Las expectativas de una parte considerable de la sociedad ante la posibilidad de que se abra la Mesa Pública con el ELN, es la demostración que tienen las mayorías, de encontrar una salida política a este conflicto social y armado que no cesa desde cuando fue exterminado el movimiento Gaitanista que culminó con el asesinato de su líder el luctuoso 9 de Abril de 1948.
El ELN, se incluye dentro de los colombianos y colombianas que tiene dichas expectativas como una de las partes sentadas a la mesa, buscando que los acuerdos alcanzados se cumplan y que la mesa no se tranque por imposiciones unilaterales.
La experiencia de asimilar a partir del pasado 30 de Marzo del año anterior, cuando el presidente Santos decidió imponer condiciones al ELN por fuera del contexto de los acuerdos alcanzados y que se anunciaron al país y al mundo en la ciudad de Caracas, en la hermana República de Venezuela, demuestra que la técnica de las presiones o imposiciones, no son el camino, sino la dilación a unos acuerdos congelados desde hace 10 meses.
En este nuevo año el ELN ha vuelto a la mesa, con el compromiso de reafirmar los acuerdos alcanzados entre las partes y con la flexibilidad, dentro de su cumplimiento, para que las partes anunciemos a la sociedad la posibilidad real de iniciar un proceso de paz donde ella sea la protagonista.
Hemos expresado públicamente que solo la participación protagónica de la sociedad, sobre todo la excluida, permitirá avanzar por el camino de la paz; pero no es solo, la participación con ideas política y construcción de la plataforma para el desarrollo del proceso, sino en sus esfuerzos para superar las dificultades que siempre se van a presentar porque todo paso se construye en medio de la lucha.
En tal sentido reiteramos hoy el aporte de todas las organizaciones populares, sociales, partidos políticos, gobiernos, personalidades y agrupaciones de diverso tipo, que desde el país y el exterior han aportado y nos han estimulado a persistir ante tantos tropiezos encontrado para abrir la Mesa Pública.
A todas y todos ellos, les decimos de nuevo, que no desistiremos porque la paz es, además de un derecho, el máximo objetivo de la lucha revolucionaria y popular.
Nunca hemos ocultado el carácter de la paz que nos hemos planteado y que no coincide con la que plantea la clase en el poder. Esta diferencia es uno de los graves escollos al que se ha enfrentado el proceso desde que se iniciaron los diálogos y se va a mantener porque no es sencillo buscar el punto medio que permita avanzar.
Aun conscientes de ello, no renunciaremos a la paz como derecho de los pueblos y las naciones y como objetivo de quienes luchamos por ella.
El ELN tiene toda la disposición para que en este mes de Enero, sea una realidad la instalación de la Mesa Pública.
───────────────────