Adriana Mejía Hernández, Alfredo Gómez Muller, Alfredo Molano, Álvaro Tirado Mejía, Ana María Ibáñez, Armando Montenegro Trujillo, Beatriz Uribe Restrepo, Carlos Caballero Argáez, Carlos Tognato, Claudia Jiménez Jaramillo, Daniel García-Peña, Eduardo Posada Carbó, Fidel Cano, Gonzalo Córdoba, Héctor Abad Faciolince, Jaime Bermúdez Merizalde, Jorge Giraldo, Jorge Humberto Botero, Juan Diego Mejía, Juan Gabriel Tocatlián, Juan Gabriel Vásquez, Juan Manuel Echavarría, Juan Manuel Roca, León Teicher, Leopoldo Múnera Ruiz, Luis Ernesto Mejía Castro, María Victoria Llorente Sardi, Mario Hernández, Mario Jursich, Mauricio Archila, Mauricio García Villegas, Padre Francisco de Roux, Piedad Bonnet, Pilar Reyes, Rafael Aubad López, Ramiro Valencia Cossio, Salomón Kalmanovitz, Santiago Gamboa, Santiago Montenegro Trujillo, Sergio Fajardo Valderrama y Víctor Manuel Moncayo.
Bogotá, Colombia.
Respetados compatriotas:
Hemos conocido y leído con enorme satisfacción la carta abierta recientemente firmada por ustedes, en la que con singular valor civil y responsabilidad de patria, hacen un llamado a morigerar el lenguaje del debate en torno a la posibilidad de llegar a acuerdos de paz, tanto con las FARC-EP como con el ELN.
Muy bien expresan ustedes que el lenguaje ofensivo incita a la intolerancia y contribuye a la reactivación de la violencia y del conflicto armado. Como insurgencia armada revolucionaria nacida de sistemáticas formas de persecución y proscripción al pensamiento alternativo, las FARC-EP hemos adoptado la decisión histórica de transformarnos en un movimiento político legal, que ejercerá su actividad proselitista sin recurrir a ninguna forma violenta. Eso sólo puede ser posible si se abren efectivamente las puertas a la convivencia pacífica, si todos sepultamos los odios y aprendemos a debatir sin insultar al contrario.
El hecho de que un grupo de intelectuales, académicos, empresarios y periodistas del más diverso espectro ideológico y político concierten una posición como la que exponen ustedes en su carta, es ya muestra de que muchas cosas están cambiando para bien en Colombia. Es nuestro deseo expresarles nuestra plena identificación con su actitud, así como nuestra intención de sumarnos a la larga lista de firmantes de su carta.
Vamos a la lucha política convencidos de la posibilidad de hacer reales la democracia, la convivencia pacífica, la confrontación civilizada de ideas. El nuevo país que soñamos para nuestros hijos requerirá del más elevado respeto entre adversarios políticos. Aspiramos a que todos los colombianos hagamos de esto un principio, un valor fundamental, la oración de cada mañana.
Timoleón Jiménez
Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP