Reunidos al fin, luego de una noche de sobresaltos por la presencia y los sabotajes del barco artillado y cuatro pirañas de la Armada Nacional en la zona en el Río San Juan, comenzamos la jornada hablando de paz.
Es bastante claro que en la mesa de diálogos de Quito se están contraponiendo dos ideas de paz que distan mucho una de la otra. Por un lado, la del Estado, que dimos en llamar “paz neoliberal”, pues se basa en la pacificación de los territorios y la desmovilización de la insurgencia con la finalidad de permitir la entrada de las empresas privadas y multinacionales; las cuales tienen por fin último la acumulación de capital para sus dueños y no les interesa el bienestar de la población.
Sobre esta concepción de paz, que además ya está siendo aplicada en Colombia con el Acuerdo de La Habana, tenemos para decir que paz con hambre, no es paz; que el gobierno no cumple, que sobre los intereses del pueblo se imponen los intereses de las transnacionales y multinacionales con anuencia del gobierno; que lo único que el gobierno necesita es desarmar a la insurgencia. Además, sobre los planes de sustitución, no hubo suficiente claridad con las comunidades que ahora están sufriendo la erradicación forzada o las promesas no cumplidas por parte de la institucionalidad.
Contrario a esto, las comunidades, sus líderes y lideresas, y el ELN, presentes en este Encuentro, pensamos que la paz es un derecho de los pueblos. Sostenemos que paz es soberanía, vida digna, equidad, democracia real, Poder político. Pensamos que paz es inversión social, salud, educación liberadora y posibilidad de realizar los sueños de cada cual; titulación de resguardos, restitución y saneamiento de las tierras que por derecho nos pertenecen a los empobrecidos, pobladores y campesinos que las trabajan.
En la paz que concebimos, no cabe el despojo de nuestros territorios por acción de las multinacionales.
Para que realmente lleguemos a esta paz tan anhelada, es necesaria la desaparición del paramilitarismo, política de Estado que no permite que se reconstruya el tejido social que se ha roto por el terrorismo de Estado con asesinatos, masacres, desplazamiento, amenazas y que hoy continúa en crecimiento a niveles que se asemejan a los peores tiempos de la historia nacional.
Otro de los temas sensibles para construir la paz es la sustitución de cultivos. El gobierno ha prometido proyectos productivos y bienestar para los campesinos cultivadores de coca que en la mayoría de casos ha resultado en más miseria y hambre para las poblaciones. Pensamos que sí se deben sustituir los cultivos, pero solamente cuando los proyectos productivos que nos ofrece el gobierno sean un hecho, es decir, estén funcionando. Además, que se garantice su comercialización y toda la infraestructura (vías, maquinaria, servicios públicos, recursos, etc) necesarias y acordes para el contexto de la región.
En cuanto a la participación y representatividad en las instituciones del Estado, sabemos que la politiquería y la corrupción se han tomado estos espacios en todos los niveles. Las personas que asumen representatividades en la región, en la mayoría de los casos son ilegítimas ante sus representados, además, para que realmente haya paz, necesitamos participación directa de las comunidades y que haya soluciones que trasciendan la palabra y se enfoquen en la realidad.
Los afrodecendientes, indígenas y campesinos, hombres y mujeres de este departamento demandamos reales garantías de participación en todos lo espacios que nos competan.
Necesitamos un país en el que las oportunidades de paz sean iguales para todos. Que se nos respete el derecho de autodeterminación y la soberanía de los territorios en los que hemos habitado, generado relaciones y construído cultura y tejido social a lo largo de los años.
Sabemos que todo esto lo conseguiremos con la lucha organizada desde los diferentes escenarios en los que la desarrollemos y que esta deberá ser una lucha solidaria con un solo cuerpo.
Finalmente, valoramos de forma positiva el hecho de que el Ejército de Liberación Nacional exija en la mesa de diálogos el Gran Diálogo Nacional, creemos que con esto nos garantiza una forma de poner nuestras inquietudes, dificultades, deseos y propuestas en conocimiento del establecimiento y de la sociedad en general. Que el diálogo de todos los sectores, organizaciones, procesos y de la sociedad excluída sea la bandera agitada por el ELN es una garantía de que si hay transformaciones reales, serán de cara al pueblo, a las mayorías.
En este Encuentro, llegamos a la conclusión de que en la mesa de diálogos gobierno- ELN, este último es quien nos garantiza la posiblidad de participación y construcción de propuestas que generen transformaciones reales y que además es a través de la movilización y organización de los sectores populares que estén comprometidos con dichas transformaciones, que en Colombia se lograrán los cambios necesarios para una vida digna.
Organizaciones participantes en el Evento:
Asociación Interétnica Intercultura -Asokinchas.
Asociación Campesina de San José del Palmar.
CAMAICA.
Asociación Campesina del San Juan- ACADESAN.
Consejo Comunitario Mayor de Nóvita- COCOMAN.
Asociación Wonaan del Urabá Chocoano.
Asociación de Cabildos Indígenas del Carmen del Darién- ASOCAICAD.
ASOKATIO- FEDEOREWA.
Consejo Comunitario de Puerto Bolivar-COMCOSTA.
Junta de Acción Comunitaria La Italia.
Asociación Cabildo Mayor Indígena de la Zona Carretera Municipio de Quibdó- CAMISOCA- OREWA.
Junta de Acción Comunal San Pedro de Ingará.
FEDEOREWA.
Asociación Interétnica de la Región del San Juan- ASOINRESAN.
Comunidades Construyendo Paz en su Territorio- CONPAZ.
Fundación Julia Márquez del Sur de Córdoba.
Asociación de Familias de Consejos Comunitarios- AFRICOC, (Curvaradó, Jiguamiandó, Pedeguita y Mancilla y Vigia de Curvaradó).
Asociación Nacional de Desplazados Comlombianos- ANDECOL.