«SÓLO LAS ARMAS NOS GARANTIZARAN QUE EL PAIS SE LIBERE»
Jorge Lofredo jorge.lofredo@gmail.com
En un contexto donde las disputas internas entre organizaciones político militares parecen comenzar a disiparse, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) han decidido, tras varios años, quebrar su silencio. Han sido conocidas fundamentalmente por las explosiones en las sucursales Banamex del DF, pero existe una historia subyacente que ayuda a explicar, desde su visión, la realidad que hoy embarga a todas las organizaciones guerrilleras; porque, mientras continúe oculto el pasado y el presente del movimiento armado mexicano, jamás podrá conocerse su razón de ser ni las condiciones de su emergencia.
Orígenes y caracterización
Las FARP se caracterizan como “una organización revolucionaria cuyo origen se remonta al PROCUP-PDLP organización que devino en el PDPR-EPR, del cual nos escindimos posteriormente […] cuando se definen los perfiles del proyecto organizativo que hoy es conocido como las FARP. En este esfuerzo organizativo nos unimos varios colectivos que habíamos pertenecido al PDPR-EPR”; no obstante, subrayan que la ruptura sucedida a finales de 1999 adquiere características particulares: “no nos escindimos por los mismos motivos que otros, es decir, por haber perdido privilegios o status en el PDPR-EPR; nosotros salimos porque pensábamos que las cosas no se estaban haciendo bien, en el sentido de que no veíamos una adecuada aplicación de la metodología marxista-leninista, por eso en nuestros principios planteamos la necesidad de construir la patria socialista”.
Contrariamente a lo que puede conjeturarse, destacan primariamente su vertiente política: “somos una organización político-militar, y a pesar de que en el nombre sólo se sobreentiende el carácter militar de nuestra organización, éste es sólo una parte de nuestro trabajo. El principal es el trabajo político al cual se supedita el trabajo militar y nuestro accionar armado. Le damos total prioridad a la conformación de estructuras políticas en el seno de las comunidades, barriadas, colonias, sindicatos, etc. Lo militar surge a partir de la necesidad política de impulsar la lucha revolucionaria para construir el socialismo en nuestra patria”. Para ello, el ente rector ideológico prima en sus decisiones debido a que conforman “una organización que aplica y desarrolla los tres pilares revolucionarios del marxismo-leninismo: Partido, Ejército y Frente de Masas”.
Como todo proceso dialéctico, la clandestinidad no refiere al aislamiento social sino al ejercicio de la política desde otros ámbitos: “entrar” a la clandestinidad y “salir” a la superficie. “Lo ‘abierto’ y lo ‘cerrado’ se entremezclan de una manera muy compleja pero muy rica en cuanto a aprendizaje organizativo. Es la dialéctica de la lucha político-militar. No se puede hacer nada cerrados en nosotros mismos. […] Estamos dentro del pueblo, es ahí donde tenemos presencia, no necesariamente como estructura clandestina, pero sí militar, y siempre política… somos el pez y el pueblo es el agua… Nuestra presencia en las masas es como la sandía… verde por fuera… pero roja por dentro”. Su estructura clandestina “está compuesta por integrantes estables y permanentes. Todos con plena convicción y seguridad en la lucha armada revolucionaria. Y en constante desarrollo”.
El proceso de toma de decisiones, otro de los puntos fundamentales de las organizaciones político militares, se resuelve “mediante el Centralismo-Democrático, proceso en el cual cada una de las propuestas se discute hasta agotarla, hasta tener una resolución única. Sea que provenga de la dirección o de las bases, una vez consensuada en cada una de las instancias, de las inferiores a las superiores y viceversa, se toma la mejor decisión, la cual se asume sin objeciones, es decir, la minoría se supedita a la mayoría; lo cual no debe de confundirse con despreciar la opinión de la minoría… hablamos aquí de una idea ya tomada en cuenta, ya discutida y finalmente ya resuelta. Hay un profundo respeto por las propuestas, informes y análisis de nuestras bases. Siempre se les toma en cuenta, no hacerlo sería una estupidez y hasta un suicidio.”
Actividad militar y lucha armada
–¿Qué acciones reivindica las FARP como propias, tanto acciones armadas, hostigamiento militar limitado y propaganda armada?
–Las FARP accionamos permanentemente; pero de manera pública hemos reivindicado: Aparición pública: Propaganda político-militar en el barrio de San Francisco, Xochimilco, DF; ataque con morteros a instalaciones encubiertas del CISEN, en Puebla, Puebla; ataque con explosivos contra la estatua de Rubén Figueroa en Huitzuco, Guerrero; ataque armado contra instalaciones de la Policía Federal Preventiva, PFP, en Cuajimalpa, DF; propaganda político-militar en Nazareno Etla, Oaxaca; ataque armado a un retén de la PGR en Iguala, Guerrero; ataque armado a instalaciones militares en La Pila, Estado de México; hostigamiento armado a la base militar instalada en la primera caseta de cobro de la autopista México-Cuernavaca; propaganda político-militar en San Felipe Neri, Morelos; propaganda político-militar con petardos en diversos Banamex del DF; propaganda político-militar con petardos contra Mc’Donalds y agencia automotriz Ford, en el área del aeropuerto del DF; diversas pintas en contra de pseudo revolucionarios y paramilitares de la Costa Grande, en Chilapa y Atoyac de Álvarez, Guerrero.
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Existe una justificación política detrás de cada acción militar pues de no ser así quedaría vacía de contenido reivindicativo. En este aspecto, explican que “toda acción armada es un medio para expresarle al pueblo la necesidad de trascender las limitaciones de la lucha solamente política y además es la única respuesta consecuente ante cualquier tipo de embate represivo u opresivo de parte del Estado”. Y más aún: “Toda acción armada conlleva hablar el mismo lenguaje que el opresor utiliza contra el oprimido cuando ya no tiene argumento alguno para ‘justificar’ la explotación de que lo hace victima. Toda acción armada nuestra es una respuesta firme y fuerte contra la violencia sistematizada e institucionalizada que protege al gran capital nacional y trasnacional en contra del pueblo trabajador. Así pues: ante la violencia reaccionaria, el accionar revolucionario”.
Pero cada acción no es un hecho aislado sino que compone una política que aquí se expresa a través de la lucha armada. “La lucha armada es una necesidad para la lucha política del pueblo. Las armas desde siempre han sido un garante para el pueblo; solamente de esa manera el gobierno respeta nuestra organización y sólo así podemos defendernos sin estar inermes ante los golpes que recibimos. Cuando los gobiernos opresores no dejan espacios para la resolución pacífica de problemas políticos por una vía legal; cuando no le dan salida a los reclamos populares agudizándolos al reprimir, no están dejando más opción que el hacer valer por otros medios sus derechos políticos. La guerra, la lucha armada es sólo la continuidad de la lucha política por otros medios, en ese entendido es que es vigente y lo seguirá siendo mientras no se resuelva de manera real, la profunda crisis actual del sistema político-económico mexicano”.
La lucha armada no tiene una razón por sí misma sino que expresa una necesidad mayor, como el cuerpo propio que asume la inconformidad; por tanto “la lucha armada jamás será un fin en sí misma. Hasta ahora, para nosotros, ha sido un medio, pero siempre hemos agotado todos los otros cauces, legales y pacíficos, antes de emprender una acción armada. Hemos hecho lo posible porque ni siquiera sea un medio de solucionar la política del país...”.
–¿Continuarán la vía militar?
–El uso de la acción armada revolucionaria nos lo seguiremos reservando mientras sea necesario…
–¿Qué condiciones deben darse para dejar las armas?
–Son condiciones prácticamente imposibles en la actualidad, tendría que resolverse en nuestro país lo que planteamos en nuestros objetivos y programa político
La relación con otros grupos
De inmediato a las divisiones producidas en el seno del EPR, se conoció un período de acusaciones mutuas y duras descalificaciones entre los “ortodoxos” (la actual conducción del EPR) y los “rupturistas” (quienes conforman en la actualidad el universo de organizaciones con presencia y actividad en México); sin embargo, caracterizan al actual EPR como “un esfuerzo revolucionario serio y respetable”, aún cuando las FARP habían denunciado que desde el EPR se había emprendido una campaña de ajustes de cuentas contra los “rupturistas”. A la vez, definen su posición acerca del tema de la unidad como algo “imposible [de] iniciar, desarrollar y en definitiva triunfar en una revolución si se actúa de forma aislada; las guías teóricas del marxismo-leninismo definen la unión revolucionaria como una necesidad histórica absoluta e ineludible. Hacia esa dirección se dirigen nuestros esfuerzos en todo momento: hacia el camino de la unión de todos los verdaderos revolucionarios del pueblo mexicano; por lo tanto, prescindiendo de los términos ‘anexar’, ‘reagrupar’ […] tenemos contacto y relación con otros grupos como una forma de tender lazos en vías de la construcción de una fuerza revolucionaria única que dirigirá la revolución de nuestro país”.
Pero son las divisiones lo que caracterizan al movimiento guerrillero en estas actuales circunstancias; y un punto de partida que permita comprender la coyuntura es la visualización que cada grupo realiza. Desde las FARP, se caracteriza “a los grupos armados de dos formas generales: por un lado los grupos u organizaciones revolucionarias y por el otro los grupos pseudo revolucionarios y paramilitares. Ya dentro de los revolucionarios, la diferencia radica más en el aspecto táctico que el estratégico. En lo estratégico, nuestra postura es clara: luchamos por la liberación nacional y la instauración del socialismo en México mediante la lucha popular revolucionaria. No lo ocultamos y lo decimos abiertamente. Somos marxistas-leninistas; no lo decimos como un ‘auto-elogio’, sino como un reto enorme. Luchamos por el socialismo. Muchos rehuyen de esta definición porque están conscientes de que tal definición ideológico-política choca con sus estrechos intereses de clase o por miedo a que se les endilguen algunas etiquetas absurdas. Entonces inventan una serie de definiciones ambiguas que en el debate de las ideas corresponden a posturas filosóficas muy viejas, que finalmente pueden encuadrarse en uno o en otro bando de la lucha de clases. El marxismo-leninismo es todo lo contrario al ‘dogma’, en eso radica su vigencia. Quien lo considera un dogma es por ignorancia teórica y práctica del mismo, sobre todo práctica. También es común que algunas personas renieguen del marxismo-leninismo y del marxismo en general porque jamás lograron consolidar ninguna estructura revolucionaria ni hacerse de apoyo popular alguno, pero lo que deberían reconocer esas personas es su propia incapacidad para el quehacer revolucionario, en lugar de culpar a Marx, Engels y Lenin, respecto de los cuales son unos verdaderos enanos. Sólo una nación libre puede acceder al socialismo, por eso pugnamos por la Liberación Nacional… y en las condiciones en que nos encontramos, sólo las armas nos garantizarán que el país se libere. […] En lo táctico, nosotros tenemos un trabajo más callado, más lento, pero más seguro, anteponemos la seguridad personal y colectiva al crecimiento, y no movilizamos mediante recursos económicos. Nadie en las filas de las FARP se encuentra en ellas para paliar su situación económica, sino por convicción propia en la revolución”.
Para las FARP, el estado de dispersión de los grupos armados insurgentes mexicanos no le resta vigencia a la lucha armada: “se puede llegar a la conclusión de que la lucha armada en México se está dispersando, sobre todo cuando no se conoce por dentro el movimiento revolucionario mexicano; pero esto es un defecto en la visión, alimentado primero por el desgajamiento del EPR; segundo, por el surgimiento de nuevas siglas y, tercero, por la múltiple aparición de membretes sin base social. La realidad es que la lucha revolucionaria de nuestra patria por la vía armada, ha cobrado actualidad, vigencia y fuerza… se ha vuelto una necesidad, se ha vuelto la única manera de rescatar al país de la podredumbre política actual, de la ineficacia del sistema de partidos en el capitalismo de hoy”.
La coordinación de agrupaciones guerrilleras, estadio en la que las FARP han tenido una participación fundamental junto al Ejército Villista Revolucionario del Pueblo y el Comando Justiciero 28 de Junio, durante la corta experiencia de la Coordinadora Guerrillera Nacional ‘José María Morelos’. Los grupos que la integraron “ocupaban el mismo lugar; es decir, no había grupo por encima del otro”. Su duración fue menor a un año (desde febrero hasta septiembre de 2001), aunque reconocen que fue “una experiencia aleccionadora, sobre todo después de provenir todas las organizaciones que la conformaron de una ruptura con el EPR. A nosotros al menos nos llevó a un reforzamiento interno”. “Hoy esa Coordinadora ya no existe como tal, fue planteada y creada de manera coyuntural”. Dos acciones se reivindicaron como Coordinadora y que fueron “hechas públicas; la de una propaganda armada en Morelos [el 14 de febrero de 2001] y un ataque a un retén de la PGR [el 31 de mayo de 2001], hoy AFI en Iguala, Guerrero.”
Guerrero, el “México chiquito”
“La situación en Guerrero es una de las más complejas del país” agregan, en tanto que abordan el caso puntual del estado donde se registra la mayor cantidad y presencia de siglas. “Guerrero es un ‘México chiquito’. Guerrero tiene asegurado un lugar como protagonista fundamental de la liberación del país. Guerrero tiene mucha historia, sin caer en ‘localismos’ o ‘chovinismos’ absurdos. Zeferino Torreblanca es muy parecido a Vicente Fox y al gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, en cuanto a que son torpes para resolver los problemas políticos, económicos y sociales. En general, en el discurso, Torreblanca evita reconocer la fuerza del movimiento armado en Guerrero. Torreblanca dijo que le ‘arrebataría’ las banderas sociales a la guerrilla, pero vemos que ha sucedido todo lo contrario, le ha dado más banderas para la lucha. No está de más aclarar que la mayoría de los grupos armados […] no son guerrilla como tal, ya se ha visto el carácter paramilitar que han adoptado, perdiendo automáticamente el carácter revolucionario que dicen tener, y sobre todo, que algunos membretes son sólo partes de una misma estructura.
La situación nacional: EZLN, Fox, AMLO
–¿Cuál es la percepción acerca del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)?
–Es un esfuerzo de lucha respetable, el cual, reconocemos, ha logrado penetrar en los medios de comunicación y en la intelectualidad; lo cual le facilita dar a conocer su posición política y sus propuestas.
El ejemplo del EZLN confirma la imposibilidad de establecer pláticas con las autoridades; y en tanto niegan mantener alguna relación con el gobierno federal (“para entablar pláticas con el gobierno federal deben existir condiciones para ello. Hasta el momento no están dadas.”), asumen una lectura negativa de los intentos del zapatismo para alcanzar acuerdos: “Vemos un ejemplo muy claro en el caso del EZLN al que como era previsible nunca le han respetado acuerdo alguno”.
A la vez que afirman ubicarse “a la izquierda de todas las organizaciones del país”, exponen sus posturas sobre la actual administración federal y su actitud frente a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Señalan con contundencia: “El hombre que encabeza el gobierno federal no tiene ni la menor idea de lo que significa dirigir un país”; y detallan que “es la consecuencia de supeditar el poder político al poder económico-empresarial. La actuación del gobierno resultante, en consecuencia, es un claro ejemplo de todo lo que NO debe hacerse. El partido en el poder no representó cambio sustancial: todos los mexicanos que esperaban un cambio en el año 2000 tarde se han dado cuenta de su error al darle el voto a más de lo mismo y tantito peor. Es increíble que en un país tan enorme, tan rico y tan poderoso como el nuestro más de cien millones de habitantes se dejen gobernar por alguien que no tiene un compromiso con el pueblo mexicano y sí lo tiene, en cambio, con los representantes del capital nacional y extranjero. Dirigir un país es una cosa muy distinta, es saber responder a las necesidades de los gobernados, es satisfacer los anhelos de libertad, justicia, democracia, educación, etc.”
En este año electoral se imponen también aclaraciones de la actitud que asumirán los movimientos armados; y es éste el caso donde las definiciones se vuelven fundamentales en esta materia. Confirman que “hay muchos sectores descontentos con todo esto y se han dado cuenta que el mirar hacia la izquierda es una buena opción, y muchos que creen que López Obrador reencarna los ideales de la izquierda se han sumado a su candidatura, perredistas o no. Por respeto a esas masas inconformes, que no a los partidos ni a los procesos electorales en los cuales no creemos, es que no los boicotearemos… pero tampoco los apoyamos. Nuestros planes y programas tácticos y estratégicos no dependen de los procesos electorales en sí”.
Y a continuación se esgrime una respuesta que conforma el contexto de las razones esgrimidas: “el país está en bancarrota, el país es robado, saqueado y explotado diariamente por un pequeño grupo de magnates que detentan el poder económico y político del país, llevándolo a una desigualdad social abismal, una de las mayores desigualdades del mundo. A la inmensa mayoría del pueblo trabajador la han llevado a la más espantosa miseria y a los pequeños productores los han llevado a la ruina. El país no se ha hundido completamente porque el trabajo del mexicano lo sigue sosteniendo, es el ciudadano común el que paga todos los platos rotos, desde los servicios, la obra pública, los impuestos, hasta los saqueos de esos mismos magnates, vía IPAB. Los datos exactos, salen sobrando cuando todos lo sentimos, los sufrimos en carne propia. En lo político ya nadie cree en casi nadie los procesos electorales se han evidenciado como un teatro necesario para el poder, para así manejar un discurso de democracia, inexistente en realidad. Por lo tanto, las condiciones son favorables para el crecimiento de un movimiento revolucionario. Todo dependerá de la capacidad de todos los que integramos el movimiento popular, en lo social, en lo político y en lo político-militar”.
El futuro de las FARP y la revolución
Toda organización política, y aún más en aquellas donde la ideología adquiere una importancia central, comprende y transmite su utopía; y ésta se vincula aquí con la revolución social: “La revolución siempre ha sido viable. Pero si hemos de ponerle apellido, tendría que ser revolución socialista; y hoy más que nunca, cuando el sistema capitalista ha demostrado ser un modelo económico-político injusto, que explota, que arrasa, que embrutece, que enajena, que extermina. A este modelo tenemos que anteponerle el modelo de construcción socialista. Y sólo la revolución proletaria, la revolución socialista, es capaz de impulsar su realización, no tenemos otro referente de que haya sucedido de manera distinta en otras partes del mundo, adecuando siempre la lucha a las condiciones concretas y en el caso de nuestro país, proponemos la lucha por la Liberación Nacional como base y fundamento sobre el cual se apoyará la construcción de la nueva sociedad socialista”.