La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, julio 12 de 2015
Culminamos esta ronda de trabajo con la noticia de un nuevo acuerdo que sin duda agilizará las conversaciones de La Habana, dentro del propósito de desescalar el conflicto en beneficio de la tranquilidad del pueblo colombiano.
Hemos tenido arduas jornadas, que hoy concluyen con un documento de consenso en el que se deja plasmada una nueva metodología y unos compromisos bilaterales, que aspiramos generen máxima distensión de la confrontación a partir del respeto de los derechos humanos de la ciudadanía, especialmente de las víctimas, que sin duda están a la expectativa también de un pronto acuerdo alrededor del punto 5 de la Agenda, referido a la reivindicación de sus intereses como paso fundamental para alcanzar la firma de un acuerdo final.
Tiene hoy el pueblo colombiano la conquista específica de la tregua unilateral, anunciada por las FARC-EP para iniciarse el 20 de julio, ahora reforzada con la decisión del gobierno de corresponder a este gesto y actuar decididamente en función del desescalamiento, en rumbo claro hacia la materialización de un Cese al Fuego Bilateral y Definitivo, entre otras medidas de construcción de confianza.
La trascendental gestión de los países garantes, Cuba y Noruega, y de los acompañantes, Venezuela y Chile, con su petición a las partes de un cese bilateral del fuego, jugó un papel esencial en la generación de esta nueva situación. Ahora contaremos, además, con la presencia de Naciones Unidas y Unasur de manera directa en la Mesa que contribuirán a poner en marcha la discusión del sistema de monitoreo y verificación del Cese al Fuego Bilateral y Definitivo, quedando abierta la posibilidad de que otras organizaciones o países, participen.
Es este, sin duda, un relanzamiento vigoroso, prometedor y esperanzador del proceso de diálogos, que toma tal brío por la fuerza insuflada por la voz de la mayoría de los colombianos, quienes en medio de las dificultades de la guerra, respaldan de manera decidida la salida política hacia el establecimiento de la justicia social, sin más desigualdades, miseria y carencia de democracia.
Es importante que cada una de las determinaciones que estamos adelantando tengan la garantía de la No Repetición de los dramáticos hechos que han caracterizado el conflicto en nuestro país; de ahí la urgencia que tiene, asumir de inmediato el estudio y las decisiones necesarias para esclarecer y desmontar fenómenos, que como el paramilitarismo han tenido terrible papel en el desangre de la patria. Al respecto, las FARC-EP han presentado al público y radicado en la Mesa, una iniciativa titulada Propuesta de comisión para el esclarecimiento del fenómeno del paramilitarismo en Colombia.
Consideramos, que sin poner fin a esta estrategia contrainsurgente del Estado, y sin dar garantía al derecho a la vida, sería imposible alcanzar un acuerdo de paz estable y duradero. La permanencia de la guerra sucia y la repetición de genocidios de alternativas políticas, como ocurrió con la Unión Patriótica, son vergüenzas de la humanidad que no deben repetirse jamás.
Para facilitar el trabajo de esta comisión, la Delegación de Paz de las FARC, ha presentado a la contraparte y a conocimiento público, una primera denuncia detallada sobre la presencia del paramilitarismo en el territorio nacional; de tal manera, que no cabe más asumir actitudes negacionistas frente a un hecho notorio que mantiene en zozobra a vastos sectores de la sociedad. Hoy más que nunca es necesario que se abran los archivos en cuyos folios se esconden los nombres de los responsables de la historia de victimizaciones que ha vivido el país.
Finalmente, informamos al país que continuamos trabajando sin pausa en la construcción del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación Integral y No Repetición, que desde una visión propia, encuentre fórmulas que den seguridad y garantía jurídica y política a los acuerdos, traigan la reconciliación y sienten las bases para la construcción de la justicia social.