¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO DÍA DEL PROLETARIADO INTERNACIONAL!
¡COMUNISTAS, PROLETARIOS Y PUEBLOS DEL MUNDO,
UNÁMONOS EN EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO
PARA COMBATIR POR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL!
Cualquier estudio serio de los orígenes de la Iª Guerra Mundial muestra un mundo en el que cada uno de los actores atribuía a su adversario las intenciones agresivas, y las defensivas a uno mismo. En los últimos tiempos la precipitación de los acontecimientos y la similitud con las acciones previas sobre todo al estallido de la Iª Guerra Mundial revelan lo certero de la afirmación de que vivimos la antesala de una nueva guerra imperialista de rapiña por nuevo reparto del mundo.
En Medio Oriente, Siria es un muestrario de contradicciones y fuerzas en contienda y a la vez un punto crítico dentro del frente más candente, a partir del cual podría estallar tal tipo de guerra. Recientemente los Estados Unidos han anunciado que la OTAN el 2017 reforzará sus posiciones bélicas en la frontera Este de Europa caldeando la región europea y las relaciones de Estados Unidos, Rusia y Europa, invocan la necesidad de contener la posible amenaza rusa. Rusia por su parte, fortalecida luego de intervenir en Siria donde no se llegó a acuerdo alguno pese a las negociaciones de paz, declara que actualmente se vive un aumento de la actividad militar de la OTAN en el llamado frente oriental (países bálticos) sin precedentes desde la época de la guerra fría y que el anuncio de la ampliación de la OTAN se da previa campaña de demonizar Rusia, respondiendo que se trata de una amenaza directa ante la cual tomará las medidas necesarias contra tal presencia no justificada. En este frente medioriental tómese en cuenta que ya Arabia Saudita (sunita) anunció su ingreso a Yemén contra los chiítas defendidos por Irán y ambas potencias regionales se disputan la hegemonía del mundo árabe. También Turquía en relaciones congeladas con Rusia ataca a los nacionalistas kurdos como blanco principal en la lucha contra el Estado Islámico.
Estados Unidos a su vez insiste en que no van a limitar sus capacidades de defensa o las de sus aliados ante las amenazas nucleares de Corea del Norte que acaba de lanzar un misil de prueba, ni que tampoco cederá ante el desarrollo tecnológico de Irán aun cuando suscribieron un tratado de restricción nuclear. Asia así fue elevando su temperatura con la creación de estratégicas islas artificiales por China afirmando su soberanía en conflicto principalmente con Estados Unidos, Japón, Filipinas y Vietnam por los mares oriental y meridional, inmediatamente los Estados Unidos enviaron sus buques en negación de tal supuesta soberanía marítima china. A su vez China desde fines del 2015 ha proclamado que su país “ha pasado de ser grande a ser un país grande y poderoso, por lo que la evolución de la defensa y el desarrollo militar requerían una nueva e histórica etapa”, anunciando al mismo tiempo a sus líderes militares la mayor reforma del Ejército desde los años 50 del siglo XX con el fin de mejorar la capacidad de combate. No olvidar que el Ejército chino es el más grande del mundo y uno de los más temibles, asimismo están modernizando aceleradamente su armada debido a que estiman que la principal amenaza para su seguridad nacional es la vía marítima, recordar además su gran poderío nuclear, China es miembro de pleno derecho del “club nuclear” por la fuerza de sus misiles estratégicos.
Por otro lado, las protestas masivas contra las repercusiones de la crisis económica, la desocupación, subocupación, restricciones de derechos y por la restitución de los mismos se manifiestan en las principales capitales de Europa como en París aún en estado de guerra y bajo emergencia debido a que el Estado Islámico extendió sus ataques a París y en Bélgica agravando la condición de estancamiento económico y la delicada situación de los refugiados causada por las agresiones imperialistas principalmente en Medio Oriente, Siria en especial y otros países de África (Mali, Libia o la República Centroafricana) por Francia.
En América Latina se vive un proceso de destitución de gobernantes críticos al dominio imperialista como Nicolás Maduro en Venezuela o Dilma Rousseff en Brasil, levantando corrupción y usando maniobras políticas legalistas como una modalidad diferente de golpe de Estado, buscando fortalecer una de las principales áreas de influencia del imperialismo norteamericano, medida estratégica para enfrentar en mejores condiciones la situación bélica, así como ya garantizó Cuba y pacificó Colombia.
Pero si se ve una intensificación de las contradicciones interimperialistas como fuente de guerra y derivación política de la más grande y extensa crisis del sistema capitalista y hay un panorama que refleja la antesala de una nueva guerra de rapiña imperialista por nuevo reparto del mundo ¿cuál es la respuesta de los partidos comunistas marxista-leninista-maoístas del mundo? ¿Habría o no que responder ante un posible estallido de guerra?
Ante todo el Partido Comunista del Perú parte por reafirmarse en el marxismo-leninismo-maoísmo como la ideología universal del proletariado y en el pensamiento gonzalo nuestra arma ideológica estratégica, específica y principal para la revolución peruana. Y acoge el planteamiento del Presidente Gonzalo de llamar a los comunistas, proletarios y pueblos del mundo a unirse en el marxismo-leninismo-maoísmo para combatir por la revolución proletaria mundial.
El PCP se reafirma en que el marxismo-leninismo-maoísmo es una unidad dialéctica en desarrollo, en que se desarrolla en la medida que se aplica a la solución de los problemas nuevos de la revolución participando activamente en su preparación, desarrollo o continuación y no separando idealistamente la teoría de la práctica como nos lo enseñaron los propios grandes titanes del pensamiento y la acción: Marx, Lenin y el Presidente Mao Tsetung.
Nos reafirmamos también en su validez y vigencia universal y rechazamos la imputación a Marx de supuestos errores que de secundarios no tienen nada porque son partes fundamentales del materialismo dialéctico e histórico tal cual la inevitabilidad del comunismo; al cual se llegará por el desenvolvimiento de las leyes propias del capitalismo como sistema de explotación sustentado en la plusvalía y en la conversión de la fuerza de trabajo del obrero en una mercancía que compra y vende para que le produzca la mayor ganancia posible; sistema que acumula capitales en cada vez menos manos y a la vez empobrece cada vez más al proletariado y a las masas populares; y que, al mismo tiempo va socializando más la producción y acumulando la mayor cantidad de riqueza y de medios de producción en menos manos.
Leyes materiales e históricas que constituyen la base material sobre la cual opera decisivo el proletariado con su ideología, su política y su organización dirigiendo la revolución proletaria que plasme un nuevo sistema de producción, el socialismo, como período de transición con dictadura del proletariado hacia la meta el comunismo. Período de transición en el cual como se ha visto en todo el siglo XX seguirá la lucha de clases, incluso dentro del propio Partido, entre burguesía y proletariado por quién dirige. Largo proceso dentro del cual hay que concretar por la fuerza las cuatro supresiones y la indispensable subversión también con revoluciones para enfrentar toda restauración y llegar al comunismo. No se trata de hacer concesiones a la burguesía, como revisan algunos hoy, no, la dictadura del proletariado en el socialismo presenta la contradicción antagónica entre proletariado y burguesía y exige que el proletariado se instaure en el poder y aplique la dictadura del proletariado para garantizar la continuación del socialismo y transforme la propiedad privada en propiedad de todo el pueblo y surja “una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos” como señalara Marx en el Manifiesto:
“Una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de clase y se haya concentrado toda la producción en manos de los individuos asociados, el poder público perderá su carácter político. El poder político, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de otra. Si en la lucha contra la burguesía el proletariado se constituye indefectiblemente en clase, si mediante la revolución se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza las viejas relaciones de producción, suprime, al mismo tiempo que estas relaciones de producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general, y por tanto, su propia dominación como clase.
En sustitución de la antigua sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clase, surgirá una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos.”
De ahí la importancia de reafirmarse en la necesidad de un partido de clase dentro de lo establecido por Lenin, un partido de nuevo tipo, con una ideología, una política y una organización propia, opuesta y distinta a las de la burguesía. Pues sin Partido no hay dirección de la revolución proletaria y esto es indispensable hoy que se pretende reemplazar la dirección proletaria de la revolución proletaria por una dirección burguesa y una revolución burguesa que cambie dictaduras abiertas y no combata la explotación capitalista ni el dominio imperialista sino supuestas corrupciones, “malas administraciones” o “modelos salvajes”. El que haya Partidos Comunistas que enarbolen el marxismo-leninismo-maoísmo como la ideología del proletariado es una necesidad política para oponerse a la nueva guerra de rapiña imperialista.
Marx señaló la importancia de la dictadura del proletariado para la transformación de la economía, la política y la sociedad capitalista de la burguesía en una economía, política y sociedad socialista, pero también para la extinción del propio Estado, y es completamente falso que no comprendiera la relación dialéctica entre base y superestructura, problema que el mismo Engels aclaró y posteriormente el presidente Mao desarrolló. Sí, es la base económica la que determina la superestructura política e ideológica, pero esta es una relación dialéctica de acciones y reacciones pues estas también actúan sobre aquellas y en ciertos momentos cumplen papel decisivo. Engels en la Introducción a “La lucha de clases en Francia”, en marzo de 1895 escribió:
“El trabajo que aquí reeditamos fue el primer ensayo de Marx para explicar un fragmento de historia contemporánea mediante su concepción materialista, partiendo de la situación económica existente. En el “Manifiesto Comunista” se había aplicado a grandes rasgos la teoría a toda la historia moderna, y en los artículos publicados por Marx y por mí en la “Neue Rheinische Zeitung”, esta teoría había sido empleada constantemente para explicar los acontecimientos políticos del momento. Aquí, en cuanto, se trataba de poner de manifiesto a lo largo de una evolución de largos años, tan crítica como típica para toda Europa, el nexo causal interno; se trataba pues de reducir, siguiendo la concepción del autor, los acontecimientos políticos a efectos de causas, en última instancia económicas.”
Ahí mismo también escribió:
“Cuando Marx escribió este trabajo, la mencionada fuente de errores era todavía más inevitable. Resultaba absolutamente imposible seguir, durante la época revolucionaria de 1848-1849, los cambios económicos que se operaban simultáneamente y, más aún, no perder la visión de su conjunto. Lo mismo ocurría durante los primeros meses del destierro en Londres, durante el otoño y el invierno de 1849-1850. Pero esta fue precisamente la época en que Marx comenzó su trabajo. Y pese a estas circunstancias desfavorables, su conocimiento exacto, tanto de la situación económica de Francia en vísperas de la revolución de febrero como de la historia política de este país después de la misma, le permitió hacer una exposición de los acontecimientos que descubría su trabazón interna de un modo que nadie ha superado hasta hoy y que ha resistido brillantemente la doble prueba a que hubo de someterla más tarde el propio Marx.”
La cita sigue precisando pero aquí baste a lo dicho agregar que también en la Carta de Engels a Conrado Smith fechada: Londres 27 de octubre de 1890, esclarece lo siguiente:
“… Con los reflejos económicos, políticos, etc. ocurre lo mismo que con las cosas reflejadas en el ojo: pasan a través de una lente y por eso aparecen en forma invertida, cabeza abajo. Solo falta el aparato nervioso encargado de enderezarlas para nuestra percepción. El bolsista no ve el movimiento de la industria y del mercado mundial más que en el reflejo invertido del mercado de dinero y de valores, por lo que los efectos se le aparecen como causas…
“Es un juego de acciones entre dos fuerzas desiguales: de una parte, el movimiento económico, y de otra, el nuevo poder político, que aspira a la mayor independencia posible y que, una vez instaurado, goza también de movimiento propio. El movimiento económico se impone siempre, en términos generales, pero se halla también sujeto a las repercusiones del movimiento político creado por él mismo y dotado de una relativa independencia: el movimiento del poder estatal, de una parte, y de otra el de la oposición, creada al mismo tiempo que aquel…
De lo que adolecen todos estos señores, es de falta de dialéctica. No ven más que causas aquí y efectos allí. Que esto es una vacua abstracción, que en el mundo real esas antítesis polares metafísicas no existen más que en momentos de crisis y que la gran trayectoria de las cosas discurre toda ella bajo forma de acciones y reacciones, -aunque de fuerzas muy desiguales, la más fuerte, más primaria y más decisiva de las cuales es el movimiento económico-, que aquí no hay nada absoluto y todo es relativo, es cosa que ellos no ven.”
Más aún, en la Carta de Engels a F. Mehring, fechada en Londres el 14 de julio de 1893 dice:
“Falta además, un solo punto, en el que, por lo general, ni Marx ni yo hemos hecho bastante hincapié en nuestros escritos, por lo que la culpa nos corresponde a todos por igual. En lo que nosotros más insistíamos –y no podíamos por menos de hacerlo así- era en derivar de los hechos económicos básicos las ideas políticas, jurídicas, etc. y los actos condicionados por ellas. Y al proceder de esta manera, el contenido nos hacía olvidar la forma, es decir el proceso de génesis de estas ideas, etc. Con ellos proporcionamos a nuestros adversarios un buen pretexto para sus errores y tergiversaciones…
Esta apariencia de una historia independiente de las constituciones políticas,… de los conceptos ideológicos en cada campo específico de la investigación, es la que más fascina a la mayoría de la gente… Y desde que a esto se ha añadido la ilusión burguesa de la perennidad e inapelabilidad de la producción capitalista,… A. Smith se considera simplemente como un triunfo exclusivo del pensamiento, no como el reflejo ideológico de un cambio de hechos económicos, sino como la visión justa, por fin alcanzada, de condiciones efectivas que rigen siempre y en todas partes… ese modo de ser se basa en una representación vulgar antidialéctica de la causa y el efecto de acciones y reacciones. Que un factor histórico, una vez alumbrado por otros hechos, que son en última instancia hechos económicos, repercute a su vez sobre lo que le rodea e incluso sobre sus propias causas, es cosa que olvidan, a veces muy intencionalmente estos caballeros.”
El PCP también rechaza y condena la posición de “núcleo sólido y gran elasticidad” para la construcción del socialismo bajo la dictadura del proletariado, pues significa sucumbir ante las imputaciones de “autoritarismo” y “falta de democracia” lanzadas por la ofensiva anticomunista del imperialismo y pretende dar concesiones a la burguesía cuando en la construcción del socialismo bajo la dictadura del proletariado la contradicción principal es proletariado-burguesía. En el fondo niega la necesidad de la dictadura del proletariado en el socialismo.
Tómese en cuente que fue el propio Marx quien concibió que:
“La revolución comunista es la ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicionales” y que “en el curso de su desarrollo debe romper de la manera más radical con las ideas tradicionales.” (Crítica al Programa de Gotha)
Que sobre la dictadura del proletariado brindó la imborrable conclusión de que:
“Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transición revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.” (ibid)
Sobre el socialismo y su limitación y la subsistencia del derecho burgués dijo:
“De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía, en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede”. Por eso dice también “el derecho igual sigue siendo aquí, en principio, el derecho burgués.” (ibid)
Así también sobre el comunismo Marx deja sentado que:
“En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, solo entonces podrá rebasarse totalmente el derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades.” (ibid)
Lenin por su parte enseñó sobre la dictadura del proletariado que:
“Para suprimir las clases lo primero que hace falta es derrocar a los terratenientes y capitalistas. Hemos cumplido –dice- esta parte de la tarea pero es solo una parte y no la más difícil. Para acabar con las clases es preciso, en segundo lugar, suprimir la diferencia existente entre obreros y campesinos, convertir a todos en trabajadores. Y no es posible hacerlo de la noche a la mañana”. “Para resolver esta segunda parte de la tarea que es la más difícil, el proletariado después de vencer a la burguesía debe mantener de modo inquebrantable la siguiente línea política fundamental respecto de los campesinos: separar, diferenciar a los campesinos trabajadores de los propietarios, a los campesinos laboriosos de los campesinos comerciantes, a los campesinos trabajadores de los campesinos especuladores… En esta diferenciación está la esencia del socialismo.” (Esta y las siguientes citas en “Economía y política en la época de la dictadura del proletariado”)
Sobre el socialismo Lenin dice:
“El socialismo es la supresión de las clases. La dictadura del proletariado ha hecho para lograrlo cuanto estaba a su alcance. Pero las clases no pueden suprimirse de golpe.”
Sobre que las clases no desaparecen en el socialismo:
“Durante la época de la dictadura del proletariado subsisten y subsistirán las clases. La dictadura dejará de ser necesaria cuando no existan clases. Pero estas no desaparecen sin la dictadura del proletariado.” “La lucha de clases no desaparece bajo la dictadura del proletariado: lo único que hace es asumir nuevas formas.”
Sobre democracia y dictadura del proletariado:
“Si enfocamos en su conjunto a todas las fuerzas o clases fundamentales, en sus relaciones mutuas, tal como fueron modificadas por la dictadura del proletariado, nos daremos cuenta de cuan ilimitadamente absurdo es, desde el punto de vista teórico, y qué estupidez tan grande representa esa idea pequeño burguesa corriente del paso al socialismo a través de la democracia en general, que encontramos en todos los representantes de la II Internacional. La base sobre la que descansa este error es el prejuicio, heredado de la burguesía, acerca de lo que se considera como contenido de una “democracia” absoluta, situada por encima de las clases. En realidad, con la dictadura del proletariado también la democracia entra en una fase totalmente nueva, y la lucha de clases se eleva a una etapa superior, haciendo que se supediten a ella cada una de las diversas formas”. “Las frases generales sobre la libertad, la igualdad y la democracia no son, en realidad, otra cosa que la ciega repetición de conceptos calcados sobre el molde de las relaciones de producción mercantil. Querer resolver por medio de estas frases generales las tareas concretas de la dictadura del proletariado equivale a pasarse en toda la línea a las posiciones teóricas, de principio, de la burguesía. Desde el punto de vista del proletariado el problema se formula así y solo así: ¿libertad con respecto a la opresión de qué clase? ¿Igualdad entre qué clases? ¿Democracia en base a la propiedad privada, o en base a la lucha por la abolición de la propiedad privada?, etc.”
Y sobre lo central: la dictadura del proletariado y su relación con qué es ser marxista, Lenin en “El Estado y la Revolución” establece:
“Quien reconoce solamente la lucha de clases no es aún marxista, puede mantenerse todavía dentro del marco del pensamiento burgués y de la política burguesa. Limitar el marxismo a la doctrina de la lucha de clases significa cercenar el marxismo, tergiversarlo, reducirlo a algo aceptable para la burguesía. Solo es un marxista quien hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado. En ello estriba la más profunda diferencia entre un marxista y un pequeño (o un gran) burgués ordinario. Esta es la piedra de toque en la que deben comprobarse la comprensión y el reconocimiento reales del marxismo.”
Y sobre que la pequeña burguesía engendra capitalismo las 24 horas del día, dice:
“La dictadura del proletariado es la guerra más abnegada y más implacable de la nueva clase contra un enemigo más poderoso, contra la burguesía, cuya resistencia se decuplica con su derrocamiento (aunque no sea más que en un solo país) y cuyo poderío consiste, no solo en la fuerza del capital internacional, en la fuerza y solidez de las relaciones internacionales de la burguesía, sino, además, en la fuerza de la costumbre, en la fuerza de la pequeña producción. Pues, por desgracia, ha quedado todavía en el mundo mucha y mucha pequeña producción y la pequeña producción engendra capitalismo y burguesía constantemente, cada día, cada hora, de modo espontáneo y en masa. Por todos estos motivos la dictadura del proletariado es necesaria, y la victoria sobre la burguesía es imposible sin una guerra prolongada, tenaz, encarnizada, a muerte, una guerra que exige serenidad, disciplina, firmeza, inflexibilidad y voluntad única.” (“La enfermedad infantil…”)
El Presidente Mao Tsetung en su elevación del marxismo a una nueva, tercera y superior etapa desarrolló extraordinariamente el socialismo científico como teoría y práctica de la revolución, con sus tres revoluciones pero principalmente con la gran revolución cultural proletaria en la que profundizó y desarrolló la cuestión fundamental del socialismo y la dictadura del proletariado, estableció la forma cómo desarrollar la revolución en las condiciones de la sociedad socialista y bajo el Estado de dictadura del proletariado, para proseguir la marcha al comunismo. Así citemos algunas de sus extraordinarias palabras para seguir aplastando las concesiones a la burguesía:
“La historia de todas las revoluciones ha probado que no era necesario tener previamente desarrolladas las fuerzas productivas en su plenitud para poder transformar las relaciones de producción envejecidas. … Es necesario antes que nada abolir la antigua superestructura por la revolución para que las antiguas relaciones de producción puedan ser abolidas. Es después de la eliminación de estas que se pueden crear nuevas relaciones de producción abriendo una vía al desarrollo de las fuerzas productivas de la nueva sociedad. Solamente luego se puede desarrollar una gran revolución tecnológica, para desarrollar vigorosamente las fuerzas productivas, continuando al mismo tiempo la transformación de las relaciones de producción y las ideologías.” (En “Notas de lectura al Manual de Economía Política de la URSS”)
“En China,…subsisten remanente de las clases derrocadas: la clase terrateniente y la burguesía compradora, subsiste la burguesía y la transformación de la pequeña burguesía solo acaba de empezar. La lucha de clases no ha terminado. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y la burguesía en el terreno ideológico, será aún larga, tortuosa y a veces incluso muy enconada. El proletariado aspira a transformar el universo según su concepción del mundo, y la burguesía según la suya. A este respecto, aún no ha sido resuelta en definitiva la cuestión de quién vencerá: el socialismo o el capitalismo.” (En “Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo”)
“Aunque en el sistema socialista no haya revolución en el curso de la cual una clase derroque a la otra, la revolución existe siempre. El paso del socialismo al comunismo es una revolución. El paso de un estadio a otro estadio del comunismo es también una revolución. Existen igualmente revoluciones técnicas y revoluciones culturales. El comunismo pasará necesariamente por muchos estadios. Habrá por consiguiente muchas revoluciones.”
“La sociedad socialista cubre una etapa histórica bastante larga. Durante la etapa histórica del socialismo, aún existen clases, contradicciones de clases y lucha de clases; existen la lucha entre el camino socialista y el capitalista y el peligro de restauración capitalista… es necesario realizar la educación socialista… comprender y tratar de manera correcta el problema de las contradicciones y de la lucha de clases y distinguir acertadamente las contradicciones entre nosotros y el enemigo de las existentes en el seno del pueblo y tratarlas de manera correcta. De otro modo, un país socialista como el nuestro, se convertirá en su contrario, degenerará y se producirá la restauración.” (X Sesión Plenaria del VIII CC del PCCh 1962)
Otra:
“Los viejos socialdemócratas durante las últimas décadas, y los revisionistas contemporáneos… niegan por completo que la historia de la humanidad… es la historia de la lucha de clases, niegan por completo la lucha de clases del proletariado contra la burguesía y niegan por completo la revolución del proletariado contra la burguesía y su dictadura sobre ella. Por el contrario, ellos son lacayos fieles de la burguesía y el imperialismo y asociados con estos, insisten en la ideología burguesa de la opresión y explotación al proletariado y en el sistema social capitalista, y combaten la ideología marxista-leninista y el sistema social socialista… Mantener en alto la gran bandera de la revolución cultural proletaria, denunciar por completo la posición reaccionaria burguesa… los representantes burgueses se han infiltrado en el Partido, el gobierno, el ejército y los diversos sectores culturales, son un grupo de revisionistas contrarrevolucionarios que convertirán la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía si se les presenta la oportunidad.”
El Presidente Gonzalo sobre la revolución cultural nos enseñó:
“La Gran Revolución Cultural proletaria, como continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, marca así el rumbo de la revolución proletaria mundial en su heroica e irrefrenable marcha al comunismo, y en la más grande epopeya revolucionaria de la humanidad conquistó victorias imperecederas para el proletariado internacional.” “Sin embargo, al producirse la muerte del Presidente Mao Tsetung, se dio un golpe contrarrevolucionario revisionista cuya finalidad es la restauración capitalista” (PCP, diciembre 1976)
Y para terminar tomemos nuevamente al Presidente Mao quien con gran previsión en 1968 con profunda comprensión de la historia y del internacionalismo proletario enseñó:
“Hemos conquistado grandes victorias. Pero la clase derrotada seguirá haciendo forcejeos. Esa gente existe todavía, y también esa clase. Por eso no debemos hablar de victoria final. No podemos hacerlo incluso en los próximos decenios. No debemos perder la vigilancia: según el punto de vista leninista, la victoria final de un país socialista no solo requiere los esfuerzos de su propio proletariado y de sus amplias masas populares, sino que depende, además, del triunfo de la revolución mundial y de la abolición del sistema de explotación del hombre por el hombre en todo el globo terrestre, o sea, la emancipación de toda la humanidad. Por lo tanto, es erróneo, contrario al leninismo y no corresponde a la realidad hablar a la ligera de la victoria final de la revolución en nuestro país.”
Estas grandes verdades constituyen la ligazón de teoría y práctica de la revolución proletaria mundial y todo el siglo XX lo prueba, ninguna elucubración o imputación proveniente de quienes están revisando el marxismo podrá ocultar la vigencia y validez del marxismo-leninismo-maoísmo ni la altísima calidad proletaria de sus más altos exponentes: un Marx, un Lenin y un Presidente Mao Tsetung a quienes se les ataca sibilinamente por supuestos errores secundarios que no son tales sino fundamentales bases de la concepción científica; y los supuestos aportes nuevos no son sino revisionismo actual producto de la ofensiva general contrarrevolucionaria. Revisionismo que rechaza y condena el Partido Comunista del Perú más que ayer.
Luego de reafirmarnos en el marxismo-leninismo-maoísmo y condenar el revisionismo de la ofensiva general contrarrevolucionaria, problema importante de la revolución es la necesidad de condenar la guerra de rapiña imperialista y oponerse a esta denunciándola ideológica y políticamente de inmediato. Por lo que el PCP asume las palabras del Presidente Mao:
“La transformación de la actual guerra imperialista en la guerra civil es la única consigna proletaria justa, indicada por la experiencia de la Comuna, señalada por la resolución de Basilea (1912) y derivada de todas las condiciones de la guerra imperialista entre los países burgueses altamente desarrollados. Por muy grandes que parezcan las dificultades de semejante transformación en uno u otro momento, los socialistas jamás renunciarán a efectuar un trabajo preparatorio sistemático, perseverante y continuo en esta dirección, ya que la guerra es un hecho”.
Lenin. “La guerra y la socialdemocracia de Rusia”. Setiembre 1914.
“Entre las guerras injustas, la Primera Guerra Mundial fue un caso en que ambos bandos pelearon por intereses imperialistas; por lo tanto, los comunistas del mundo entero se opusieron resueltamente a ella. La forma de combatir una guerra de este tipo es hacer cuanto se pueda por prevenirla antes de que estalle y, si llega a estallar, oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra justa a la injusta, tan pronto como sea posible.”
Mao Tsetung. “Sobre la guerra prolongada”. Mayo 1938.
“La guerra mundial imperialista ha estallado porque los países imperialistas buscan librarse de la nueva crisis económica y política. Sea por parte de Alemania o por parte de Inglaterra y Francia, esta guerra, por su naturaleza, es injusta, de rapiña, imperialista. Los Partidos Comunistas de todo el mundo deben oponerse firmemente a ella así como a la criminal conducta de los partidos socialdemócratas que, al apoyarla, traicionan al proletariado,”
Mao Tsetung. “La situación actual y las tareas del Partido”. Octubre 1939.
“En síntesis, estimamos que los problemas en el plano internacional todavía deben ser enfocados de la manera siguiente: se destaca por encima de todas las contradicciones la que supone la rebatiña entre los países imperialistas y su disputa por las colonias. Lo que estos hacen ahora es valerse de las contradicciones que tienen con nosotros para encubrir las suyas. Nosotros, a nuestro turno, podemos sacar partido de sus contradicciones; a este respecto es mucho lo que se puede hacer.”
Mao Tsetung. “Discurso en una conferencia de Secretarios de Comités Provinciales, Municipales y de Región Autónoma del Partido”. Enero 1957.
“¡Pueblos de todo el mundo, unámonos y opongámonos a la guerra de agresión que desencadene cualquier imperialismo…, opongámonos especialmente a la guerra de agresión en la cual se usen bombas atómicas como arma! Si tal guerra estalla, ¡los pueblos del mundo entero debemos eliminarla con la guerra revolucionaria, y debemos hacer los preparativos ahora mismo!”
Declaración del Presidente Mao Tsetung en enero de 1964.
“… todos los pueblos de los diversos continentes deben unirse, todos los países amantes de la paz y todos los países sometidos a la agresión, control, intervención y humillación de los Estados Unidos deben unirse. Todos ellos deben formar el más amplio frente unido de oposición a la política de agresión y guerra del imperialismo norteamericano, en salvaguarda de la paz mundial.
Presidente Mao Tsetung, enero 1964.
Finalmente, el PCP se reafirma y llama a que los partidos comunistas marxista-leninista-maoístas del mundo asuman que:
I. EL PROLETARIADO: es la última clase de la historia y tiene el papel histórico de dirigir la revolución hasta el comunismo, posee su propia ideología, el marxismo-leninismo-maoísmo y tiene una meta: el comunismo.
II. LOS PARTIDOS COMUNISTAS, COMBATIENDO CASI DOSCIENTOS AÑOS POR LOS INTERESES DEL PROLETARIADO concretaron dos grandes revoluciones, la gran revolución de octubre que abre la era de la Revolución Proletaria Mundial y la gran revolución china que inclinó el peso del mundo e hizo tres revoluciones: la revolución democrática de nuevo tipo, la revolución socialista y la gran revolución cultural proletaria, hitos innegables que dejan grandes lecciones principalmente positivas para la revolución.
III. LOS COMUNISTAS ENFRENTAMOS UNA OFENSIVA GENERAL CONTRARREVOLUCIONARIA que pretende barrer la revolución proletaria y la ideología de la mente del proletariado y corazón del pueblo ¡No podrán jamás! De esta se ha derivado el revisionismo actual, revisionismo de la ofensiva general contrarrevolucionaria que condenamos porque sirve al imperialismo y a tal ofensiva; y
IV. que hay que: ¡COMBATIR POR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL!
¡Hasta el triunfo de la revolución en todo el orbe!
¡VIVA EL PROLETARIADO INTERNACIONAL!
¡GLORIA AL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!
Primero de mayo del 2016