Representantes de organizaciones, países y agencias, señoras y señores que acompañan el proceso de paz
A nombre de FARC extendemos el cordial saludo de los guerrilleros y las guerrilleras a las organizaciones, países y agencias que hoy se activan como componente del acompañamiento internacional al proceso de paz de Colombia. Estamos seguros que sus buenos oficios contribuirán a fortalecer las garantías para el cumplimento de los acuerdos y el éxito de su implementación.
Quisiera resaltar la importancia que tiene el acompañamiento internacional para estos acuerdos de paz. Desde los diálogos exploratorios, sin la gestión de los países acompañantes y garantes no hubiera sido posible estar aquí. Claro, ha existido voluntad de paz en las partes, Gobierno y FARC-EP. Y en los momentos más álgidos de la negociación, el acompañamiento internacional fue el factor dinamizador, el puente para alcanzar la orilla del entendimiento, negociando aquí, moviendo cosas allá, pero siempre garantizando llegar a la paz.
Si en el proceso de negociación de los acuerdos fue importante, este acompañamiento, en la implementación de los mismos, será fundamental. Concebimos el acompañamiento internacional como un sabio consejero, que con su experiencias en diversas materias sabrá jugar su rol a la hora de retomar el camino cuando la ausencia de implementación de los acuerdos amenace con atascar los avances.
Ustedes presentarán su plan de trabajo a la CSIVI, con base en los criterios de autonomía e independencia que los ha caracterizado. Plan de trabajo que debe ser acompasado con la hoja de ruta para el acompañamiento internacional que el gobierno presente y discutamos en el marco de la CSIVI, en el que se identificarán las necesidades en cada uno de los puntos del acuerdo y así crearemos el plan de trabajo para los programas, planes y proyectos requeridos.
Valoramos los aportes de la comunidad internacional a la financiación de la implementación. La valoramos más por su significado que por su cuantía. Estos recursos son como una ligera bruma que acaricia las expectativas de Colombia. Insuficientes y exiguos. Muy exiguos son los recursos internacionales puestos al servicio de la implementación. ¿Qué son, por ejemplo, los 90 millones de euros ofrecidos por la Unión Europea, o los 100 millones de dólares de Naciones Unidas? Un solo proyecto productivo puede superar cualquiera de esas dos cifras. Y con esto no estamos subestimando con las palabras el esfuerzo solidario de prestigiosas instituciones internacionales, que no nos cansamos de agradecer, sino planteando un problema objetivo de la implementación.
Esta realidad en la que los aportes distan de las necesidades del pos acuerdo, obliga a buscar soluciones urgentes. No es necesario transportarnos allende el océano si convinimos que la financiación de los acuerdos traducidos en proyectos, está aquí en Colombia, si se tiene en cuenta que el presupuesto nacional sobrepasa los 80 mil millones de dólares.
El acuerdo no puede quedar reducido a un paquete de promesas estampado en 310 páginas que habrá de llevarse el viento y el olvido. No es suficiente convertir en norma, es decir en decreto, ley o Acto Legislativo, los compromisos más trascendentales de los acuerdos de paz. Es necesario convenir una ruta expedita que nos permita la destinación de recursos del presupuesto para la concreción y materialización de lo acordado, de tal manera que la población y la guerrilla en tránsito a partido político legal, puedan palpar o sentir los efectos que para sus vidas implica la implementación de lo acordado.
Decía hace poco en Cali el ex presidente de Uruguay, Pepe Mujica, con motivo de la activación de la verificación internacional a través de los dos notables designados, que “los gastos militares son inflacionarios. Gastar plata en seguridad es una desgracia cuando debiera gastarse, por ejemplo, en educación y cultura”.
Para financiar los requerimientos de la paz, se necesitará por una parte, un esfuerzo fiscal del estado similar al que hizo cuando pretendió ganar la guerra por la vía militar; y por la otra, un apoyo del conjunto de la sociedad, pero especialmente por parte del sector privado.
En materia fiscal la financiación del pos acuerdo no debe concebirse con base a mayores impuestos para los sectores medios y pobres de la población. Se precisa una acuerdo político de reestructuración del gasto público, que en perspectiva de mediano plazo y en forma gradual lleve el gasto en Seguridad y Defensa a promedios internacionales. En este sentido, se podrán redireccionar recursos hacia el pos acuerdo en los siguientes años, hasta llegar a cerca de 5.500 millones de dólares al año.
Junto con lo anterior, los compromisos de inversión del sector privado son muy importantes. El costo del pos acuerdo no es el costo de la reincorporación de las FARC a la vida legal. Los acuerdos de La Habana no son sólo para las FARC, son para el conjunto de la sociedad colombiana.
Desde las FARC-EP nos hemos comprometido con la paz y con el pueblo colombiano; por ello, no escatimaremos esfuerzos para trabajar de la mano con ustedes en este propósito. Nos gustaría poder acompañarlos tanto individualmente como en las comisiones de trabajo de cada punto del cuadro del acompañamiento internacional establecido en el numeral 6.4.2 del Acuerdo Final; cuenten con nosotros y con nuestra disposición, así como nosotros lo hemos hecho con ustedes.
Es hora del acompañamiento internacional a la implementación del Acuerdo Final de La Habana, de constatación del cumplimiento de lo acordado. Este hecho se ha constituido en punto cardinal para el avance del proceso de paz. Todos queremos que este proceso avance de acuerdo a un calendario, pero necesitamos el cumplimiento de compromisos en paralelo; que ninguna de las partes imponga condiciones a la otra, sino que el avance fluya sin obstrucciones por doble vía; porque todos están cumpliendo con la palabra empeñada, porque todos han hecho del Pacta Sunt Servanda, un asunto de honor.
La encrucijada del proceso es su financiación. Se debe enfocar la mirada en los incumplimientos, porque ellos son como un palo en la rueda que impide la marcha hacia delante, hacia la consolidación de la paz y la convivencia. Hemos señalado una ruta, un camino de solución que es la utilización de recursos del presupuesto nacional. El Gobierno debe ser generoso y generar condiciones que permitan rodear de mucha más confianza este proceso. Necesitamos garantías de seguridad jurídica, garantías de seguridad física y y garantías de seguridad socio-económica para todos los guerrilleros y también para la población; porque no queremos que aquí, por desidia o imprevisión, se abone el campo para la reproducción de las experiencias negativas de otros procesos.
Todavía vemos mucha tardanza y dubitación en el gobierno para la aplicación de la Ley de Amnistía aprobada hace tres meses, para la suspensión de las órdenes de captura, especialmente de los guerrilleros que deberán hacer pedagogía de paz a nivel nacional y regional. Por qué no aprovechar el pretexto de los compromisos rubricados en los protocolos de las zonas y puntos transitorios de normalización para darle conectividad no solo a los guerrilleros, sino a las comunidades rurales secularmente olvidadas por el poder central; Para llevar el agua donde la gente la necesita, vías, educación y salud que permitan al Estado ir saldando su deuda con la sociedad.
Señoras y señoras: Hemos convenido que a la firma del Acuerdo Final se da inicio a la implementación de todos los puntos acordados, tal como lo consigna el punto 6 que trata sobre la implementación, verificación y refrendación. La tarea de todos es comprobar el estado y avances de la implementación, identificar retrasos y deficiencias; hacer un seguimiento efectivo a la implementación de los acuerdos.
Sería oportuno y de mucha utilidad que gobierno y FARC solicitáramos ya a Naciones Unidas la Misión Política Especial de Verificación para que haga el seguimiento a la reincorporación de las FARC y a la implementación de medidas de protección y seguridad personal y colectiva. Es hora que el Gobierno envíe una comunicación al Secretario General pidiendo este apoyo.