Es grato para el Ejército de Liberación Nacional saber que el inicio de la fase pública de diálogo y los contenidos de la Agenda pactada, llenan las expectativas de Ustedes y de importantes expresiones de la sociedad colombiana.
Desde el gobierno de Cesar Gaviria (1990-1994), planteamos buscar la paz por la vía del dialogo, entendida como el logro de la justicia y equidad social, la democracia y la soberanía.
Desde entonces entendimos que esa paz, es imposible alcanzarla sin el decidido concurso de la sociedad, sobre todo de aquella marginada, empobrecida, reprimida y excluida del poder, que clama esa paz y la verdadera justicia.
No tenemos duda que en el esfuerzo por lograrla, es indispensable que estemos todos y todas, hombro a hombro, porque esa paz es indispensable para todas y todos los colombianos; por ello hemos llamado a los cristianos, académicos, artistas, profesionales, intelectuales, a todas las expresiones de la clase media, a los líderes políticos y a los empresarios; quienes vean en este modelo de paz que planteamos, el verdadero futuro de esta nuestra Colombia, malherida por las extremas desigualdades sociales, la represión oficial, la discriminación étnica y social; que han conducido a muchos colombianos al camino de la rebeldía, para resistir y luchar por unos ideales, que desde los inicios del ELN hacen parte de nuestra esencia y en ellos, está la paz de Colombia.
Sus cartas nos alientan y plantean la urgencia de organizar la participación social en el proceso de paz. Una ventaja es la existencia de diversas iniciativas y esfuerzos por la paz, organizados desde la sociedad colombiana, que constituyen un soporte básico, para ingeniar un diseño que concrete una participación efectiva.
Ninguna expresión social que se plantee participar en el proceso de paz puede quedarse por fuera de ella; esto nos exige a todos, ser muy plurales y creativos, para que este propósito se logre a plenitud.
Ustedes hacen referencia a la necesidad de pactar un Cese bilateral del fuego y las hostilidades, el que también hemos planteado como una urgencia, para crear un ambiente propicio a los diálogos de paz.
Los millones de colombianas y colombianos que en las regiones viven los rigores del conflicto, claman por el Cese bilateral, pero el gobierno de Santos lo niega basado en su lógica de buscar la paz bajo presión militar, que obedece a una estrategia belicista y desconoce la necesidad de humanizar el conflicto; por esto la única manera de lograr un Cese bilateral es que se convierta en una masiva solicitud de la sociedad entera.
Es perversa la imposición del gobierno de dialogar en medio del conflicto y más grave aún, es su condena de las respuestas beligerantes de la insurgencia, hechas en defensa a las gigantescas operaciones contraguerrilleras, que cubren extensos territorios, en donde desde hace más de medio siglo se mantiene la insurgencia colombiana.
El inolvidable Camilo Torres decía que como la lucha es larga, hay que empezar ya; por lo que dado este paso en el camino de la paz, hay que sostener el ritmo de la marcha y con su aporte, estamos seguros que completaremos jornadas trascendentales hacia una paz estable y duradera.