El ELN reafirma otra vez, su convicción de que las mayorías del país quieren la paz, pero no una paz que las excluya. Lo ocurrido en la jornada del plebiscito deja esa enseñanza.
El 62 por ciento de abstención en la votación del plebiscito deja claro que hay una mayoría, abrumadora de colombianas y colombianos aptos para votar, que no se motivaron para hacerlo, que no fue cobijada por la llamada pedagogía de paz desplegada por el gobierno y los medios de comunicación.
No nos cabe duda que importante número de votantes por el NO, no fueron manipulados por los defensores de la guerra, sino que no vieron en el proceso de paz por el que se iba a votar, la fórmula adecuada para llevar a Colombia por la paz verdadera, por ello no lo respaldaron.
Desmotivó a notable número de colombianos la imposición del mecanismo de refrendación por parte de las Cortes y que luego se presentó por parte del gobierno como si se tratara de un acuerdo.
Ahora no le hace bien al país ni al proceso de paz, que los resultados del plebiscito, sean canalizados por la clase en el poder para zanjar sus diferencias y darle continuidad al proceso conforme a sus intereses con descarado oportunismo político. El Acuerdo de la Habana tiene limitaciones y no convocó las mayorías, pero nadie puede desconocer que tiene asuntos positivos que son los que ahora se pretende recortar, cuando las expectativas de las mayorías son precisamente acrecentarlos en la profundidad de los cambios, en justicia, equidad social, democracia y soberanía cuya carencia ha sido buena parte de las causas que originaron la violencia y el levantamiento armado.
Esta alianza de derecha y extrema derecha que comienza a desarrollarse, representa un peligro para las mayorías porque busca imponernos lo que acuerden entre ellos como la nueva legalidad para la paz.
Colombia, no aguanta mas guerra como respuesta a los justos reclamos, ni que se le tilde otra vez de auxiliadores del terrorismo a quienes tienen posturas críticas al régimen y reclaman mediante sus justas luchas sus derechos.
Llamamos al presidente Santos a propósito de haberle sido asignado el premio Novel de paz, a asumirlo con grandeza entendiendo que su consecuencia con la paz exige hacer protónica de ésta a la sociedad sobre todo a la excluida y no para fortalecer el poder excluyente de minorías que siempre ha sido nefasto para Colombia.
El ELN insiste que un proceso de paz que no incluya a las mayorías en su construcción, no llega a buen puerto, esas mayorías requieren que se cuente con ellas, no hay que tenerle miedo a la complejidad que significa una verdadera pedagogía para lograrlo. Se necesita es voluntad política, posturas incluyentes porque solo unos pocos no pueden lograrlo.
Un conflicto social y armado de mas de medio siglo que involucra a toda la sociedad y donde los humildes han colocado el mas alto sacrificio no puede pretender resolverse en tiempos de conveniencia con cálculos polítiqueros ni exclusiones, es necesario aprender las lecciones.
Hoy no partimos de cero para avanzar en la paz, los esfuerzos realizados por la insurgencia, la izquierda, el gobierno nacional, los demócratas y un sin número de colombianas y colombianos que se mantienen en el anonimato, merecen tenerse en cuenta como la base desde donde se examinen los desarrollos y se continué sin pausa porque el único camino para Colombia es la paz que nos involucre y represente a todos y todas.
El destacado aporte de la Comunicad Internacional a la paz de Colombia merece ser resaltado. Sin ello no se hubiese avanzado hasta donde vamos y no será posible seguir avanzando, por ello los llamamos a seguir persistiendo.
Es pertinente llamar la atención sobre la manera como hoy los medios están presentando los acuerdos de las élites para zanjar sus diferencias como si con ello el proceso de paz se enderezara, cuando no ha habido el primer anuncio a la convocatoria de las mayorías, ni la disposición a cumplir lo acordado con la insurgencia y menos aun han comenzado a ponerse en marcha ninguno de los acuerdos logrados.
Señalar las dificultades que observamos, no niega los desarrollos y todos debemos contribuir a que esta vez no volvamos a fallar.
Basados en todo lo anterior, el ELN convoca a todas y todos los colombianos amantes de una paz con justicia y equidad social, con democracia y soberanía, convencidos que la paz son Cambios, a un gran dialogo nacional donde las mayorías excluidas del poder, se hagan sentir movilizadas, reclamando su participación directa y protagónica en el proceso de paz y no se permita un acuerdo excluyente de las élites en conciliábulos. Todas las organizaciones populares y sociales deben asumir este esfuerzo porque lo que no se consiga con la acción directa de las mayorías, no lo harán los que mal gobiernan a Colombia. Este esfuerzo requiere de la unidad de los revolucionarios, de la izquierda, de los demócratas y del bloque popular en general, es la hora de la unidad por la paz de Colombia.
El ELN reafirma su decisión con la paz de Colombia reiterando que ahora, ya anunciada la fecha de apertura de la Fase Pública y en consecuencia con lo pactado en los acuerdos firmados el pasado 30 de marzo en la ciudad de Caracas República Bolivariana de Venezuela, trabajaremos al lado de las mayorías por su plena participación el el Proceso de Paz.
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