DECLARACIÓN DE UNIFICACIÓN DE LAS FAR Y EL MOVIMIENTO 13 DE NOVIEMBRE
El proceso de lucha del pueblo guatemalteco y particularmente del desarrollo de la guerra revolucionaria, han puesto de relieve una gran cantidad de problemas nuevos. Problemas prácticos y cuestiones tácticas, indisolublemente ligados a la teoría y a la estrategia revolucionaria, en una palabra, a la ideología, han tenido que examinarse una y otra vez, a fin de esclarecer la naturaleza y el carácter de las discrepancias que han separado en algunos momentos a los revolucionarios más consecuentes y honestos.
Es conocido el hecho de que durante los últimos años ha habido una serie de crisis de dirección en las filas de los combatientes armados del pueblo de Guatemala. Esta crisis se debió esencialmente a la pretensión de aplicar a las condiciones actuales, métodos de trabajo político que una larga tradición de comportamiento de los órganos y cuadros del Partido Comunista habían convertido en mecánicos y dogmático.”., lerdos y parlamentarios; aparte de que por su formación y condiciones subjetivas, influyentes cuadros del PGT jamás concibieron la toma del poder por el pueblo sino que se quedaron en la pura y simple concepción de un proletariado convertido en fuerza de presión, cuando más. Pero también contribuyó a la crista de dirección la experiencia que la revolución guatemalteca en marcha tuvo con una de las cuatro expresiones del trotskismo contemporáneo, tanto por las equivocadas concepciones de ésta, como porque su presencia sirvió de buen pretexto u los interesados en dividir a los revolucionarios y en obstaculizar el ascenso de la lucha.
No obstante el grave problema que para enfrentar al enemigo nacional y de clase significaba la crisis mencionada, las Fuerzas Armadas Rebeldes y el Movimiento 13 de Noviembre, demostraron su voluntad de mantener la lucha y su vitalidad política, resistieron al adversario contragolpeándolo insistiendo cada vez que se presentaba la ocasión en la búsqueda de un nuevo planteamiento de unidad para los combatientes armados.
Es inconcebible que continúen existiendo dos movimientos paralelos que afirman que la lucha armada es el único camino que la historia señala a nuestro pueblo para alcanzar la libertad, el progreso y la justicia; que no vacilan en proclamar como su propósito la toma del poder a efecto de establecer un gobierno revolucionario que sirva de instrumento para acabar en Guatemala con la explotación despiadada a que son sometidos los trabajadores asalariados, campesinos, la clase media pobre y el país en general, por el imperialismo; que con verdadero realismo proletario consideran que la solidaridad entre los pueblos que luchan por el progreso y contra todas las sujeciones, sólo deja de sor literaria cuando se combate nacionalmente, o sea que en esta hora del mundo, la verdadera solidaridad entre los combatientes se da atacando y destruyendo al imperialismo y a sus aliados oligárquicos en los límites nacionales.
Sólo con la unidad es posible concentrar los recursos de guerra y conducir al pueblo hacia la victoria. Las acciones unitarias esporádicas y aún la coordinación más armónica, son limitadas en comparación con la unidad orgánica, con la integración total en una sola estructura. Aparte de que la forma de lucha que se nos ha impuesto demanda de nosotros una férrea disciplina y una jerarquía vertical. Y esto sólo puedo alcanzarse con la unidad orgánica de todos los combatientes armados.
En el largo y difícil camino que las direcciones de las Fuerzas Armadas Rebeldes y el Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre han recorrido para su unificación, deben destacarse: el juicio celebrado contra los trotskistas en el Frente Guerrillero Alejandro de León, que culminó con la expulsión de los cuatro últimos elementos trotskistas que quedaban en las filas del MR-13; la visita que el Comandante César Montes hizo al Frente Guerrillero Alejandro de León a mediados de 1966; la visita que el Comandante Marco A. Yon Sosa hizo al Frente Guerrillero Edgar Ibarra en octubre del mismo año; la independencia obtenida por las FAR al haberse liberado del tutelaje dogmático de la camarilla oportunista del PGT; y finalmente los debates revolucionarios sostenidos a fines de enero del corriente año entre las FAR y el MR-13 y que concluyeron con los acuerdos siguientes:
Primero: La integración total y definitiva de las Fuerzas Armadas Rebeldes y el Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre en una sola organización que se denominará FUERZAS ARMADAS REBELDES.
Segundo: La integración de una COMANDANCIA ÚNICA, cuyos miembros por su orden son los Comandantes MARCO ANTONIO YON SOSA y CESAR MONTES.
Tercero: La adopción de una misma línea político-militar y una misma concepción estratégica en el desarrollo de la guerra revolucionaria.
La unificación definitiva y total de las fuerzas consecuentemente revolucionarias, de la vanguardia combatiente de los trabajadores, de los campesinos y de todo el pueblo de Guatemala, fortalece ni movimiento revolucionario en nuestro país y su realidad es por sí sola un duro revés para la antipatria que representan las fuerzas retrógradas a que sirve el gobierno títere y sanguinario del presidente Méndez Montenegro.
La gran importancia de estos acuerdos obtenidos en tan históricas reuniones, el avance real que esta unificación representa, explican por qué debe comunicarse de inmediato su contenido a todos nuestros combatientes, lo mismo que a nuestros simpatizantes, amigos y revolucionarios en general, a fin de que tomen las medidas correspondientes y se PROYECTE A LA MAYOR BREVEDAD POSIBLE EN TODOS LOS LUGARES Y NIVELES LA UNIFICACIÓN ORGÁNICA ACORDADA: y al mismo tiempo para que se ESTUDIEN Y APLIQUEN LOS MÉTODOS MAS AGILES Y AUDACES QUE PERMITAN DAR FORMA Y CONSOLIDAR LA ORGANIZACIÓN HACIENDO A UN LADO AQUELLAS FORMAS DE TRABAJO QUE POR SU LENTITUD Y BUROCRATISMO SON INADECUADAS E INSUFICIENTES EN LAS CONDICIONES ACTUALES.
Nuestra decisión de combatir hasta la victoria por la liberación de Guatemala del imperialismo, por la abolición de la explotación de las mayorías, por la desaparición de las injusticias y la arbitrariedad con que se trata a las masas trabajadoras y campesinas, por la implantación real de la democracia en nuestro país, decisión que de ahora en adelante será más efectiva en la práctica gracias a nuestra unidad, en la solidaridad combatiente que ofrecemos a todos los pueblos del mundo que luchan por su liberación, en particular al heroico pueblo de Vietnam, cuyas batallas nos inspiran y nos señalan la senda victoriosa de la lucha armada.
POR LOS MAS CAROS INTERESES DEL PUEBLO TRABAJADOR DE GUATEMALA. DE LOS CAMPESINOS, DE LOS DEMÁS SECTORES EXPLOTADOS. AL MISMO TIEMPO QUE COMUNICAMOS NUESTRA UNIFICACIÓN, REPETIMOS NUESTRA FIRME, INQUEBRANTABLE DECISIÓN DE ¡VENCER O MORIR POR GUATEMALA!
¡VENCER O MORIR POR GUATEMALA!
Marco Antonio Yon Sosa
César Montes
Guatemala, Sierra de las Minas, febrero de 1968.
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Fuente: Cristianismo y Revolución, Nº 10, pp. 42-43.