Un saludo para todas y todos los colombianos que bajo distintas formas y modalidades, se dispusieron a acompañar la frustrada instalación de la mesa de conversaciones en la ciudad de Quito, el 27 de Octubre.
Celebramos con optimismo y esperanza la presencia de la comunidad colombiana que se presentó en Quito y a las personas que ese día, en distintas formas, hicieron presencia, en diversos sitios de la geografía nacional, para acompañar la instalación de la Mesa ELN- Gobierno y reclamar la participación de la sociedad.
Nos duele profundamente y entendemos la frustración de los movimientos sociales y de las personas de diferentes procesos organizativos, ante la instalación fallida de la Mesa y el bloqueo que con ello ha sufrido la búsqueda de la paz completa en Colombia.
Lamentamos no haber logrado un relacionamiento con quienes llegaron a Quito, a causa de las restricciones que nos impone el estado en que se encuentran estos diálogos.
En el diseño de este proceso y en la construcción de la agenda, promovimos incorporar la participación decidida, activa y eficaz de la sociedad colombiana en los acuerdos de paz y en los espacios en donde se toman las decisiones sobre los temas que le competen.
Estamos por unas negociaciones de paz transparentes y de cara a la sociedad. Los recientes resultados del plebiscito, dan la razón al mostrar la importancia que tiene una construcción participativa de la paz y sin temas vedados.
La responsabilidad en la NO instalación de la Mesa, esta en el incumplimiento del gobierno a los acuerdos previos, en los que se contemplaba la liberación de un tercer retenido, en este caso Odín Sánchez, después de la instalación del 27 de Octubre y en el transcurso del ciclo de Quito.
El gobierno, violando lo pactado, cancela la instalación, pretextando lo del señor Odín, quien, entre otras cosas, junto con su hermano Patrocinio, son personas poco gratas para los fondos públicos del departamento del Chocó y para las gentes de la región que han sufrido el terror paramilitar.
Tantas trabas indican temor de las élites dominantes y el gobierno, al desarrollo de este proceso y en especial a la presencia de la mayoría de los colombianos, de sus comunidades y de sus organizaciones hacia la participación directa y protagónica de la sociedad y particularmente del pueblo colombiano. La toma de las calles por las organizaciones y comunidades, los cabildos y las asambleas populares, le producen pánico a la oligarquía colombiana.
A las comunidades urbanas, campesinas, indígenas, de afrodescendientes, a los sindicatos, las mujeres, la comunidad LGTBI, artistas, cultores, ambientalistas, a las personas en situación de discapacidad, a las y los dirigentes sociales, a los defensores de derechos humanos, a la población migrada y en situación de exilio, a las iglesias, estudiantes y funcionarios públicos electos, a todas esas personas y organizaciones que vinieron a Quito y a quienes en Colombia y en el exterior luchan por un país justo, los invitamos a seguir defendiendo un proceso de paz inclusivo y sin temas vedados.
Delegación de Diálogo del ELN
Pablo Beltrán, Aureliano Carbonel, Bernardo Téllez