Yo solo quiero decir tres cosas. Primero referirme al caso del gobernador del Alto Baudó. Segundo a la respuesta que piden de carácter humanitario. Y tercero, a ¿cómo meterle la mano, entre todos, a resolver la guerra en el Chocó?
La muerte trágica del Gobernador Indígena
El Frente nuestro, ya, asumió sus responsabilidades. Pero yo quiero ahora, aprovechando la presencia de la Delegación indígena, reiterar, que desde que aquí se supo en esta mesa del caso, expresamos que era un gravísimo error. También se ha dicho en público, y quiero reiterarlo ahora, que pedimos perdón como Ejército de Liberación Nacional, por este hecho; a la Delegación le hemos reiterado que ese no fue un hecho orientado, y que conocemos el contexto de guerra que se da en el Alto Baudó.
La Delegación que vino del Chocó ha aportado nuevos elementos, que nosotros vamos a tomar en cuenta, y donde se hayan dicho cosas que no son ciertas, si se han dicho públicamente, las vamos a rectificar públicamente, porque consideramos que los primeros actos de reparación tienen que ver con la verdad, con los pedidos de perdón, con las garantías para que eso “nunca más vuelva a ocurrir”, y por tanto, si ha habido, como ustedes informan, temor y desplazamientos, cuenten con nosotros para que haya un retorno pronto.
Comento un caso, el Obispo de Buenaventura, en el Mecanismo de verificación del cese, hizo mención a unos desplazados que estaban en ese puerto. Hoy, estamos comprometidos en que esas personas, que son comunidades negras retornen, y ya está en curso un retorno.
Nosotros escuchamos lo que dicen los líderes que vinieron del Chocó. Por favor, ¿quién dijo que nosotros queremos que ellos, terminen debajo de un puente en Medellín o en Cali? No. Ese es su territorio, son sus riquezas, es su vida. Entonces, cuenten con nosotros para este retorno.
El alivio humanitario
Frente al tema humanitario, en Colombia hemos tenido un debate, que yo lo resumo en esto: “Humanizar la guerra o acabarla”, esto es un falso dilema, hay que hacer ambas. Entonces, cuando aquí se hace un cese bilateral, y, se dice que el objetivo primordial es mejorar la situación humanitaria de la población, hay que honrar esa palabra, hay que honrar ese compromiso público. ¡Ah!, también hay que acabar la guerra, que es a lo que yo me quiero referir en el tercer punto.
El cese contempla que haya una veeduría social, la iglesia está acompañando la verificación y la veeduría. La invitación que nosotros hacemos es a que las comunidades negras, de minorías étnicas y mestizas del Chocó, se vinculen, hay unos equipos diocesanos para esto, hay una veeduría. ¡Háganle monitoreo a esto!; eso es lo que está esperando Naciones Unidas, que les den información, y la información la da la gente. Nuestro llamado es a que haya participación en la veeduría y que esto, sea también semilla de un dialogo social, que ayude a una reflexión sobre los problemas del Chocó.
Cuando nosotros estuvimos en una visita de pedagogía en el San Juan, los compañeros nuestros del Frente Occidental se comprometieron, a que ellos participaban en un dialogo social, en función de un Acuerdo por el Chocó. Ellos no desestiman el valor que tiene el cese, ni el valor de que haya un Acuerdo por el Chocó.
Dice el Padre Albeiro, que ha habido un desarrollo exitoso del cese, pues, nosotros lo celebramos, pues ha habido errores, pero los protocolos del cese son claros en decir que, “ningún incidente por grave que sea va a acabar el cese”. Y lo que hemos dicho en esta mesa es que los problemas que ha tenido el cese, que son de varias clases -y no los voy a enumerar-, hay que mejorarlos, para que el resultado en noviembre sea mejor que el de octubre, en eso está trabajando la mesa y esas fueron las especificaciones del mandato que se le dieron al Mecanismo nacional de verificación, para mejorarlo, no para acabar el cese.
Está ocurriendo un funesto cambio de brazaletes
¿Cuál es la desgracia de todo esto?, bueno ustedes lo han dicho, mientras que estamos en una búsqueda de que el cese sea exitoso, y que el proceso con las FARC, sea exitoso; por la puerta de atrás, esos ex combatientes se están ligado a bandas y mafias, y ustedes dieron los montos: son ocho millones para los mandos de FARC y dos millones para los combatientes, lo que les pagan los paramilitares; ¿de dónde sale ese dinero?, ustedes ya lo han dicho, esos son dineros de las drogas.
Una vez le dije a un jefe de los ganaderos de Colombia, -quienes eran los que más alentaban el paramilitarismo desde cuando eso-: ¿quién dijo que usted criando vacas, va a comprar fusiles?, criar vacas no da para eso. La guerra se alimenta con el dinero de la cocaína. Este es el tercer punto que yo quiero mencionar, porque estamos haciendo un esfuerzo desde esta mesa, para que haya el cese, para que haya acciones y medidas humanitarias, pero en contravía de esto, este negocio ilícito no lo desmonta nadie.
¿Por qué no sustituyen la fracasada política anti drogas?
Nosotros con el presidente Santos tenemos una coincidencia, ¿quién dijo que la política antidrogas, que impulsan desde los Estados Unidos, es exitosa?, ¡nada!, eso es un fracaso, y ¿quién sufre esto?, pues las comunidades. Ya la Delegación del Chocó lo dijo, “80 por ciento de la cocaína que exporta Colombia, sale por el Pacífico”.
Miren los datos, ese 80 por ciento, significa 600 toneladas de cocaína al año, si cada tonelada vale 30 millones de dólares, da un total de 18 mil millones de dólares. Saben ¿cuánto exporta Colombia, todos sus productos?: 30 mil millones de dólares, de esos 10 mil solo de petróleo, o sea, un tercio de las exportaciones colombianas es petróleo, así, lo que se exporta de cocaína es el doble de lo que se exporta de petróleo.
Esto es bueno que se lo cuenten a esos mil líderes indígenas que están reunidos allá: ¿de dónde sale el dinero para pagar 8 millones a los mandos de FARC, que se pasen para los paramilitares y para pagarle 2 millones de pesos a los combatientes que se pasen a los paramilitares? Eso no es criando vacas, no, entonces ese es el problema, ¿cuál es la desgracia?, quién dijo que ese dinero llega a Colombia, negativo, cuando mucho el 1 por ciento se queda en Colombia, ¿dónde se queda el resto?, pues en los bancos de los EE.UU. No ven que eso se consume allá, se vende allá y se lava allá, por eso esta política antidrogas no la acaban. Por favor, ¡que la cambien!, eso sería “pegarse un tiro en un pie”: dejar de recibir esos 18 mil millones de dólares.
Los paramilitares se rearman e inundan al Chocó
Y ¿quiénes sufren?, pues las comunidades, ¿de dónde salen los paramilitares?, ¿de dónde sale la plata de los paramilitares?: del narcotráfico, con esos dineros ¿a quién no corrompen?, ya ustedes lo han dicho: a la Infantería de Marina, al Ejército, la Policía, ¿Cuál es la guerra en el Truandó?, pues es el corredor, por donde sale la mayor parte de la cocaína del norte de Colombia, por ahí -desde cuando Pablo Escobar-, Bahía Solano es el gran puerto de exportación. Esto hay que contárselo a las comunidades.
Pide la Delegación del Chocó que se desmonte el paramilitarismo, que se acabe la complacencia, que no sean permisivos los militares y policías con los paramilitares. Este es el problema de la guerra, en el cese no participan los paramilitares, por eso sigue todo lo que ustedes denuncian, ¿Cuándo vamos a ser capaces de tener otra política antidrogas?, hay gente que no quiere que se cambie, porque se están lucrando de eso.
Entonces, la desgracia de esta guerra es que hay una simbiosis, los militares dejan que prosperen los paramilitares, y por esto todos esos territorios del Bajo Atrato se están llenando de paramilitares otra vez, porque eso no solamente les da ingresos, -yo no estoy diciendo que esos ingresos los recibe Juan Camilo Restrepo o el presidente Santos-. No. Los reciben los oficiales militares y policiales que están allá -no ven que eso es mucho dinero-, entonces reciben dinero, pero a su vez los paramilitares hacen el trabajo sucio, que no hace el Estado a través de los militares y policía. Esta es la simbiosis que hay que acabar. Porque el paramilitarismo en el Chocó, en vez de acabarse, está aumentando, esa es la desgracia, y ¿quién los mete a un acuerdo?, ahí ha estado el vicepresidente Naranjo, tratando de hacer un pacto con ellos.
El objetivo es despojarlos del territorio
Pero, ¿cuál es el problema?, ustedes dicen que el Chocó es muy pobre, muy marginado, pero a la vez es muy rico. ¿Quién quiere esas riquezas?, ¿quién quiere ver a las comunidades negras, afros y mestizas fuera del Chocó?, pues los que quieren esas riquezas, ahí están.
Ellos no acaban la política antidrogas fracasada, porque “son brutos”, No.… es porque les sirve así, porque así sacan la gente, y al sacar la gente, ahí les quedan las riquezas. Entonces esas manos, que están detrás que se mantenga la política antidrogas fracasada, son esos grandes capitales extranjeros, que también hacen este tipo de guerras, para desplazar a la gente y quedarse con sus riquezas. Esto hay que contárselo a esos mil líderes indígenas que están reunidos en Quibdó.
¿Por qué la guerra en el Chocó, en vez de apaciguarse, crece? Este es el debate que tenemos en esta mesa, sobre cómo vamos a lograr una solución política y a eso mandaron a nuestra Delegación, a bregarle a la solución política, y así haya estos problemas grandes, nosotros hemos dicho: no nos vamos a levantar de esta mesa, ni a dejar de buscar la solución política.
Estos eran los tres puntos que quería decirles. Sigue abierto el caso del Gobernador, cuenten con eso y vamos a seguir en este esfuerzo, para que haya verdad como parte de la reparación. Segundo, en lo humanitario, vamos a ver aquí en la mesa, cómo se da respuesta al Acuerdo Humanitario para el Chocó Ya. Y tercero, en lo de bregar a acabar la guerra en el Chocó, cuenten con nosotros para que en el Chocó haya una defensa de la vida y el territorio. Gracias.
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* Intervención del comandante Pablo Beltrán en la mesa de conversaciones de Quito, el pasado viernes 17 de noviembre, durante la Audiencia en donde se escuchó al Comité de Seguimiento del “Acuerdo humanitario para el Chocó Ya”, integrado por líderes indígenas de las etnias Waunan, Embera Dóvida y Embera Chamí.