Carta abierta a todas las organizaciones de la sociedad, que se han planteado realizar una veeduría social, autónoma e independiente, al Cese al Fuego Bilateral, Temporal y Nacional, acordado entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, el pasado 4 de septiembre.
Saludamos esa iniciativa y les manifestamos a estas organizaciones, que cuentan con nuestro beneplácito y la disposición, a contribuir, en lo que nos corresponda, a la tarea que se han propuesto.
Esta sería una expresión particular de la participación de la sociedad en los procesos de paz y particularmente en el proceso de conversaciones que desarrollamos actualmente, entre el gobierno y el ELN, en la ciudad de Quito.
El primer punto de la agenda en este proceso, es la Participación de la sociedad en la construcción de la paz, como “un ejercicio dinámico y activo, incluyente y pluralista, que permita construir una visión común de paz que propicie las transformaciones para la nación y las regiones”. Consideramos que los caminos hacia la solución política, no se limitan a los diálogos entre el gobierno y las guerrillas. Estos requieren, de la participación protagónica de la sociedad y en especial de quienes nunca han tenido voz y siempre han estado excluidos de las decisiones básicas sobre los rumbos del país.
El acuerdo sobre el cese, tiene dos componentes básicos: cesar las acciones ofensivas o ataques entre las fuerzas gubernamentales y el ELN, y mejorar la situación humanitaria de la población, siendo este último el propósito primordial del acuerdo de cese. Estas, son las dos cuestiones centrales en torno a las cuales debería actuar la veeduría social que ustedes se han planteado.
Después del primero de octubre, fecha de inicio del cese, se han presentado graves situaciones humanitarias, que se convierten en una afrenta al espíritu y la letra del cese en lo concerniente a “mejorar la situación humanitaria de la población”. Nos referimos a la masacre de Tumaco, cometida por la fuerza pública, a las mentiras que sobre la misma ha difundido el gobierno, al asesinato a manos del Esmad, de la comunicadora indígena Efigenia Vásquez del resguardo de Coconuco, el 8 de octubre, el asesinato del dirigente social Jimmy Medina, el 3 de este mes en Guaviare y el del dirigente indígena, Ezequiel Manyoma, en Chocó, hace 4 días.
En la labor de veeduría que ustedes se han propuesto realizar, estos hechos expresan serios incumplimientos del gobierno. De seguirse presentando, estarán colocando en grave riesgo el cese. Por tal razón los invitamos, como veedores, a actuar de manera urgente sobre estas delicadas afecciones a los acuerdos.
La veeduría que ustedes se están planteando, tendría gran utilidad, si opera en las regiones y en las distintas áreas de la mismas, lo que requiere de la actuación de las comunidades organizadas y de las organizaciones en sus esferas regionales. Ustedes son los que tienen mejores condiciones para escuchar y ver lo que acontece en los territorios, en relación a los acuerdos sobre el cese. Por ello, los invitamos a desarrollar este trabajo a través de las organizaciones locales y las comunidades.
En el mecanismo de veeduría y verificación, acordado con el gobierno, en el que además de las partes, hacen presencia la Iglesia católica y la ONU, se han establecido, veedurías regionales con sede en 20 ciudades: Arauca, Yopal, Puerto Carreño, Cúcuta, Ocaña, Barrancabermeja, Medellín, Pereira, Quibdó, Popayán, Pasto, Tibú, Apartadó, Itsmina, Magangué, Tumaco, Santa Rosa de Osos, Guapi, Ipiales y Cali.
La veeduría social, sin perder su autonomía, podría interactuar, con estas veedurías regionales y locales del Mecanismo acordado con el gobierno y a su vez tener allí un punto de apoyo, para que sus labores tengan mayor seguridad.
La acción de veeduría que ustedes se han propuesto, tendría mayor efectividad, si entre todos, establecen mecanismos de coordinación en sus instancias nacionales y regionales, atendiendo a la diversidad de las organizaciones y procesos, que se están planteando este trabajo.
Igualmente, si generan mecanismos efectivos de información hacia el país y hacia la comunidad internacional, para que estas conozcan, en forma permanente, los resultados de la veeduría que ustedes están realizando.
Nos despedimos, deseándoles los mayores éxitos en las labores que se han propuesto.