El Ejército Popular de Liberación, tomando como base su política unitaria y las conclusiones de las reuniones de la cumbre guerrillera, mantiene su firme disposición a dar los pasos necesarios para discutir y solucionar las contradicciones existentes con las FARC.
Son muchos los esfuerzos que la mayoría de las organizaciones guerrilleras, como parte del movimiento popular y revolucionario, venimos haciendo en aras de alcanzar la unidad del movimiento guerrillero. Muestra de ello son las diferentes reuniones de la cumbre, donde se han incluido como parte primordial de su agenda de trabajo, el análisis y las propuestas para solucionar los problemas existentes en el camino para el logro de este importante objetivo.
Nunca ha sido nuestra actitud ante las contradicciones existentes, el resolverlas a través de formas militares o con posiciones arrogantes y prepotentes. Las organizaciones guerrilleras resolvemos nuestros problemas y contradicciones políticamente. En este sentido, decimos de nuevo: “Ni un tiro más, ni un muerto más”.
Pero a pesar de los múltiples esfuerzos hechos hasta el momento, los Frentes V y XVIII de las FARC mantienen una posición sorda. Ante los llamados de unidad, han respondido con agresiones a nuestros combatientes. El asesinato de dos miembros del Frente Pedro León Arboleda (PLA) en Ituango, las continuas agresiones al Frente Jesús María Alzate (JMA) y el asesinato de gente de la masa en Urabá y el reciente intento de asalto a un campamento en Uré (Córdoba) del Frente Francisco Garnica (FG); para señalar los últimos acontecimientos y que constituyen una muestra clara ante la opinión pública nacional de la forma agresiva como vienen actuando dichos frentes de las FARC, y dejamos claro que cuando hemos respondido ha sido solo en actitud defensiva.
No queremos señalar estos hechos públicamente para agudizar las contradicciones entre ustedes y nosotros, por el contrario llamamos nuevamente a través de esta carta a los mandos de estos Frentes, para que nos sentemos a discutir los problemas existentes; al Estado Mayor Central para que discuta los problemas de unidad del movimiento guerrillero con la comisión nombrada en la última reunión cumbre. Sólo una solución política beneficiará al proceso revolucionario, lo contrario es hacerle el juego a los enemigos de nuestro pueblo.
Quien apunta y dispara contra un luchador popular, no podrá ser jamás un revolucionario, los fusiles tienen que tener el punto de mira hacia el enemigo. Por esta razón, estamos convencidos de que tenemos la suficiente capacidad y altura para analizar la situación actual y desbrozar el camino de la unidad guerrillera.
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