Mujeres y hombres integrantes de las Fuerzas Armadas del Estado colombiano, los saludo nuevamente con respeto de patriota.
Permítanme antes de continuar, expresar mi dolor por la muerte de 11 soldados y un suboficial del ejército oficial, y las heridas de varios más, en el combate del norte del Cauca, así como la dolorosa pérdida de un guerrillero de las FARC. Este hecho que enluta a varias familias de gentes humildes de nuestro pueblo, debe servirnos para reafirmar la urgencia de parar esta guerra, pactando cuanto antes un cese bilateral y que el gobierno entienda la equivocada visión de “dialogar en medio del conflicto”, decisión que puede llevar al fracaso, los esfuerzos de paz que todos en Colombia llevamos adelante con el significativo concurso de la comunidad internacional.
Considero necesario darle curso a nuevas reflexiones, que he planteado en mensajes anteriores, derivadas del sincero deseo de paz que vive toda Colombia, incluidos Ustedes los miembros de las FF.AA, así como de todos los integrantes de la insurgencia colombiana.
El pasado 31 de Marzo, el Ministro de la Defensa Juan Carlos Pinzón desarrolló una mesa de trabajo con expertos extranjeros, en la que se planteó el papel de las FF.AA. de Colombia en el llamado post conflicto. Entre sus asistentes estuvo Mary Beth Long, ex funcionaria estadounidense del gobierno Bush, vinculada a la CIA y otros organismos de seguridad y defensa, quién expresó que:
“Los militares (Colombianos) están estudiando otras amenazas en la región que pueden representar sus vecinos como es Venezuela, y prepararse para esas eventualidades, los felicito por ello porque hay otros desafíos en el horizonte, y su fuerza pública, su liderazgo y su policía ya se están preparando para eso”.
Las alarmas deben dispararse porque ante la gravedad de tales aseveraciones, el gobierno colombiano guarda silencio como si indicara que esta es la línea a desarrollar al interior de las FF.AA. como perspectiva del llamado post conflicto.
Otros indicadores reforzarían las revelaciones de la señora Mary Beth Long, cuando se ha conocido que el gobierno Santos camina en el fortalecimiento de un futuro escenario de guerra, aumentando su potencial bélico consistente en la compra y repotenciación de numeroso armamento.
Debo decir además que Pinzón expresó en esos mismos días, que “las Fuerzas Armadas de Colombia están hoy en capacidad de interoperar con otras del mundo, especialmente con las de otros países con estándares internacionales y con misiones que busquen garantizar la paz global”. No hay que olvidar que el término de “paz global” es el que acuña el Pentágono y la OTAN para justificar sus guerras de agresión contra los pueblos del mundo.
Lo anterior debe llevarnos a tener en cuenta que desde el año 2013, el gobierno colombiano mantiene relaciones directas con la OTAN, siendo el único país de América Latina que lo hace.
Todo esto, el gobierno de Santos lo plantea en medio de una gran campaña para mostrar un camino de paz; por lo que estos preparativos bélicos del gobierno representan una clara contradicción y una enorme preocupación para el futuro del país y la región. ¿No es esto lo que puede definirse como un verdadero plan B?
¿Cómo explica todo esto, el presidente Santos, al gobierno y al pueblo venezolano, quienes desde los tiempos del presidente Chávez, se la han jugado por la paz de Colombia?
Señoras y señores miembros de las FF.AA, siguiendo con lo expuesto arriba, ¿debemos entender que el gobierno necesita que las guerrillas desaparezcan en Colombia, mientras prepara su tropas para una confrontación bélica con el hermano pueblo de Venezuela?
Si esta no es la perspectiva, ¿por qué las afirmaciones de la señora Mary Beth Long van acompañadas de las afirmaciones del Ministro de Defensa?
Si se llegara a un acuerdo con la insurgencia y estas pudieran hacer el tránsito a la vida política legal del país, ¿Ustedes, los miembros de las FF.AA. continuarían en guerra con un nuevo escenario de confrontación, ya no de carácter interno sino con el vecino país?
Extendiendo la mirada al ámbito continental, las declaraciones de la señora Mary Beth Long las hace a la par con el decreto firmado por el presidente Obama, declarando a Venezuela “una amenaza” para Estados Unidos, ni siquiera el rechazo de muchos pueblos y gobiernos del mundo, y las más de 10 millones de firmas de los venezolanos, lo llevaron a derogarlo.
Obama ha mandado más de 3 mil marines norteamericanos al Perú. La IV Flota de EEUU sigue ocupando posiciones estratégicas que amenazan el continente americano y nadie puede negar que todo lo anterior, no hace parte de un plan global de guerra imperialista, donde Colombia sigue ocupando el papel de “Israel de América”, convertida en una gigantesca base militar estadounidense, no solo por las bases gringas instaladas a su interior, sino tener su territorio disponible para cuando los EEUU los necesiten para sus planes de intervención militar.
No tengo duda que el grueso de las FFAA. del Estado colombiano son carne de cañón, porque el grueso de ellas pertenecen a los sectores más humildes del pueblo; de este pueblo que la oligarquía siempre han despreciado, subestimado y excluido; lo que no les ha impedido usar esta fuerza armada en la defensa de sus intereses y los de la camarilla imperialista.
Con toda franqueza les dejo planteadas estas grandes preocupaciones, que ensombrecen la perspectiva de paz que todos anhelamos.
Lo anterior, lejos de desanimarnos en la búsqueda de la paz, como derecho que todas y todos anhelamos, lo reafirmamos y es por ello que alerto de los peligros que la amenazan, para reiterar que si somos todas y todos quienes luchamos por ella en Colombia y América, despejaremos el horizonte que nos merecemos, en contravía de quienes por el camino de la guerra pretenden truncar nuestros sueños y esperanzas.