América debe ser territorio de paz, es el camino de las luchas populares y revolucionarias del continente. Es la aspiración de los pueblos en la ruta de la liberación y la construcción de la sociedad socialista, futuro de toda la humanidad. Hacia este objetivo supremo, se atraviezan las políticas saqueadoras, devastadoras, de opresión y ruina del capitalismo que ha mostrado una y otra vez su incapacidad para resolver los agudos problemas de pobreza, injusticia, desigualdad, buen vivir, garantizar la vida digna de los seres humanos y en armonia con la naturaleza.
Los procesos de revoluciones, de cambios democráticos y revolucionarios que recorre el continente nuestramericano, que se articula con los levantamientos de dignidad en Europa y otros pueblos del mundo, avanzando en una dirección emancipadora, reciben la agresión permanente del imperialismo norteamericano que jamás ha respetado la voluntad popular. La derecha mundial enfila puños y manos para hacer retroceder y barrer la esperanza y el ejemplo de lucha, hasta tal punto que podemos decir que vivimos un estado de agresión y de guerra imperial permanente, una ofensiva continua contrarevolucionaria para ahogar en sangre los esfuerzos de libertad de nuestros pueblos.
Colombia se posiciona como el Israel suramericano, su territorio es ocupado por el imperialismo norteamericano. Bases militares ubicadas estratégicamente y todo tipo de infraestructura de guerra se diseminan por todo el país, con la mirada complaciente y genuflexa de la oligarquia. Hoy somos un país invadido por más 10 mil mercenarios, un ejército privado del Péntagono, de las transnacionales que comandan operaciones de exterminio a los movimientos guerrilleros, con licencia absoluta de matar a los luchadores populares. Todo este ejército mercenario se acompasa con la ayuda militar directa de los Estados Unidos a las Fuerzas Armadas, dicha ayuda es la segunda del mundo, que ha consolidado unas fuerzas armadas como instrumento de agresión a los pueblos de América. Colombia, lastimosamente mal conducida, se ha transformado en la plataforma de agresión a los procesos de cambios de los pueblos del continente.
Recientemente fue aprobado el Plan Nacional de Desarrollo en el Congreso de la República a contraposición de la oposición, desde el movimiento social y la oposición política de izquierda; instrumento que le da continuidad a las políticas de enajenación del territorio, la reprimarización de la economía, profundiza la pérdida de soberanía, el desmantelamiento y privatización de la economía, la destrucción del habitad, arrasa la naturaleza, el despojo de los bienes naturales, entre otros. Política que se ha impuesto gracias al terrorismo de estado que es la otra cara del neoliberalismo, imponiéndose el capitalismo a sangre y fuego en nuestro país.
No hay duda que el recorrido que debemos asumir los colombianos es sacudirnos de la larga noche neoliberal como lo vienen haciendo muchos pueblos del mundo, principalmente nuestroamericanos, vanguardizados por la revolución Bolivariana de Venezuela, la revolución ciudadana y la revolución plurinacional de fuertes cimientos populares. La dura confrontación entre pueblos e imperialismo cubre todos los espacios del continente de la cual saldremos victoriosos los pueblos, de eso no hay duda. Así como también es indiscutible que la marcha libertaria de nuestros pueblos ha sido y será unida en un solo grito de la Patria Grande, una sola Campaña Admirable hermanados en conciencia antimperialista, anticolonial y antipatrialcal, unidos en una lucha como en el pasado reciente de las luchas independentistas. Nuestro futuro es una Patria Grande, la soñada y anhelada por Bolívar, por Camilo Torres Restrepo, Morazán, Martí, Sandino, Chávez y todos los lideres nuestramericanos. Somos un volcán que llamea unitariamente cada cien años, como dijera Simón Bolívar.
A la acción unida de la derecha imperialista mundial y continental corresponde unir los lazos de los pueblos, de los revolucionarios, de los movimientos progresistas, de las fuerzas sociales, enfrentando al enemigo común, abriendo un campo de amigos guiados favorables a los propósitos de independencia, soberanía y socialismo.
Vemos con mucha preocupación que el hermano país de Venezuela y Ecuador viene siendo penetrado por fuerzas mercenarias paramilitares al servicio del gran capital, con el objetivo de destruir los cambios sociales que se vienen desarrollando; fuerzas mercenarias que no tienen sentido de partía, ni de humanidad.
Queremos decirles a ustedes, compañeros participantes en el panel internacional que el Ejército de Liberación Nacional es parte de la lucha de todos los pueblos del continente y el mundo, que nos sentimos unidos a sus destinos de liberación o muerte. Que persistimos en los caminos de una solución política al conflicto social y armado que se expresa en nuestro país desde hace más de seis décadas; solución que consiste en abrir los cauces de la democracia directa y protagónica de los siempre excluidos, al pueblo, que se erige como conductor de una nación en paz, en equidad y de la dignidad. No percibimos que la solución política consista en que las organizaciones armadas revolucionarias dejemos de luchar, entregar las armas y desmovilizar el proyecto revolucionario. Eso jamás.
La paz son transformaciones estructurales, de fondo, que permitan superar las causas del levantamiento armado, de los factores generadores de injusticia, de la violencia, de la pobreza, la ausencia de libertad, democracia, soberanía y buscar una sociedad donde quepamos todos los colombianos en dignidad. A eso le apostamos siendo consciente que es un camino duro, difícil, espinoso y lleno de confrontaciones integrales.
A los 51 años de lucha revolucionaria siguen intactos nuestros sueños, nuestras aspiraciones, nuestras fuerzas y voluntades de preñar la historia de libertad y dignidad.
Nuestro ferviente deseo es que las conclusiones de este encuentro de la unidad revolucionaria antimperialista, logren constituirse en unos factores dinámicos de la lucha de los pueblos contra el imperialismo, el colonialismo y la liberación de los pobres del mundo y el continente. Cuenten con nuestro modesto concurso para ella y para con todos los procesos y escenarios de la unidad nuestramericana.
Ni Un Paso Atrás Liberación o Muerte.
Ejército de liberación Nacional de Colombia,
Montañas de Colombia, julio 9 del 2015
Nicolás Rodríguez Bautista
Primer Comandante del ELN