Paz sí, genocidio no

PAZ SI, GENOCIDIO NO*

En el último mes se han registrado 33 asesinatos de líderes sociales en el país, en sólo el 2018 van más de 130, mientras siguen circulando en todo el territorio nacional y va tomando fuerza el miedo causado por las amenazas de los paramilitares. Una ofensiva terrorista parecida a esta, ya la vivimos hace 16 años al terminar el gobierno de Pastrana y al inicio del de Uribe, orientada al control de las luchas sociales y a justificar una manera de gobernar, fundada en la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social.

Los anuncios del presidente electo muestran que viene a profundizar la crisis del proceso de paz; por medios de desarticular el acuerdo firmado con las FARC-EP, y condicionar el proceso con el Ejército de Liberación Nacional, con la excusa de no reconocer la existencia del conflicto armado y negar nuestro carácter de insurgentes.

Hoy en el país se atisban señales de esperanza, a pesar de los difíciles e inciertos que resulten estos escenarios políticos; porque crece un proceso político y social de articulación de las mayorías que quieren y creen en la vida, quienes a gritos dicen no a la muerte, no a la guerra, no a la violencia política y si a los cambios y transformaciones que el país necesita, para salir de esta encrucijada.

Nos mueve profundamente la esperanza y la lucha permanente por otro mundo posible, en los territorios, donde se construyen expresiones de buen vivir, a través de sus planes de vida, de etno-desarrollo, dando cuenta de nuevos relacionamientos con la naturaleza y con sus congéneres en procesos comunitarios solidarios y autónomos. Donde se luchan los cambios con la movilización, con la organización social. Este es el camino a la utopía, la urgente necesidad y anhelo de las mayorías de Colombia por tener un país distinto, algo que nos llama al encuentro, al gran dialogo nacional y por ello el sentido y el significado de la participación en esta Agenda de conversaciones que adelantamos con el Gobierno.

El camino hoy está en la resistencia por la paz y contra la violencia, será la movilización ciudadana y la unidad de los colombianos la que nos garantice la esperanza de un país distinto, un país en paz con justicia social y equidad.

Esperamos que el Gobierno recién electo, actúe con cabeza propia y se decida a escuchar el clamor de la sociedad que no quiere una guerra perpetua, que no quiere más líderes sociales asesinados, y que cambie la forma como el régimen ha sofocado los conflictos sociales. El presidente electo debe tomar las decisiones que correspondan para detener este desangre de colombianos.

La esperanza también está en el entusiasmo, en las búsquedas, en la inmensa movilización social por la vida que se avecina, en las luchas venideras… La Velatón de este viernes 6 es la mejor demostración de sensibilidad y solidaridad, con quienes pese a las amenazas persisten en la defensa de la vida y el territorio.

Hacemos nuestra la experiencia mexicana de Bety Cariño, recogida en su libro Hilando fino con el feminismo comunitario de Julieta Paredes:

“Y si creen que con eso nos van a espantar, les queremos decir que nos ponen más fuertes, que nos dan más ánimo, porque en la medida que ellos apuestan por la muerte, nosotros seguimos apostando por la vida”.
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* Editorial de la Revista Insurrección Nº