Saludo a los trabajadores en su día

SALUDO A LOS TRABAJADORES EN SU DÍA

En este 1 de mayo de 2016 las FARC-EP deseamos dirigirnos al conjunto de las trabajadoras y trabajadores colombianos con el fin de compartir unas reflexiones sobre la coyuntura actual y las tareas que desde la óptica de la insurgencia se ponen al orden del día para todos aquellos que aspiramos a un mañana mejor para la patria.

Colombia está viviendo momentos cruciales de su historia. Es muy probable que en los próximos meses se firme un acuerdo definitivo de paz entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, algo que trascenderá la vida de la nación por varias generaciones.

Aspiramos a poner fin con ese acuerdo al círculo vicioso de la violencia política que ha caracterizado el actual régimen de dominación. La esencia del acuerdo definitivo de paz es la ampliación de la democracia para que todos podamos participar activamente en la discusión y decisión de los grandes temas nacionales sin correr el riesgo de ser asesinados por nuestras opiniones; pero también, de producir reformas al régimen político que eliminen las trabas que limitan y distorsionan la participación política de las grandes mayorías en beneficio de las élites.

Paralelamente, deben producirse cambios importantes en el campo colombiano con relación a la formalización de la propiedad de la tierra, su uso adecuado y la distribución equitativa; así como la restitución de los millones de hectáreas despojadas; complementado todo esto con planes de desarrollo rural integral que eleven las condiciones de vida de los campesinos y hagan innecesarios los cultivos de uso ilícito como única alternativa de subsistencia para miles de humildes familias.

La firma del acuerdo final es también la oportunidad de la reconciliación para el conjunto de la sociedad colombiana, toda vez que crea las condiciones para que las víctimas puedan ver realizados su derecho a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. Todo lo cual debe estar cimentado sobre el compromiso del conjunto de la sociedad con un: ¡Nunca Más!, y el fin del fenómeno del paramilitarismo y el terrorismo de Estado.

Vistos en perspectiva, son cambios mínimos que deben sentar las bases para que cese el enfrentamiento armado como expresión de los complejos conflictos económicos, sociales, políticos y ambientales que desgarran la nación; en el entendido que se trata de un acuerdo que permita a todos los sectores sociales y políticos seguir confrontando las diferencias de enfoque y las visiones de país por la vía del libre juego democrático de las ideas.

Los trabajadores colombianos como creadores de la riqueza nacional están llamados a jugar un papel central en ese nuevo escenario de la lucha política y social que está por abrirse a partir de los acuerdos de paz. Por eso, nunca antes como ahora se hace más necesaria la unidad y la movilización de las masas trabajadoras del campo y la ciudad.

Se trata en primer lugar de derrotar definitivamente las poderosas minorías que se empecinan en la guerra como la más eficaz de las herramientas para mantener sus privilegios. En segundo lugar, de crear un potente movimiento político y social en defensa de los acuerdos y por el cumplimiento de los mismos, como única garantía para avanzar en la perspectiva de las grandes transformaciones que demanda la Colombia actual.

Superar las nefastas consecuencias que nos han dejado más de dos décadas de neoliberalismo; avanzar en las conquistas laborales y sociales y erradicar el desempleo; recuperar nuestra soberanía alimentaria y defender las invaluables riquezas naturales que poseemos; detener la voracidad del capital transnacional; cerrar la odiosa brecha que hoy separa la ciudad del campo y las abismales diferencias sociales entre los colombianos; derrotar el cáncer de la corrupción que se engulle buena parte de la riqueza creada por los trabajadores; entre otras, son tareas pendientes que demandan un nuevo orden social que solo puede ser producto de una Asamblea Nacional Constituyente, donde debemos reunirnos, sin excepción, todas las expresiones que conforman hoy día la nacionalidad colombiana.

Para las FARC-EP, dar el paso de organización político-militar al escenario de la lucha política abierta es la oportunidad de acercarnos físicamente a los sectores populares que batallan por una vida digna, con democracia y soberanía. En ese escenario esperamos encontrarnos con los trabajadores colombianos y compartir ideas y trincheras, puesto que como profesionales revolucionarios, seguiremos siendo obreros de la industria de la revolución, como la definió Jacobo Arenas en su texto Diario de la Resistencia de Marquetalia.

Mayo 1 de 2016

Estado Mayor Central, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo.
FARC-EP