La paja en el ojo ajeno (Por Timoleón Jiménez)

LA PAJA EN EL OJO AJENO

Por Timoleón Jiménez
Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP

Considero pertinente un breve comentario en torno a la noticia, confirmada por el Presidente Santos, sobre la reunión que celebramos el Comandante Nicolás Rodríguez Bautista y yo en la ciudad de La Habana el pasado mes de abril.

Colombia es un país ensangrentado desde hace más de cinco décadas, lo cual, con independencia de los enfoques políticos, constituye una auténtica tragedia para nuestra nación. Anhelar la paz y trabajar por conseguirla constituyen gestos del más digno aplauso.

Hemos expuesto ante la opinión nuestras valoraciones en torno a las políticas de todo orden que practica el actual gobierno nacional. Eso no nos impide estimar en el más alto grado la decisión del Presidente Santos de buscar una salida dialogada al conflicto armado interno.

No fue fácil concertar el Acuerdo General publicado en septiembre de 2012, y no ha sido un camino de rosas avanzar hasta lo alcanzado hoy. Desde la interpretación misma de los alcances de la Agenda, las posiciones, en la mayoría de los casos, han sido abiertamente contrarias.

Si añadimos a eso los odios y rencores, las posiciones radicales, los llamados continuos a la guerra total, la propaganda negra, las campañas de difamación, la obstinación en la rendición y otras perlas por el estilo, como se empeñan ciertas gentes, la paz se convertiría en algo imposible.

Creemos que no sólo a nosotros, como insurgencia revolucionaria, nos resulta urgente y necesario que el Ejército de Liberación Nacional se vincule a los diálogos de paz. También al gobierno nacional y al conjunto de la población colombiana. Es lo justo y a la vez es lo más práctico.

Por eso el Presidente Santos autoriza el mencionado encuentro de los comandantes de las dos fuerzas rebeldes en La Habana, con la colaboración y el apoyo de los países acompañantes y garantes de la Mesa de Conversaciones con las FARC, a los cuales agradecemos su disposición.

Puedo decir que vi en el Comandante Nicolás Rodríguez a un hombre profundamente convencido de la importancia de la paz concertada, e igualmente preocupado por el logro de la firma de un acuerdo que permita el comienzo de las conversaciones directas entre gobierno y ELN.

La decisión de emprender el camino de la solución dialogada es un hecho en el ELN, pero se han topado con dificultades serias. Con el camarada Gabino poníamos de presente cómo el secreto y la confidencialidad fueron reglas absolutas en la fase exploratoria entre las FARC-EP y el gobierno.

Esa, desafortunadamente, no ha sido la situación con los acercamientos entre el ELN y la administración Santos. Las presiones desatadas contra los adversarios que intentan aproximarse son muy grandes, justo en el momento en que son más necesarias la confianza y la prudencia.

Las campañas difamatorias de los grandes medios, unidas a las irresponsables y falsas imputaciones que a diario brotan de la extrema derecha delirante y guerrerista, que hoy con cinismo se reclama perseguida política, enrarecen y dificultan el clima de entendimiento.

Uno no acaba de entender cómo la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, abre indagación contra el Presidente Santos por una denuncia falsa del Centro Democrático, cuando ha transcurrido más de una década sin que mueva un solo dedo contra el Presidente Uribe, sobre quien recae un escandaloso prontuario conocido internacionalmente.

¿Será porque las gestiones del Presidente Santos tienen relación directa con un denodado esfuerzo por conseguir y dejar una Colombia en paz para nuestros nietos, ya nuestros hijos no la tuvieron, mientras que las del segundo tienen que ver con el paramilitarismo y el terror de Estado?

Siniestros personajes que ingresaban por la puerta de atrás a la Casa de Nariño, en plan de entrevistarse con altos funcionarios dependientes directos del señor Presidente, no alcanzan a constituir indicios de actividad criminal en Palacio. Hay quienes solo ven la paja en el ojo ajeno.

Montañas de Colombia, 12 de mayo de 2015.