Ante los adversos resultados del plebiscito que dejan claros los obstáculos para el avance de la paz, retomamos las palabras del Sacerdote y Comandante Camilo Torres Restrepo “ya hemos comenzado porque la jornada es larga”.
La participación de un poco mas de 12 millones de colombianos y colombianas que acudieron a las urnas el pasado 2 de octubre, reafirma que mas del 50 por ciento de la población apta para votar, no lo hizo, lo cual da cuenta de la grave crisis de la democracia colombiana.
Bajo la polarización del país exacerbada por la clase en el poder, los resultados del plebiscito son casi un empate técnico que muestra la fuerza que tienen los enemigos de la paz, que logran movilizar importantes sectores del país, aun sin mostrar caminos diferentes al de reafirmar su postura excluyente y de imposiciones políticas, contrarias a cualquier posibilidad de cambio en bien de las mayorías y de la paz de Colombia.
Los anhelos de paz con equidad, justicia social y soberanía tal como lo requieren las mayorías, exige la unión de todas y todos quienes buscamos una Colombia donde el pueblo y la nación sean partícipes y protagonistas de las nuevas construcciones; sin tal protagonismo popular y social, no es posible el logro de la paz. Por ello no solo es necesario convocar a las fuerzas políticas, sino a quienes no hacen parte de ellas, han estado ausentes de las grandes decisiones, incluidas aquellas que no participaron en el plebiscito y que constituyen mas del cincuenta por ciento del censo electoral colombiano .Lograr esa participación protónica es indispensable para la consecución de la paz.
En consecuencia el ELN convoca a todos los sectores populares y clase media de la ciudad y del campo; a las víctimas del conflicto social y armado, a los movimientos y partidos políticos de izquierda, democráticos y de centro que buscan alternativas al régimen; a los revolucionarios, a los pueblos indígenas y afrodesendientes, a las mujeres del país, a los movimientos LGTBI y demás sectores generistas; a los estudiantes, profesionales e intelectuales, a los artistas, a la juventud, a los sin partido o movimiento, a los abstencionistas; a las iglesias, a los industriales, agricultores y comerciantes; a todos los patriotas que quieren una república soberana; a todas y todos, a buscar una gran Confluencia por la paz y la solución política.
Este Gran movimiento colocará al centro los cambios necesarios para una Colombia en paz y en democracia bajo el reto de sacar la violencia de la política, donde no sea necesaria la fuerza para defender las ideas, forjando una Colombia que de además ejemplo para mantener a América Latina y el Caribe como zona de paz.
En este difícil momento de la vida política de Colombia, el Ejercito de Liberación Nacional reafirma su voluntad y decisión irrevocable de pasar a la fase publica y cumplir con la Agenda pactada el 30 de marzo en la ciudad de Caracas, aportando a superar cualquier dificultad que se presente y llama al gobierno del presidente Santos en este mismo propósito.
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