Las decisiones en las FARC se han tomado y se seguirán tomando en colectivo
Hemos cumplido las orientaciones de nuestro Secretariado en tiempos de guerra, ahora le ratificamos nuestra confianza para buscarle una solución política a los problemas del pueblo.
Por eso rechazamos la posición adoptada por quienes hablan en nombre del Primer Frente y su separación de las orientaciones del Secretariado. En primer lugar, el pueblo debe conocer que la institucionalidad que rige las decisiones sobre los planes generales en la FARC ha sido y sigue siendo democrática. Son varias las instancias en las cuales guerrilleros y guerrilleras podemos proponer, opinar y, si es del caso, disentir de las iniciativas de nuestros organismos superiores, siempre en el marco del respeto, la crítica entre revolucionarios y la camaradería. En estos espacios nunca escuchamos una propuesta diferente a la forma en que la Comisión de Paz lleva el proceso. Siempre hemos tenido claro que la refrendación interna de los Acuerdos se realizará en la Décima Conferencia, cuya discusión se adelanta en las Asambleas de Guerrilleros y otras instancias. Hoy día, la reflexión y la discusión es intensa.
En segundo lugar, allá utilizan argumentos superficiales sin ningún fundamento, ya que acuden a nuestra historia de una manera utilitarista; abusan del pensamiento de nuestros fundadores marquetalianos sin tener en cuenta el momento y las condiciones en que expresaron sus planteamientos, cuando ellos mismos nos dejaron la posibilidad de elegir el camino menos doloroso para nuestro pueblo; realizan interpretaciones amañadas y extemporáneas de nuestros principios y tergiversan los Acuerdos de La Habana mintiendo sobre sus alcances. Ponen el énfasis en los medios, como las armas y en la existencia eterna de la guerrilla, y no en los fines, es decir, en la toma del poder y en los beneficios para el pueblo. Todo esto para ocultar sus verdaderas motivaciones alejadas de la continuidad del proyecto revolucionario del cual se consideran sus únicos y verdaderos defensores.
En tercer lugar, priorizan sus decisiones con un criterio egoísta e individualista. Nuestro objetivo estratégico es la toma del poder para el pueblo, somos el Ejército del Pueblo. No deben quedar dudas sobre la razón de ser de la existencia y los fines de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. En tal sentido, los supuestos argumentos ponen el énfasis en asuntos distintos y lejanos a las posibilidades actuales y reales de contactarnos directamente con nuestro pueblo. Solo quienes sienten temor de perder privilegios con la paz, se empeñan en negar la expectativa popular con una salida política al conflicto, y por esto aquellos voceros quedan del mismo lado de la derecha fascista cada vez más aislada.
En cuarto lugar, nos ratificamos en la plena confianza en nuestra dirigencia. Confiamos en el Estado Mayor Central y en el Secretariado. Hemos Confiado y acatado sus orientaciones en la guerra y no encontramos razones para desatender las en tiempos de paz. Generaciones de farianos hemos crecido orientados con los valores de la unidad, la cohesión, la humildad, la sencillez y la subordinación al Plan Estratégico. No podemos compartir el desconocimiento de la autoridad delegada a nuestra dirigencia por la misma guerrillerada y por los marquetalianos que aquellos dicen reivindicar. Su autoridad delegada y su autoridad moral están intactas y la hemos defendido históricamente a riesgo de morir. No puede ser puesta en cuestión y menos aún sin utilizar los canales construidos y defendidos con sangre en el proceso de formación de las FARC.
En quinto lugar, denunciamos la intensa actividad de quienes siendo enemigos de la paz, y con el deseo de ver unas FARC fragmentadas, se empeñan en exagerar esta situación. Es evidente en aquellos que sirven de caja de resonancia con sospechosos intereses. ¡Qué casualidad que en éste caso resulten tantos interesados en dar a conocer las opiniones de los guerrilleros cuando nunca les importó! Por fortuna se trata cada vez de menos opinadores que posan de analistas del conflicto, directores de medios de comunicación y funcionarios públicos. Estamos seguros de que si se tratara de una denuncia de la sistemática violación a los Derechos Humanos, los guerrilleros no encontrarían tantos voceros de su dolor.
Finalmente, invitamos a nuestra militancia y al pueblo en general a prepararnos para la continuidad de la lucha de clases en otras condiciones. El objetivo estratégico de las FARC está vigente. Las condiciones objetivas y subjetivas en Colombia nos ofrecen posibilidades. Se impone el análisis dialéctico, la claridad y la serenidad en la orientación y la unidad revolucionaria.
Estado Mayor del Bloque Martín Caballero de las FARC-EP