Marzo 26 de 2018

MARZO 26 DE 2018

Camarada Manuel: hoy no es un día cualquiera para los guerrilleros que integramos las FARC-EP, con angustia nos asiste el compromiso de conmemorar el décimo aniversario de su partida física de este mundo; sabemos que descansa en la concordia y la gloria donde solo caben los grandes líderes como usted, quien luchó toda la vida por una causa justa y soberana, convencidos de que su labor revolucionaria está marcada en la historia colombiana y la gran patria latinoamericana para siempre y que los revolucionarios lo llevaremos en mente como la persona que nos ilumina el camino de seguir por los senderos de la libertad.

Los que seguimos en pie de lucha tenemos la certeza y convicción que estamos marcando correctamente el legado de su formación ideológica que nos inculcó para mantenernos en la lucha revolucionaria.

Durante años la formación de cada uno de nosotros defendió sus lineamientos para direccionar y empuñar las armas en defensa del proletariado y sus reivindicaciones, nos enseñó de su templanza y nos empujó mantener profundo amor por la clase obrera, todas estas ideas fueron infundadas por usted que hasta el último día de su muerte trabajaba por seguir adelante.

Para nosotros esta fecha es de importancia y de mucha relevancia por lo que usted nos aportó por años de historia y lucha a este pueblo que aún sigue oprimido por las grandes elites. Hoy a esta fecha podemos decir que nos sentimos orgullosos de no fracasar en el intento de hacer y seguir forjando mujeres y hombres que con su valentía decidieron no traicionar, ni entregarse a un gobierno que siempre ha sido traicionero desde todos los puntos de vista que lo pongamos en debate. Los que seguimos en pie de lucha es porque aun creemos que falta mucho para cambiar este país, que sigue sumido en una profunda desigualdad social.

Su muerte nos empuja para seguir con la batalla que usted inicio y que hoy en día la seguimos librando desde nuestras trincheras, en montañas y ciudades de Colombia como comunistas, revolucionarios de la justa causa, por estar al lado de la gente inconforme y menos favorecida de este país. Su táctica y estrategia sigue dando resultados aplicados a los métodos que en cada una de sus charlas y conferencias que usted nos dio y que hoy las seguimos replicando a la familia colombiana.

Usted fundó uno de los movimientos más emblemáticos de Colombia, usted con sus capacidades ideológicas y don de mando, ha hecho que cinco décadas de guerra por cambiar este país, para conseguir el sueño de la justicia social siga aquí vivo. Por sus pasos cuidadosos nunca cayó en manos del enemigo ni en las ráfagas de los fusiles, ni en los bombardeos de las grandes elites y los medios de comunicación, que por muchos años lo dieron como muerto en combate por su perseverancia.

Siempre salió pujante en el cumplimiento de sus planes políticos y militares que se trazaba con éxitos, nunca se dio por vencido por caballero y malicioso logró sobrevivir a la jauría del régimen y por lo tanto no cayó en las garras de los verdugos.

Su enseñanza y sacrificios se reflejan en cada uno de nosotros, su tranquilidad para la toma de decisiones ha sido una gran victoria aún en estos tiempos de guerra. Nuestros planes siguen firmes y con disciplina los sacaremos adelante; nuestro ejército sigue creciendo con los días y se suman a nosotros nuevos combatientes consientes que lo que usted junto a su guerreros marquetalianos, comenzaron a construir y continúa vigente hoy más que nunca.

Este sentido homenaje a nuestro comandante y camarada Manuel Marulanda Vélez hombre de resistencia, paciencia, sacrificios, lucha, templanza y dignos de su legado revolucionario, a él queremos decirle que estará en las mentes de cada uno de nosotros, los guerrilleros, hoy, mañana y hasta la victoria siempre.

Estamos convencidos que podemos seguir adelante con su lucha y sin dudarlo daremos nuestras vidas y haremos lo que esté en nuestras manos para el futuro de Colombia y nuestra gente.

A continuación una breve nota bibliográfica:

El 30 de mayo de 1930 Colombia, vio nacer a pedro Antonio Marín, hijo de Pedro Marín Quiceno y Rosa Delia Marín, campesinos humildes como la gran mayoría en nuestra sufrida y devastada tierra colombiana. Trabajador incansable, comprometido siempre con la dignificación del proletariado, el campesinado y el pueblo Colombiano en general.

Creció siendo un joven emprendedor, quien aceptaba cualquier tipo de contratos y sino era experto en el tema contrataba a otros para el trabajo.

A sus 18 años residía en Ceilan, Valle del Cauca, cuando llegó el revuelo causado tras la muerte del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948 a manos de agentes del Estado Colombiano, quienes bajo las ordenes de la C.I.A (Central de Inteligencia Americana), en el marco de la realización de la conferencia Panamericana, ejecutaron la esperanza del pueblo trabajador y campesino de la transformación política que incluyera dentro de la institucionalidad las demandas de justicia social y desarrollo de los sectores históricamente excluidos y empobrecidos del país.

La “violencia” eufemismo con el que la burguesía dominante pretendió enmascarar la guerra ejecutada desde el Estado Colombiano, contra sus habitantes, llegó a un punto tan alto que acabó con la vida de más de 300 mil compatriotas, con la perversa intensión de despojar a los pobres colonos de sus tierras; Pedro Antonio tuvo que dejar de lado sus trabajos e internarse en la finca de su tío, en la cual trabajaba de día y de noche se escondía en un cambuche improvisado en los cafetales, luego de llevar un año en esta situación decidió pedirle el favor a su tío, quien se podía mover por el territorio nacional gracias a que tenía conocidos en la vida política del país, que le averiguara por su familia, este llegó a los 15 días con noticias de que en Génova la guerra se había acrecentado y que sus primos con la gran pasión que corriera por la venas de la familia Marín habían decidido armarse con viejas escopetas y subirse a la montaña, es aquí donde el joven Pedro Antonio Marín de gran sensibilidad social se une junto a sus familiares y amigos a las guerrillas liberales. Rápidamente y a pesar de su corta edad asciende dentro de la estructura de la misma gracias a su capacidad de conducción política y militar que lo llevaría a recibir por parte del enemigo de clase y de forma despectiva el apelativo de “Tiro Fijo”.

Tras el proceso de amnistía entre el gobierno del General Rojas Pinilla y las guerrillas liberales, que buscaba el desarme de las mismas para su posterior exterminio; practica que se extiende hasta nuestros días, cobrando la vida de Guadalupe Salcedo en los llanos orientales; Rafael Rangel, en la región del Carare-Opón en el Magdalena Medio y que tras el cobarde asesinato de Charro Negro el 11 de Enero de 1960 en Gaitania, a manos de la policía paramilitar dirigida por el Mariachi, líder de los limpios; Pedro Antonio Marín, quien se encontraba trabajando como inspector de carreteras, busca a sus amigos y familiares quienes se encontraban trabajando en un plan choque abriendo y arreglando caminos, tras un profundo análisis de la coyuntura de ese momento histórico y empujados por esa realidad, no les queda otro camino que el de la respuesta armada ante la violencia reaccionaria del régimen oligárquico pro-imperialista.

La aniquiladora lucha burguesa por la reproducción de su poder, expresada en el Estado y el para-Estado, llevo hace varias décadas al pueblo Colombiano a la construcción de diversas formas y capacidades políticas de resistencia, de las cuales el camarada Manuel Marulanda Vélez, no fue la excepción; nombre de guerra que acoge Pedro Antonio Marín, en homenaje al líder sindicalista que se oponía al envío de tropas Colombianas a la guerra de Corea, asesinado por el régimen en la ciudad de Cali, en el año de 1950 en los calabozos del Servicio de Inteligencia Colombiano –SIC-, de una golpiza con cachiporras y varillas.

Organizados los campesinos como autodefensa, los colonos del Pato, Rio Chiquito y El Guayabero, se trasladan a las orillas del rio Davis, en el caño de San Miguel, donde son delegados como comisarios del partido Comunista Colombiano, los camaradas Jacobo Arenas y Hernando Gonzales Acosta, quienes llegan a esta región hoy conocida como Marquetalia, con la misión de organizar las nacientes autodefensas campesinas en guerrillas ofensivas bajo los principios del MARXISMO-LENINISMO; donde se da comienzo a una amistad basada en la solidaridad y la camaradería entre nuestros dos insignes fundadores.

Tras la conferencia del Bloque Sur, más tarde conocida como la asamblea fundacional de las siempre gloriosas FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA EJERCITO DEL PUEBLO: FARC-EP; la cual se traza el objetivo de la toma del poder político del Estado para el pueblo, bajo la táctica Leninista de la combinación de todas las formas de lucha de masas, que desemboque en la insurrección armada del pueblo Colombiano, acompañada por el movimiento guerrillero.

Hoy a los 10 años de su fallecimiento invicto, la vigencia de su ejemplo sigue presente en los fusiles combatientes de campos y ciudades que tienen bien aprendido el carácter pérfido, timorato y traidor del Estado Colombiano y la derecha criminal de machete y motosierra, al servicio del imperio norteamericano, quien ve en nuestra patria una zona de sumisión y despojo de materias primas estratégicas.

Ante la traición sufrida por parte del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, a la guerrillerada y al pueblo colombiano, oponemos tu carácter de guerrillero inclaudicable y guerrero por la paz, de nuestro comandante en jefe MANUEL MARULANDA VELEZ, que nos llevará hasta la victoria final y la instauración del socialismo en Colombia, que nos traerá las mieles de la paz y el desarrollo con justica social.
Por siempre y para siempre hoy 26 de marzo viva nuestro comandante MANUEL MARULANDA VELEZ.

MONTAÑAS DE COLOMBIA
FARC-EP