ACERCA DE LA INAUDITA PROHIBICIÓN DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
Por Timoleón Jiménez
Acabo de conocer, con sorpresa, el tuit del Presidente del Senado, doctor Mauricio Lizcano, en el que comparte un pronunciamiento sobre el anunciado ingreso de miembros de las FARC-EP y el ELN al salón elíptico del Congreso Nacional con ocasión del Congreso Nacional de Paz.
De acuerdo con el texto publicado, tanto el Senador Mauricio Lizcano, en su condición de Presidente de la Cámara Alta, como el Representante Miguel Ángel Pinto, en ejercicio de su función de Presidente de la Cámara Baja, no autorizan el ingreso de miembros de las FARC y del ELN al Salón Elíptico ni a ninguna otra sede del Congreso de la República.
Al referirse específicamente a Iván Márquez, quien había sido invitado a la clausura del evento, el pronunciamiento aduce que solamente podrán ingresar al recinto los integrantes de Voces de Paz, no pudiendo hacerlo el Jefe de la Delegación de Paz de las FARC hasta que estas entreguen las armas, y si cometieron delitos de lesa humanidad, hasta que los tribunales de paz lo autoricen.
Por su parte, según el mismo pronunciamiento, el representante del ELN, Pablo Beltrán no puede hacerlo porque son una organización al margen de la ley.
Hace poco menos de un mes, los dos respetables congresistas acudieron a la ciudad de Cartagena con ocasión del denominado cónclave por la paz. Allí en el salón de actos de la Gobernación de Bolívar y en el despacho del señor Gobernador, tomaron parte en una reunión con los integrantes de la CSIVI, de la que hacen parte Iván Márquez, Jesús Santrich y Victoria Sandino, en la que además de los representantes del gobierno en tal instancia, participaron activamente Timoleón Jiménez, Comandante en Jefe de las FARC-EP y el señor Presidente de la República, Juan Manuel Santos, acompañado de varios de sus ministros.
En las intervenciones de los jefes de los partidos políticos comprometidos con el proceso de paz y su implementación en el Congreso, que siguieron a la del doctor Lizcano ese día en el cónclave, todos ellos manifestaron su apoyo irrestricto a los Acuerdos de La Habana, manifestaron su expresa intención de trabajar por su implementación y asumir su defensa política hacia el futuro.
Las FARC no solamente hemos firmado los Acuerdos de la Habana, sino que hemos dado pruebas fehacientes ante el país de nuestra voluntad de cumplirlos fielmente. No podemos entender cómo, a estas alturas, todavía priman en las altas esferas del poder legislativo posiciones negativas, tratándose del mismo Congreso que ha aprobado sucesivos actos legislativos que reconocen nuestra condición política y legitiman nuestra participación en la vida política del país.
No debía, pero no puedo evitar hacer mención, a la presencia en el Congreso de la República, en tiempos del gobierno del hoy senador Álvaro Uribe, de tres destacadas cabezas del paramilitarismo, con el aval del señor Presidente y la jefatura del Congreso de la República. Algo muy extraño sucede en Colombia, para que Iván Márquez no pueda hacer presencia en el acto que clausura un Congreso Nacional por la Paz.
La negación de la presencia momentánea de Iván Márquez en el Congreso de la República que refrendó de manera aplastante lo acordado en La Habana tras su firma en el Teatro Colón, no deja de parecer una sugestiva concesión en favor de los sectores de extrema derecha que se oponen a la reconciliación y la convivencia pacífica y democrática entre los colombianos. No debería darse ninguna clase de guiño a quienes persisten en la prolongación indefinida del conflicto armado.