República mexicana, 9 de Septiembre de 2003

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LAS ORGANIZACIONES REVOLUCIONARIAS DE NUESTRA PATRIA
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO


Nuestro Partido Democrático Popular Revolucionario Ejército Popular Revolucionario-Tendencia Democrático Revolucionaria(PDPR-EPR-TDR) toma la palabra, de nueva cuenta, para compartir su pensamiento, sus ideas y sus recuerdos como un remedio contra el olvido, contra la amnesia, contra la mentira y contra el engaño.

Toma la palabra para decir y advertir que hubo un tiempo en el cual se creía que algunos seres mitológicos con cuerpo de mujer, las Sirenas, emitían sus cantos desde lugares muy lejanos; cantaban desde zonas muy distantes y alejadas de cualesquiera lugar donde hubiera algún ser humano, de modo tal que quienes escuchaban las voces dulces de éstas quedaban impresionados de tal manera que dejaban de hacer lo que en ese momento realizaban y dirigían sus pasos hacia el lugar de donde provenían los cantos.

Después de cruzar el trayecto que les separaba de aquéllas visiones, al mirarlas se paralizaban y eran convertidos en estatuas de sal, quedando como mudos testigos, de un engaño que les suspendió para siempre.

Desde entonces se sabe que cantos diversos, entonados desde diferentes rincones del planeta, pretenden engañarnos y paralizarnos con el propósito de que, petrificados (convertidos en estatuas de piedra), seamos mudos testigos de la mentira y el engaño, sin siquiera conservar un vestigio de recuerdos que nos ate a la historia de nuestros pueblos.

"Que no lo sepan los agazapados/ Que todo quede entre la noche y tu silencio" decía, casi susurrando al oído de su patria amada, el poeta chileno Pablo Neruda; sin embargo, nosotros pudimos escuchar sus palabras y comprender su mensaje, y supimos que ese amor infinito fertilizó la remembranza histórica y política, nos dimos cuenta que se gestaba un modo de ser que no sería liquidado por el traidor, ni por los asesinos, ni por quienes quisieron amputar nuestra memoria y condenarnos a la amnesia histórica, sepultada en el fondo de los mares de sangre derramada por los muertos.

El silencio va cediendo poco a poco su lugar a la palabra y ésta se desliza, como viento que viaje de un lado a otro, para dejar en la conciencia de quienes escuchan los pasos de los que permanecen como evidencia viva de la insidia, el pensamiento, los sueños y recuerdos.

El silencio se aleja y deja su lugar a la palabra para recordarnos que este mes, septiembre, ha querido ser enmascarado con los velos de la ideología neoliberal fascista del jefe nato de los "tres cochinitos" –Ja--, quisimos decir de los "tres chiflados" y, desde luego, del "eje del mal".

Se querrá, sin duda alguna, reducir la historia universal al derrumbe de las Torres Gemelas y a la "lucha frontal" contra el "terrorismo" (eufemismos con los cuales se refiere hoy a los enemigos del Imperialismo y al proceso de globalización de los intereses imperiales y de la hegemonía Neoliberal Fascista). Mas para desenmascarar el propósito asesino de los recuerdos, emerge la palabra vivificadora.

La palabra ocupa el lugar que le corresponde y se dirige también hacia un lugar que el presidente de México, el Sr. Vicente Fox, no percibe ni identifica. No es, desde luego, el México mágico y maravilloso que nos ha dibujado en su fábula sin nombre el día 1° de septiembre. Tampoco se trata del México que Elba Esther Gordillo –la asesina del profesor Misael Núñez Acosta y la Alí Babá del SNTE, con sus cuarenta ladrones del Comité Ejecutivo Nacional del mismo— se propuso mostrar a sus alumnos en una clase ese mismo día; mucho menos es el maravillosos espejismo que los partidos políticos electoreros – dizque de oposición al gobierno del cambio para el no cambio— muestran como camino cierto al cambio de rumbo y estilo...

¡¡¡No!!!

De ninguna manera se trata de la "reconformación" de la proyección de un PRI putrefacto y que como muerto viviente camina por nuestra patria creyéndose resurrecto profeta.

Es tan sólo que la memoria se niega a sepultar los recuerdos y, gracias a la palabra, quiere mostrarnos, uno a uno, algunos de los días de un único mes, que guarda tesoros y secretos que no deben ser borrados de la faz de la tierra...

Vayan pues estas hojas de un calendario que se arrancan, día tras día, para leer la efeméride que muestra los signos de nuestra historia.


HOJA PRIMERA. 1° DE SEPTIEMBRE.

Era la voz de un presidente que, por medio de su tercer informe de gobierno, se dirigía al pleno del Poder Legislativo (Cámaras de Diputados y Senadores) y, a través de la televisión, a nuestro pueblo para mostrar, sin las artes de las que disponen los magos, un mundo mágico y maravilloso que no existe más allá de la delirante cabeza de quienes elaboraron el informe y de quien, naturalmente, lo leyó.

Era la voz que esquivaba el reconocimiento de la creciente miseria de nuestro pueblo, como condición necesaria de la creciente riqueza de unos cuantos, y que afirmaba que aquélla se reduce, con migajas de caridad pública (o privada) cuyo nombre aparece unas veces como "paquetealcance", otras como "ataque frontal a la pobreza", algunas más como "chambatel", "arranquemos parejo" y tantos nombrecitos que el "Juan Bautista" de la política nacional se encarga de poner a sus delirantes ilusiones; era una voz que se lamentaba – con lágrimas de cocodrilo y risa de hiena-- de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez e inventaba el recurso del engaño existente en México, una comisión especial, para aparentar una preocupación inexistente y pretender resolver un problema que no les interesa ni pueden resolver.

La tradición dejó escuchar mentiras y retórica sin fondo de la boca de quienes muy lejos están de pretender el cambio radical de nuestra patria y de quienes han vivido del engaño, del robo, de la corrupción y a condición de la miseria, hambre e ignorancia de nuestro pueblo.

La costumbre no esbozó, por ningún lugar, alguna idea que señalara cuestiones como la siguiente:

México, como ha sido amplia y profundamente demostrado en estudios diversos y por diferentes estudiosos en la materia, es un país que dispone de grandes extensiones de tierra; posee cantidades importantes de recursos naturales renovables y no renovables (como petróleo, oro, plata, agua, maderas finas, café, tabaco, uranio, etc.); dispone de extensas playas y recursos derivados del mar, por ambos océanos; tiene una importante cantidad de productos para la alimentación, etc., para no elaborar una enorme lista de la riqueza natural y humana que la caracteriza. Es decir, nuestro país posee riquezas que han atraído el interés económico, político y científico de diversos personajes (como Alexander Von Humboldt) y Estados (como España, Francia y, por supuesto los Estados Unidos de Norteamérica); a modo de síntesis, pudiérase decir que nuestra patria es, por las razones expuestas, una nación rica en recursos naturales y humanos.

Tampoco se enunció la idea de que, paradójicamente, siendo México un país sumamente rico, muestra el signo de la dinámica (interna y externa) de los países más pobres del mundo. Hambre, miseria, enfermedades de la pobreza, analfabetismo (funcional y absoluto), niños de y en la calle, prostitución infantil y femenina por razones económicas, delincuencia en alto grado, narcotráfico galopante, violencia social generalizada, exclusión de sectores importantes de la población de los beneficios de tal riqueza, migración interna y externa que condena, aún más, a nuestro pueblo a la explotación desmedida y a la muerte, descomposición moral de los individuos y ética de la sociedad, etc., etc., y miles de etcéteras más.

Mucho menos de consideró que a pesar de que tal riqueza debiera favorecer una vida de mejor calidad para nuestro pueblo, ello no se observa; más bien, por el contrario, México evidencia la ausencia de políticas públicas estatales orientadas hacia la población mayoritaria de la nación, muestra signos de una búsqueda desmedida de control de dicha riqueza por un minúsculo sector de la sociedad (el Imperialismo Neoliberal Fascista, la burguesía criolla, los caciques y terratenientes que perviven al amparo del gobierno de la república y los políticos que se disputan el control de los órganos de gobierno –el poder ejecutivo, el legislativo o el judicial para beneficio propio); deja ver una ausencia plena de democracia participativa (reduciendo ésta a participar en una elecciones y ser desechado al olvido el resto del ciclo político electoral), se revela como un país donde la corrupción dentro del Estado y gobierno campea orondamente, en el cual la impunidad para quienes detentan el poder político y económico nacional es plena, donde la alianza de las estructuras gubernamentales con los poderosos narcotraficantes es el pan nuestro de cada día; donde la determinación de reprimir cualquier manifestación de lucha popular se promueve, donde el respeto de los más elementales derechos humanos es letra muerta, donde se encarcela y asesina a los "enemigos" identificados por el Estado y gobierno (estigmatizándolos dentro de los linderos de la delincuencia y de la desviación social de la norma), donde se les asesina y después se afirma que se suicidaron, donde se les ofrecen políticas migratorias con los Estados Unidos de Norteamérica para que se vayan del país...

En fin, no se quiso admitir que México es un país de riqueza (para el Imperialismo Neoliberal Fascista, para la oligarquía criolla, para caciques y terratenientes y, desde luego, para los funcionarios de gobierno) y miseria (para el resto de nuestro pueblo obreros, campesinos, trabajadores diversos, desempleados y los prescindidles de siempre); que es una nación carente de principios jurídicos, políticos y éticos que garanticen el desarrollo pleno de todos sin exclusión de ningún tipo y que es una República que no se ha terminado de deshacerse en las manos de los gobernantes, pero que día con día avanza en tal dirección.

Nunca se dijo –en la fábula foxista—que México, como una nación caracterizada por su riqueza y miseria simultánea, por su carácter capitalista dependiente y subdesarrollado estructuralmente -- explicada esta situación, clara y atinadamente, por los teóricos de la dependencia--, no puede resolver las contradicciones descritas si no resuelve estructuralmente y con la participación democrática, amplia y masiva de su pueblo la naturaleza del Modo de Producción Capitalista, dependiente y subdesarrollado de origen, que nos ha caracterizado desde que la Revolución Mexicana fue usurpada discursivamente por una burguesía en el poder político.

Nunca se expresó la idea de que la solución a estas cuestiones se encuentra en la transformación radical de nuestra sociedad y la constitución de un poder popular en pos de una Nueva República, un Nuevo constituyente y, en consecuencia, una Nueva Constitución Política, un Nuevo Modelo Económico y político y otras condiciones de vida para nuestro pueblo. Pero ¿Cómo esperar estas cuestiones de una obra mitológica cargada de mentiras y engaños? ¿Cómo imaginar la búsqueda de solución a una problemática que, para bien de los poderosos, los de arriba, los multimillonarios y sus patiños y servidumbre es necesaria? ¿Cómo pedirles que busquen la destrucción de aquello que les ha dado poder y riqueza?

El 1° de septiembre, un día más en el rito de tradiciones y leyendas de México, se prosiguió con la gran farsa, con la mentira más cínica de las contadas por el "Gobierno del cambio" y se reiteró que en manos nuestras –del pueblo de México y las organizaciones que le representan y dentro de las cuales participa—se encuentra la posibilidad de resolver estas cosas.

HOJA SEGUNDA. 11 DE SEPTIEMBRE

No era, naturalmente, el año de 1992; corría el trágico 1973, hace ya de esto treinta años.

No nos lo contó ningún agorero de la historia, tampoco fue la narrativa de poetas que cantaron a la luna y las estrellas; no.

Es la maldita memoria que se niega a sepultar en el camposanto de los olvidos, los recuerdos que martillan todas las 24 horas, de todos los días, de todas las semanas, de todos los años, de todos los lustros, de las tres décadas que separan los sueños nunca cercenados, de las venganzas que día con día se realizan contra el autor intelectual de la barbarie...

Es esa memoria que cargamos como si fuera un otro yo que nos dice al oído:

-- ¿Recuerdas cuando un 21 de mayo de 1971, ante el Congreso de la República de Chile, el Dr: Salvador Allende dijo a su pueblo: "Conciudadanos del Congreso: Al comparecer ante ustedes para cumplir con el mandato constitucional, atribuyo a este Mensaje una doble trascendencia: es el primero de un Gobierno que acaba de asumir la dirección del país, y se entrega ante exigencias únicas en nuestra historia política. Por ello quiero concederle un contenido especial, concorde con su significado presente y su alcance para el futuro./ Durante 27 años concurrí a a este recinto, casi siempre como Parlamentario de oposición./ Hoy lo hago como Jefe de Estado, por la voluntad del pueblo ratificada por el Congreso."

Desde luego que lo recordamos, ¡¡¡Cómo olvidar semejante evento, si las lágrimas cargadas de emoción ruedan aún por nuestro rostro!!!

-- ¿Y recuerdas ese rostro, el de Víctor Jara, el músico que cantaba y escribía obras de teatro y poesía para el pueblo chileno y para la Unidad Popular? ¡¡¡Como olvidar esa voz que también en 1971, en nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, prodigó cantos de esperanza para un pueblo que hirió los sentimientos del traidor y sus secuaces!!!

-- ¿Y la voz del poeta que ese mismo año de 1971 obtuvo el Premio Nóbel de Literatura y que cedió su candidatura a la presidencia chilena para apoyar al Dr. Allende, la recuerdas?

Recordamos cómo era su voz, cómo era su figura y cuáles eran sus poemas; ¡¡¡Claro que recordamos a Pablo, al poeta!!! Porque en noches como esta estuvo entre nosotros...

-- ¿Y la Voz de Miguel Enríquez, alto dirigente del MIR, que combatió al lado de la Unidad Popular por el sueño que quisieron mutilar los militares al servicio del Imperialismo Estadounidense?

¡¡¡Claro que lo recordamos!!!

Pero los recuerdos no perecen, ni mueren, ni se extinguen; nos arrojan al rostro la viva imagen del temor inocultable que el jefe nato de los "tres cochinitos", de los "tres chiflados", del "eje del mal" evidenciaba ante la afrenta de un pueblo, por amor y por deber reunido en torno de una idea poética, política, revolucionaria... El socialismo.

Las reminiscencias nos regresan a una época en la cual se cantaba, se estudiaba y se nacionalizaba el cobre –chileno—para Chile; se estudiaba para mejorar la patria y toda América Latina amaba a Chile porque era la esperanza nuestra y de nuestros pueblos; y los chilenos amaban más a Chile, su patria, porque era el ejemplo a seguir...

El Imperio no toleró tanto porvenir; los gorilas, al servicio del autor intelectual, preparaban la "gran comilona" y eran alimentados en sus ansias asesinas por la ITT, la ANACONDA (Asociación Nacional del Cobre, Privada), la Embajada del gobierno de los Estados Unidos de América, y los militares apátridas de la región.

Y llegó, por fin, el día 11 de septiembre del año de 1973. Y Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza operaron el Golpe de Estado. Y los esbirros asesinaron a miles de chilenos en el Estadio Nacional de Chile. Y los criminales torturaron con saña inaudita a miles de jóvenes y luego los asesinaron. Y los hijos de Hitler, Franco y Mussolini, de Hiroito y de Nixon perpetraron la intentona de asesinar a la paloma.

Pero el mismo día, el 11 de septiembre de 1973, el Dr. Salvador Allende, al mando de los soldados leales a la patria, defendió con su propia vida el deber y el mandato de su pueblo, defendió hasta el último aliento la Moneda; y Víctor Jara cantó hasta que el asesino lo mató y, a tres días del golpe, el poeta escribió su testamento:

"De los desiertos del salitre, de las minas submarinas del carbón, de las alturas terribles donde yace el cobre y lo extraen con trabajos inhumanos las manos de mi pueblo, surgió un movimiento liberador de magnitud grandiosa. Ese movimiento llevó a la presidencia de Chile a un hombre llamado Salvador Allende, para que realizara reformas y medidas de justicia inaplazables, para que rescatara nuestras riquezas nacionales de las garras extranjeras... Donde estuvo, en los países más lejanos, los pueblos admiraron al presidente Allende y elogiaron el extraordinario pluralismo de nuestro gobierno. Jamás en la historia de la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, se escuchó una ovación como la que le brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo.

Aquí en Chile se estaba construyendo, entre inmensas dificultades, una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de nuestra soberanía, de nuestro orgullo nacional, del heroísmo de los mejores habitantes de Chile. De nuestro lado, del lado de la revolución chilena, estaban la Constitución y la ley, la democracia y la esperanza.

Del otro lado no faltaba nada. Tenían arlequines y polichinelas, payasos a granel, terroristas de pistola y cadena, monjes falsos y militares degradados. Unos u otros daban vueltas en el carrusel del despecho. Iban tomados de la mano el fascista Jarpa con sus sobrinos de "Patria y Libertad", dispuestos a romperles la cabeza y el alma a cuanto existe, con tal de recuperar la gran hacienda que ellos llamaban Chile. Junto con ellos, para amenizar la farándula, danzaba un gran banquero y bailarín, algo manchado de sangre; era el campeón de rumba González Videla, que rumbeando entregó hace tiempo su partido a los enemigos del pueblo. Ahora era Frei quien ofrecía su partido demócrata-cristiano a los mismos enemigos del pueblo, y bailaba además con el ex coronel Viaux, de cuya fechoría fue cómplice.

Estos eran los principales artistas de la comedia. Tenían preparados los viveros del acaparamiento, los "miguelitos" , los garrotes y las mismas balas que ayer hicieron de muerte a nuestro pueblo en Iquique, en Ranquil, en Salvador, en Puerto Montt, en la José Maria Caro, en Frutillar, en Puente Alto y en tantos otros lugares. Los asesinos de Hernán Mery bailaban con naturalidad santurronamente. Se sentían ofendidos de que les reprocharan esos "pequeños detalles".

Chile tiene una larga historia civil con pocas revoluciones y muchos gobiernos estables, conservadores y mediocres. Muchos presidentes chicos y solo dos presidentes grandes: Balmaceda y Allende.

Es curioso que los dos provinieran del mismo medio, de la burguesía adinerada, que aquí se hace llamar aristocracia. Como hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la mediocre oligarquía, los dos fueron conducidos a la muerte de la misma manera.

Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras. Allende fue asesinado por haber nacionalizado la otra riqueza del subsuelo chileno, el cobre. En ambos casos la oligarquía chilena organizó revoluciones sangrientas. En ambos casos los militares hicieron jauría. Las compañías inglesas en la ocasión de Balmaceda, las norteamericanas en la ocasión de Allende, fomentaron y sufragaron estos movimientos militares.

En ambos casos las casas de los presidentes fueron desvalijadas por órdenes de nuestros distinguidos "aristocratas". Los salones de Balmaceda fueron destruidos a hachazos. La casa de Allende, gracias al progreso del mundo, fue bombardeada desde el aire por nuestros heroicos aviadores...

(...)

Recibidos los treinta dineros todo volvió a su normalidad. La sangre de unos cuantos miles de hombres del pueblo se secó pronto en los campos de batalla. Los obreros más explotados del mundo, los de las regiones del norte de Chile, no cesaron de producir inmensas cantidades de libras esterlinas para la City de Londres.

Allende nunca fue un gran orador. Y como estadista era un gobernante que consultaba todas sus medidas. Fue el antidictador, el demócrata principista hasta en los detalles. Le tocó un país que ya no era el pueblo bisoño de Balmaceda; encontró una clase obrera poderosa que sabia de que se trataba.

Allende era dirigente colectivo; un hombre que, sin salir de las clases populares, era un producto de la lucha de esas clases contra el estancamiento y la corrupción de sus explotadores. Por tales causas y razones, la obra de que realizó en tan corto tiempo es superior a la de Balmaceda; más aun, es la más importante en la historia de Chile. Sólo la nacionalización del cobre fue una empresa titánica, y muchos objetivos más se cumplieron bajo su gobierno de esencia colectiva.

Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte de mi gran compañero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver. La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo inerte, con muestras de visible suicidio.

La versión que ha sido publicada en el extranjero es diferente. A reglón seguido del bombardeo aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre: el Presidente de la Republica de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su corazón , envuelto en humo y llamas.

Tenían que aprovechar una ocasión tan bella. Había que ametrallarlo porque nunca renunciaría a su cargo. Aquel cuerpo fue enterrado secretamente en un sitio cualquiera. Aquel cadáver que marchó a la sepultura acompañado por una sola mujer que llevaba en si misma todo el dolor del mundo, aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las metralletas de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile."

Doce días después, el domingo 23 de septiembre (¡¡¡Vaya, vaya, vaya!!! Los hechos parecen confundirse), el poeta, agonizando doblemente, una agonía por la muerte de sus camaradas en la lucha, una agonía por la muerte del camarada Allende y, la otra, la otra agonía, por el cáncer maldito que le arrebataba la vida, se aleja de este mundo y muere.

Y Víctor escribió antes de morir en el Estadio Nacional Chileno, algunos días después del 11 de septiembre:

Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿ Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país ?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fabricas.

¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!

Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.

Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores
uno saltó al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.

¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
Sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo
¿Es este el mundo que creaste, dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
en estas cuatro murallas solo existe un numero

que no progresa,
que lentamente querrá más muerte.
Pero de pronto me golpea la conciencia
y veo esta marea sin latido,
pero con el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
llena de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Que griten esta ignominia!
Somos diez mil manos menos
que no producen.

¿Cuántos somos en toda la Patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas
Asi golpeará nuestro puño nuevamente

¡Canto que mal me sales
Cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto.
De verme entre tanto y tantos
momentos del infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto.
Lo que veo nunca vi.,
lo que he sentido y que siento
hará brotar el momento...

EPÍLOGO

El día 11 de septiembre no es del Imperialismo Neoliberal Fascista, es nuestro, porque somos tan chilenos como mexicanos fueron ellos. Es nuestro porque América es nuestra como nuestros son los cantos, son las voces, son los sueños...

Este 11 de septiembre del 2003 llamamos a nuestro pueblo y a las organizaciones revolucionarias a rendir un homenaje, en la trinchera donde se encuentren, al Dr. Salvado Allende, al poeta Pablo Neruda, al Cantor Víctor Jara y a todo el pueblo chileno...

¡¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR¡¡¡

PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA
PDPR-EPR-TDR

República mexicana, 09 de Septiembre de 2003