Camaradas de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación:
Cálido y fraternal saludo.
Elaboro esta nota cuando todavía escucho los ecos de los aplausos de la reciente reunión nacional de los ETCR. Por motivos de salud no pude estar en el encuentro, pero si asistí a su clausura y sinceramente para mí fue un aliciente muy grande ver allí juntos a los representantes de todos los ETCR discutiendo con espíritu comunista, proponiendo y entre todos buscando salidas a las encrucijadas de la reincorporación.
Ya he comenzado a leer las relatorías de la reunión y me llama la atención el tono autocritico y constructivo de la mayoría de las intervenciones. Nada de lamentaciones o lloriqueos. Nadie desconoce las situaciones criticas que tenemos en la mayoría de los espacios, es frente a esas situaciones en que aparece el espiritu del guerrero fariano forjado al calor de más de 50 años de lucha.
Es muy importante recoger e impulsar todas las iniciativas y experiencias allí planteadas para mantener la cohesión y la unidad, independientemente del espacio geográfico en que este cada uno de los integrantes de los ETCR.
Desafortunadamente estamos viviendo una coyuntura muy compleja que tenemos todos que asumir con mucho cuidado, con análisis sereno, sin apasionamientos, con mucha objetividad, partiendo siempre del interés fundamental de cada uno de nosotros: el partido, por encima de cualquier sentimiento, de cualquier interés particular, etc.
Nuestro principal patrimonio a lo largo de la lucha revolucionaria es nuestra autoridad moral y ética ganada al calor de la lucha diaria, fruto de nuestra consecuencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
Y en el caso concreto del proceso de Paz, lo que todo el mundo a reconocido es nuestro cumplimiento de la la palabra empeñada. La comunidad internacional y hasta enemigos acérrimos en Colombia han tenido que reconocer que hemos cumplido al pie de la letra lo acordado.
Ese es el principal patrimonio que debemos cuidar como la niña de los ojos. Es lo que nos da la fuerza y la autoridad para concitar y buscar el apoyo en aras de obligar al Estado a cumplir su parte.
Ese es el puntal fundamental, por eso el adversario busca, de todas las maneras posibles, horadarlo, agujerearlo, es decir, de destruirlo. Esa es la situación que estamos viviendo en este momento y frente al cual debemos cerrar filas. Y es el llamado que quiero hacer.
Nuestro deber principal es mantener incólume la autoridad moral y ética del partido, de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
Aprovecho para hacer un llamado a que mantengamos nuestra conducta en el marco de nuestros documentos y orientaciones. Se entiende que tenemos muchas necesidades, que los mecanismos establecidos marchan demasiado lentos en función de resolver las necesidades, pero no por eso nos debemos dejar calentar los oídos de los que nos vienen a pintar pajaritos de oro, soluciones extra rápidas, etc., muchas de las veces son provocaciones para hacernos daño.
Igual que en la guerra que habían unos conductos, ahora en la construcción de la paz igualmente. No nos dejemos sacar de esos conductos, después lamentamos las consecuencias, que al final afectan es al partido.
En el momento en que firmamos el acuerdo aceptamos la constitución y las leyes y es nuestro deber actuar ajustados a ellas. Quien no lo haga debe atenerse a las consecuencia y ahí difícilmente puede pedírsele solidaridad al partido.
Finalmente hago un llamado a la tranquilidad, no dejemos que la incertidumbre que algunos buscan generar en esta coyunturas nos paralicen o nos dispersen, hay que seguir adelante, tampoco nos dejemos meter temores, mientras tengamos la conciencia tranquila, con la fuerza que nos da la autoridad moral y ética de nuestro actuar seremos capaces de pasar por encima de cualquier montaje.