Es lo que nos enseña la poblaciòn en varias partes del paìs, que cansada de sufrir por la presencia de la policìa y de las autoridades estatales en general. Sòlo hacen presencia para protegerse en medio de la poblaciòn, eso nos lo demuestra la poblaciòn del Mango, una Vereda del corregimiento el Plateado, del municipio de Argelia, Departamento del Cauca, pero tambien lo hacen otras poblaciones de la Costa Norte en varias oportunidades donde se han visto obligadas en azonadas sacar a la policìa de sus cuarteles ante los atropellos que asumen las autoridades con su prepotencia y arrogancia. El ultimo de estos casos fue en la poblaciòn de Cordoba del Departamento de Bolivar. Los indigenas en varias oportunidades han sacado y entregado unidades de ejèrcito que atropellan sus sitios sagrados.
Pero el Establecimiento en representaciòn del Presidente Juan Manuel Santos, plantea el retorno, que no cede un centimetro del territorio sin autoridades policiales, llama a la guerra. La paz a las buenas o a las malas, sólo anuncia que lo que le sigue importando es la guerra no la paz; sus expresiones, unas veces por la paz, y otras porque la paz pasa primero por la guerra, indican que lo que sí tiene muy claro es que la paz sólo es posible por rendición del “enemigo”; Pero nada de eso se ve cercano. Ni la paz por las buenas, ni la paz por las malas.
Luego el lamento, cuando sus soldados y policias los tengan que recibir muertos y entregarlos en sus ataudes a las pobres familias, que para nada los tienen en cuenta. Cuando la guerrilla ataca es terrorismo, cuando el Gobierno bombardea es una proeza. La vida de un soldado vale mucho, la vida de un guerrillero no vale nada. Celebra con alborozo cuando produce bajas entre las fuerzas insurgentes. Esta postura del Presidente no es distinta a la planteada por el ex General Montoya cuando pedía a sus hombres ‘ríos de sangre’. Ahì estàn esos son.
Los generales Mario Montoya y Leonardo Gallego, ordenaron a paramilitares al mando de Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”, incursionar en la Comuna 13 para perseguir milicias urbanas. Asì mismo se ordena hoy arreciar contra la comunidad del Mango, diciendo que son milicianos de las FARC-EP. Este proceder del Estado aumenta el conflicto. El presidente anuncia 800 policias màs, es decir màs policìa que poblaciòn, por el prurito de demostrar fuerza, de mostrar su prepotencia. Esto es una postura criminal.
Dicen las comunidades que antes de que llegara la policìa no pasaba nada, se vivia en paz, hoy dìa son victimas del conflicto armado por cuanto la policìa y el ejèrcito se cubren bajo su manto, siendo esta pràctica violatoria al Derecho Internacional Humanitario, por cuanto se encubren en medio de los pobladores.
El Establecimiento en vez de buscar la paz con cambios, lo que hace es cambios que van en contravìa de la paz como es el caso del nombramiento del pereirano, Luis Carlos Villegas, ex presidente de la ANDI (Asociación Nacional de Industriales) como ministro de Defensa, a la cabeza de las fuerzas armadas, un fuerte empresario, que ahora en sus discursos se declara buen policìa y buen soldado, quien no se queda atràs al llamamiento a la guerra y como empresario no va ceder a las mejoras que requiere la poblaciòn, ahora ni economicas, ni militares.
Aquì queda demostrado lo que el gobierno argumenta, de que no cederan ni en lo militar , ni en el modelo economico, por eso el camino que tienen es darle mayor poder a los dueños de grandes capitales. El Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 “Todos por un nuevo país. Paz, equidad y educación”, nos trae más que guerra, es fortalecer por medio de todas las formas de lucha sus instituciones.
Quien va querer vivir o convivir al lado de semejantes criminales, que no es solo por decir sino que ya son hechos cumplidos. Colombia continúa en el segundo lugar con mayor número de desplazados, superando los seis millones de personas obligadas a desplazarse de sus territorios. Dice el Instituto para la Economía y la Paz, que Colombia sigue figurando como el país más violento del hemisferio, asesinaron a civiles e informaron que se trataba de muertes en combate. Cientos de soldados de los rangos más bajos han sido condenados, pero apenas algunos coroneles y ningún general lo fueron. Han identificado más de 180 batallones y otras unidades tácticas—adscritos a casi todas las brigadas y en todas las divisiones del Ejército en ese momento—que presuntamente cometieron ejecuciones extrajudiciales. Diversas evidencias presentadas en el informe muestran que comandantes de las brigadas y unidades tácticas responsables de gran cantidad de ejecuciones—además de los entonces máximos mandos del Ejército—al menos sabían o deberían haber sabido sobre estos delitos y, por lo tanto, podrían ser penalmente imputables debido a su responsabilidad de mando. Algunos de los oficiales del Ejército que comandaron las 11 brigadas. Al menos 113 ejecuciones extrajudiciales perpetradas por soldados de la Cuarta Brigada durante el período en el cual el General (r) Óscar González Peña estuvo al mando. Al menos 28 ejecuciones extrajudiciales perpetradas por soldados de la Cuarta Brigada durante el período en el cual el General Juan Pablo Rodríguez Barragán estuvo al mando. Como actual comandante general de las Fuerzas Militares, Rodríguez Barragán es el oficial militar de mayor jerarquía en Colombia, y supervisa los tres cuerpos de estas fuerzas, incluido el Ejército; y Al menos 48 ejecuciones extrajudiciales perpetradas por soldados de la Novena Brigada durante el período en el cual el General Jaime Lasprilla Villamizar estuvo al mando. Lasprilla Villamizar es actualmente comandante del Ejército Nacional. El 27 de octubre de 2014, Nixón de Jesús Cárcamo, que había confesado y aportado información a la Fiscalía sobre la presunta participación de sus superiores en falsos positivos, fue asesinado en el centro de reclusión militar de la Décima Primera Brigada.
Hoy dìa aprueban el Nuevo Código de Policía que plantea que la Policía puede ingresar a los domicilios sin necesidad de contar con una orden judicial. Es importante resaltar que en Colombia se presentan cotidianamente casos de abuso de autoridad por parte de la Policía Nacional, los cuales van desde agresiones verbales hasta asesinatos, desapariciones y torturas; acciones que han sido perpetradas sin ningún tipo de distinción, atacando niños, mujeres, campesinos, estudiantes e indígenas. No es de extrañar entonces que se tema porque este nuevo Código termine siendo nada más que la carta magna para el abuso de la autoridad, escenario incongruente e inconsecuente para un país que se está pensando la construcción de la paz.
Los cambios que requiere el paìs no nos lo va a dar el Estado, no tiene voluntad poLìtica para ello. Estas transformaciones deben ser el producto de la convicción y la interiorización de la necesidad real de paz, que son justicia, equidad, sin prepotencia, con humildad, de corazòn para que podamos vivir en paz. Los pobladores que exigen el retiro de las autoridades Estatales de sus territorios estàn viviendo en carne propia la injusticia.
COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES,
NI UN PASO ATRÀS, LIBERACIÒN O MUERTE.
CONDUCCIÒN FRENTE DE GUERRA CENTRAL COMANDANTE DARIO DE JESUS CALLE CORREA