“Para los comunistas, para el proletariado y los pueblos del mundo MARX es el fundador, el que puso la piedra fundamental de la ideología científica del proletariado. Y lo hizo en tanto asumió esa ideología como suya. Así, nacido un 5 de mayo de 1818 en Tréveris, Alemania, en su práctica transformadora revolucionaria de intelectual radical burgués devino gran titán del pensamiento y la acción proletaria, gran representante del proletariado mundial.
No hace mucho fue declarado el “Hombre del milenio”.
Efectivamente, Carlos Marx fue uno de los más brillantes economistas del siglo XIX, un sociólogo de gran amplitud de conocimientos, un filósofo de los mejores de su tiempo ya que tomando lo más alto de la filosofía burguesa de su tiempo: la dialéctica de Hegel la desarrolló poniéndola de pie como materialismo dialéctico iniciando la filosofía proletaria, por lo cual fue y ha seguido siendo de los mejores filósofos políticos hasta ahora. Y también el “iracundo profeta de la revolución” proletaria que reflexionaba en medio de la actividad práctica de la lucha de clases apuntando a resolver cómo comprender y sobre todo cómo transformar el mundo transformándonos nosotros mismos, tesis retomada por el Presidente Mao en la revolución cultural.
Marx en medio de la acción práctica revolucionaria trabajó arduamente un gran proyecto teórico comenzando por la crítica al Estado burgués, la política burguesa y el derecho burgués desentrañando las diversas formas de opresión y explotación por parte de las clases dominantes y poniendo en cuestión el carácter clasista de los Estados; encontrando al mismo tiempo que el proletariado es la clase que ha sido generada por la propia burguesía en su explotación capitalista y que ya no será la burguesía sino esta nueva y última clase de la historia la que habría de dirigir la revolución, una revolución proletaria, con un partido proletario, distinto y opuesto a todos los demás; revolución proletaria que ha de llevar a la construcción de una nueva sociedad.
Su trabajo teórico y su estrecha vinculación con el movimiento revolucionario de su tiempo entonces, lo llevó a fundamentar sólidamente la ideología científica del proletariado: el materialismo dialéctico y su aplicación el materialismo histórico; la economía política del proletariado: una economía socialista y el socialismo científico del proletariado: la revolución proletaria mundial con el rumbo al socialismo y la meta el comunismo.
Destacando entre todos sus valiosísimos y vigentes aportes las leyes del modo de producción capitalista explotador sustentado en la plusvalía que extrae de la venta de la fuerza de trabajo del obrero, el capital que acumula y usa en su exclusivo beneficio, empobreciendo cada vez más a la clase y al pueblo en general. Así como el papel histórico del proletariado como clase revolucionaria que desplaza a la burguesía como clase dirigente de la revolución, una revolución proletaria que a través de revoluciones socialistas y culturales llegará al comunismo como meta en la que se emancipará a la humanidad, momento en el que se pasará del reino de la necesidad al reino de la libertad como dijera su entrañable amigo Federico Engels.
Durante todo el siglo XX cientos de miles de obreros organizados en lucha plasmaron la obra de Marx: la revolución proletaria especificándola a sus condiciones concretas, así quedaron entre las muchas, las dos más grandes. La Revolución de Octubre de Lenin, una revolución socialista que insurreccionó las grandes ciudades y la revolución democrática de nuevo tipo dirigida por el proletariado a la que se sumó la Gran Revolución Cultural Proletaria del Presidente Mao Tsetung, entre ambas un puñado de años de construcción del socialismo en los cuales el proletariado demostró la vigencia y validez del marxismo-leninismo-maoísmo y todo el siglo XX, el siglo de la revolución, así lo demostró.
El socialismo no es un mito ni una utopía, tampoco es producto de la voluntad de nadie, es resultado de las leyes que rigen el proceso social y el socialismo ya se ha concretado como sistema económico nuevo, como base y como superestructura, como sistema político y como ideología. Se ha concretado solamente 66 años dando el más asombroso ejemplo de energía transformadora de las masas, una auténtica sociedad nueva, nunca las inmensas mayorías se habían beneficiado bajo otro sistema como en este, benefició a las masas dándoles el derecho a transformar el viejo orden de opresión en uno nuevo.
Sobrevinieron las dos grandes derrotas por el revisionismo que restauró el capitalismo, pero estas mostraron que todo proceso nuevo necesita, por un lado, combatir incesantemente contra lo viejo porque lo viejo no ceja en su empeño y tiende a restaurarse; y por otro, que lo nuevo requiere más tiempo para imponerse, piénsese cómo a la burguesía le llevó 300 años, ¿Cómo entonces negarlo todo? ¿Cómo permitir dudas o pesimismos? ¿Cómo revisarlo? Mantengamos el optimismo histórico de la clase, fortalezcamos nuestra ideología proletaria y saquemos lección de los propios errores cometidos en el pasado, esta es la actitud que nos corresponde hoy más que nunca.
Marx murió en 1883 sin haber conocido ni una sociedad socialista, ni tampoco los horrores que produce el capitalismo/imperialismo.
La academia, el orden establecido y los poderes mediáticos declararon a Marx como el innombrable, algo absurdo en tanto que quien más podía opinar sobre la situación del mundo y sus salidas, era Carlos Marx, y esa posición empobreció el análisis radical, pues fue eliminado el discurso crítico.
Luego fue cambiando un poco la condición de su estudio, pero la explotación y opresión han sido tan duras y las luchas por el mundo tan fuertes que ahora no es tan malo hablar de Marx aunque todavía produce incomodidad.
Pero el anticomunismo moderno sigue su camino y es tarea nuestra trabajar por derrotarlo en todos los terrenos de la vida social. Porque en todos los ámbitos ha habido una expurgación, mejor sería decir una higienización del pensamiento de Marx y de los otros revolucionarios de las exposiciones teóricas, pero que no fueron totalmente derrotados.
Sí pues, mucho tiempo ha pasado, pero, si contamos desde el Manifiesto en 1848 hasta fines de los ochentas podríamos afirmar que ha terminado una primera gran etapa de la revolución proletaria mundial y nos ha dejado un Marx, un Lenin y un Presidente Mao Tsetung, un marxismoleninismo-maoísmo; y como el marxismo es una unidad dialéctica en desarrollo, retomemos a Marx, a Lenin y al Presidente Mao Tsetung, retomemos el marxismo-leninismo-maoísmo y apliquémoslo para superar la ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo que difunde la caducidad del marxismo y que la meta es una utopía; para dar rumbo a la lucha incesante de las masas; para enfrentar la derrota del movimiento revolucionario mundial y de las sociedades socialistas restauradas al capitalismo.
Las nuevas condiciones mundiales económicas y políticas no son más que la pretensión de los explotadores de perennizarse como el único sistema posible. Desnudemos su perversa entraña de capitalismo hoy en imperialismo que cual vampiro chupa la sangre de la clase y el pueblo, que es monopolista, parasitario y agonizante, que lo que impone es el predominio del capital financiero internacional y de los grandes monopolios imperialistas que junto a los países imperialistas impulsan la expoliación y saqueo de los pueblos y las naciones del mundo; que se trata de una explotación capitalista depredadora de la naturaleza y corresponde defender la Tierra puesto que es la única casa que tiene la humanidad.
Que todas las contradicciones del mundo se están agudizando, en especial la interimperialista azuzada por las políticas guerreristas y xenófobas de Trump que también ha desatado una guerra comercial contra China cuyas repercusiones serán en todo el orbe y en América por la disputa de su patio trasero rico en recursos naturales como petróleo, gas, cobre y otros. Que la contradicción interimperialista se agudiza en lo económico, político y militar, que en pugna por el dominio del mundo está llevando al planeta a situaciones peligrosas y se puede decir que vivimos el peligro de una nueva guerra mundial imperialista. De la cual Siria es una zona candente donde están involucradas potencias regionales, además de los Estados Unidos, Rusia y China, Irán o Arabia Saudita.
Panorama frente al cual se manifiesta la lucha del pueblo que sigue siendo extensa y masiva como expresión del descontento y rechazo a la gran desocupación generada por la globalización privatizadora de la economía de mercado, un capitalismo salvaje que extiende la explotación, esquilma los recursos naturales y agrava la represión, que impone una precarización del empleo para concentrar cada vez más toda una masa de capitales en menos manos con las fusiones que hoy se ven, al tiempo que han empobrecido a la gran masa de obreros y trabajadores del mundo. Incluso ya se empieza a sentir la nueva gran desocupación con la robótica de la IV Revolución Industrial aquí en México, Brasil o Argentina y no solo en Europa, Estados Unidos o China. Todo lo que generará mayor ejército de reserva, un aumento de la protesta popular y la importancia de las masas como fuerza motriz.
Panorama revelador de la necesidad de Marx y el marxismo-leninismo-maoísmo, de su aplicación a la solución de los problemas nuevos que tiene hoy la revolución proletaria mundial para plasmarse como la única manera en que la clase y el pueblo tienen para emanciparse.
Y, las masas hacedoras de la historia necesitan de un Marx vivo, de un Marx para todos, necesitan pues, de Marx y la revolución, pero la revolución para concretarse necesita de un Partido Comunista, un partido opuesto y distinto a los partidos burgueses, un partido de nuevo tipo, un partido que construya los tres instrumentos de la revolución, un partido en breves palabras, marxista-leninista-maoísta, capaz de dirigir la revolución proletaria mundial hacia el socialismo y su meta el comunismo.
Los partidos comunistas hoy a los doscientos años de Marx debemos asumir el emplazamiento del clamor popular y ponernos a la cabeza de sus luchas dándoles rumbo al socialismo, unirnos en el marxismo-leninismo-maoísmo y el internacionalismo proletario, forjándonos en medio de la lucha de clases de las masas en función de las jornadas a venir pues, sin revolución nada tendrá el pueblo.
El marxismo-leninismo-maoísmo sigue su camino y con Marx decimos:
¡SIN UNA REVOLUCIÓN COMUNISTA NADA TENDRÁ EL PUEBLO!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!
¡PROLETARIOS Y PUEBLOS DE TODOS LOS PAÍSES Y PUEBLOS OPRIMIDOS, UNÍOS!
¡POR LA CONSTITUCIÓN DEL FRENTE
ANTIIMPERIALISTA Y ANTIFASCISTA MUNDIAL!
5 de mayo 2018
Partido Comunista del Perú
Partido Comunista de México
Partido Comunista de Colombia maoísta