La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, Marzo 21 de 2016, año de la paz
Señor
JOHN KERRY
Secretario de Estado de los Estados Unidos de América
Por su intermedio agradecemos al Gobierno de los EE. UU. el respaldo a los Diálogos de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP que buscan en la Mesa de La Habana poner fin al más largo conflicto armado del hemisferio occidental.
Junto a Noruega, Cuba, Venezuela y Chile, Washington ha ayudado en los momentos difíciles a encontrar caminos de entendimiento entre las partes. Ello ha permitido que un sector importante de la sociedad colombiana comience a percibir a EE. UU. como un amigo de la solución política, y el histórico encuentro con las FARC-EP en la ciudad de La Habana, contribuye a fortalecer tal sentimiento. Esto ha sido un logro de la administración del Presidente Barack Obama.
Agradecemos el trabajo realizado por el enviado especial del Departamento de Estado, Sr. Bernard Aronson, quien nos ha ayudado a comprender la visión de los EE. UU. sobre Colombia. Aspiramos a que por su intermedio, también comprendan nuestra altruista lucha, llena de ideales y de humanismo. Al fin de cuentas, durante décadas de confrontación, las FARC-EP no han hecho otra cosa que seguir la justa proclama de la primera Declaración de derechos humanos del planeta, la del buen pueblo de Virginia, del 12 de junio de 1776, reiterado el 4 de julio con estas sabias palabras:
“(…) cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, que persigue invariablemente el mismo objetivo, evidencia el designio de someter a los pueblos bajo un despotismo absoluto, es el derecho de ellos, es el deber de ellos, derrocar ese gobierno y proveer nuevas salvaguardas para su futura seguridad. (…)”
Nos asisten razones para creer que los EE. UU. están en condiciones de ver en las FARC-EP un socio confiable en la construcción de la paz continental, y esperamos que en consecuencia, nos reconozcan como una fuerza política empeñada en la expansión de la democracia y el progreso social de Colombia.
Es nuestra intención seguir trabajando resueltamente en estos pocos meses que nos separan del Acuerdo Final, con la certeza de que nada es posible sin la providencia (Nil sine numine); y todo, incluso lo más difícil, es posible de solucionar con buena voluntad.
Para tal propósito hemos entregado a los plenipotenciarios del Gobierno de Colombia y a los países garantes, una hoja de ruta que contiene elementos fundamentales como el Cese al Fuego y las hostilidades, la dejación de las armas, garantías de seguridad y fin del paramilitarismo.
Al respecto, Sr Kerry, por su conducto pedimos a EE. UU. ayude a frenar la violencia paramilitar, que en medio del proceso de paz, sigue impunemente segando la vida de defensores de Derechos Humanos y dirigentes sociales.
Complementariamente le proponemos contribuya a poner en marcha ya el Acuerdo logrado en la Mesa de Diálogos sobre solución al problema de los cultivos de uso ilícito con la implementación de los proyectos y programas económicos alternativos acordados en beneficio de los campesinos.
Finalmente queremos expresarle nuestro convencimiento de que en fecha no lejana le daremos la buena nueva al país y al mundo que Colombia ha llegado a la paz. Los pasos que estamos dando así lo auguran. Uno de los más importantes, es sin duda, la aprobación por el Consejo de Seguridad de NN. UU. de la Resolución 2261 que establece una misión política encargada del monitoreo del Cese bilateral de fuegos y hostilidades, así como de la dejación de armas.
Trabajemos para que se haga realidad la aspiración de que América Latina y el Caribe sean una zona de paz.