresas estatales pero demandamos sean transferidas a los trabajadores para impulsar y dar cuerpo al surgimiento equilibrador del polo popular de la economía. Al mismo tiempo, quiero dejar claro que tampoco estamos a favor de un Estado que se limita a asegurar, tutelar y defender la absoluta libertad empresarial y el libre mercado para la gran empresa nacional y transnacional, a dejarles hacer y pasar, mientras da la espalda al interés social y se dedica a poner camisa de fuerza a la inmensa mayoría que forman los pobres, explotados o marginados.
LA UNIDAD REVOLUCIONARIA ES EL ARMA MÁS PODEROSA DEL FMLN
Frente a ese esquema postulamos una sociedad pluralista política, económica, social e ideológicamente.
El pluralismo político inherente a la democracia lo mismo que el desarrollo, sólo pueden basarse en este pluralismo integral.
A lo largo de la dilatada vida de nuestro partido trabajaron sacrificadamente por sus ideas muchas generaciones de sus miembros. Miles de ellos perdieron sus vidas.
En el último período de nuestra lucha muchísimos comunistas cayeron junto a sus hermanos miembros de las demás organizaciones revolucionarias. Muchos otros sufrieron lesiones que llevarán de por vida.
Se selló así la unidad revolucionaria, el arma más poderosa del FMLN.
Al rendir nuestro más emocionado homenaje a todos los caídos y lisiados, ratificamos nuestra decisión de mantener y desarrollar la unidad del FMLN.
¡¡Viva el Partido Comunista de El Salvador!!
¡¡Viva el FMLN!!
¡¡Viva Agustín Farabundo Martí y todos los Héroes y Mártires caídos en la larga lucha del pueblo salvadoreño!!
¡¡Defenderemos La Paz que Nuestro Pueblo Ganó!!
¡¡Defenderemos los Acuerdos de Chapultepec hasta las últimas consecuencias!!