La Delegación de Paz de las FARC-EP rechaza el infame asesinato de John Jairo Rodríguez Torres, líder campesino del municipio de Caloto-Cauca y militante del Movimiento Marcha Patriótica, ocurrido el pasado 1 de noviembre. Para su familia, nuestras sinceras condolencias.
Este repudiable hecho se enmarca dentro de la crisis humanitaria que vive el departamento del Cauca en donde líderes sociales vienen siendo sistemáticamente amenazados y asesinados por grupos paramilitares, al tiempo que se implantan en los territorios megaproyectos transnacionales en contravía de las comunidades.
Este nuevo caso es demostración del lento genocidio que en contra de Marcha Patriótica y del movimiento popular vienen adelantando los sectores enemigos de la paz. A cuatro años de su fundación, esta organización suma ya más de 120 líderes y lideresas asesinados. Estas muertes y demás violaciones a los DDHH, crean un clima de zozobra y representan una amenaza latente para un país que sueña con finalizar de una vez por todas, este cruento conflicto.
El Gobierno Nacional no puede seguir soslayando su responsabilidad en el inmediato esclarecimiento de lo ocurrido, porque es su deber constitucional tomar las medidas efectivas que pongan fin a todas estas agresiones, amenazas y estigmatizaciones contra de los movimientos sociales del Cauca y de Colombia entera.
Debemos parar ya el derramamiento de sangre en nuestra patria: protección inmediata a todas las comunidades, organizaciones y dirigentes sociales en riesgo de agresión.
Insistimos en la urgente necesidad de poner en marcha todas las medidas acordadas entre el Gobierno Nacional y las FARC EP contempladas en el punto de Garantías de Seguridad del Acuerdo Final, ya que se tratan de compromisos de carácter humanitario cuyo cumplimiento estricto es un deber del Estado colombiano y un requisito sine qua non para construir una paz estable y duradera.
Por la paz y por la vida, que cesen los asesinatos políticos y se apliquen las plenas garantías democráticas.