Está por definirse un nuevo pacto entre la oligarquía financiera, las empresas trasnacionales, y los gobiernos neoliberales, el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI). A diferencia que el TLC, el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI) va más allá en su objetivo de penetración imperialista pues busca consolidar aún más el poder de los ricos, darle más 'derecho' a empresas trasnacionales que a seres humanos, reducir y debilitar a los trabajadores y campesinos, e inculcar la política neoliberal en todas las regiones del mundo. Este artículo describirá los antecedentes históricos del AMI, sus consecuencias sociales e implicaciones para el Estado, y algunos antecedentes de esta política económica que, aunque toda vía no se ha aprobado formalmente, ya se han realizado aquí en México.
Antecedentes Históricos
El AMI no es algo que ha surgido repentinamente, tiene su geneología. A finales de la segunda guerra mundial, se implementó el Acuerdo de Bretton Woods. La guerra dejó a toda Europa prácticamente destruida; era necesario reconstruir (invertir en) el continente. Bretton Woods tenía dos objetivos fundamentales: uno, liberalizar el comercio y dos, regular finanzas (especialmente las especulativas). También se acordó el Plan Marshall, que junto con la política económica de Bretton Woods, cumplía varias funciones. Primero, aseguraba el crecimiento de los países capitalistas, especialmente para Gran Bretaña y los EEUU. Segundo, permitía que los EEUU influyera en la economía europea y garantizara su modelo capitalista -- imperial en lo exterior, keynesiano en lo interior --; en aquella epoca, el Estado de bienestar aún se toleraba. Tercero, geopolíticamente el plan 'protegía' a Europa del comunismo y 'encercaba' a la URSS.1
¿Qué significó esto para nuestros países? Esta política exterior hacia Europa tuvo su homólogo en América Latina. La versión política de la "doctrina Truman", o la "contención del comunismo"2 requiriría de una estrategia mundial con énfasis especial en este hemisferio. Para combatir las crecientes fuerzas de 'nacionalismo e independencia', los EEUU creó varias estructuras. En el ámbito militar, se acordó el Pacto de Río de Janeiro en 1947, lo cual estrechó las relaciones entre las fuerzas armadas conservadoras de los países latinoamericanos y, con la asesoría de los gringos, 'modernizó' las mismas. En el ámbito diplomático, se creó la Organización de los Estados Americanos (OEA) para tratar los asuntos internos del hemisferio occidental. Asimismo, la OEA desafiaba el mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y articulaba lo que la "doctrina Monroe" en 1810 ya tenía contemplado.3
Para México, esta política de expansión coincidió con los intereses de los gobiernos de Avila Camacho y Miguel Alemán. Es durante la gestión de Avila Camacho que las relaciones económicas con los EEUU se desarrollan aceleradamente pues la segunda guerra mundial causó una alta demanda4 y exigió un aumento de producción a nivel mundial. A la vez, la falta de materia tecnológica hizo necesario la importación de capital estadounidense. Subsecuentemente, esta falta de materia fue razón por que el programa electoral de Miguel Alemán se basara en la modernización de la industria mexicana. A costa de algunos logros de la revolución (ejemplo: se reformó el artículo 27) y el bienestar del campesinado, Alemán logró que el sector privado creciera. El fortalecimiento de la burguesía nacional, la poca tolerancia a los sindicatos (represión al sindicato de PEMEX), y el aumento de exportaciones e importaciones invitó a la política plasmada en el acuerdo de Bretton Woods.
Los años 70
Pero esta expansión de capital no fue inmune a las contradicciones de sobreproducción y bajo consumo. En los años 60, el capital sufría su mayor crisis desde los años 30 debido a que el proteccionismo de la política-económica keynesiana obstaculizaba la expansión de las economías imperialistas. Por lo tanto, la segunda función de Bretton Woods no solo ya no era necesaria sino que se tenía que cambiar totalmente. En vez de regular finanzas entre bancos y así proteger contra capital especulativo y de corto plazo, se tuvo que relajar las reglas financieras. Para impulsar el 'libre comercio', acabar con la política-económica keynesiana, y volver al liberalismo del siglo XIX y principios de éste, Richard Nixon tomó la decisión (más o menos unilateralmente) de liberalizar finanzas de manera que el dólar ya no se basaba en oro sino flotaba por sí solo en el mercado mundial. Los grandes bancos, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), empezaron a prestar obsesivamente, lo que resultó fatal para muchas economías en la 'periferia'. Dada la desregulación y flexibilidad de finanzas, muchos inversionistas (ricos o empresas trasnacionales) ahora podían contar con capital especulativo. En vez de ser un sistema social de producción y distribución de recursos limitados, la economía se convertía irracionalmente en una especie de 'matemáticas para los ricos'.5
Margaret Thatcher y Ronald Reagan continuaron religiosamente esta política, consolidando el sistema neoliberal, quitando del camino todo obstáculo -- entre ellos sindicatos, gobiernos progresistas (Granada, FSLN en Nicaragua, etc.). Las agencias financieras internacionales cada vez se volvían en empresas a servicio del imperio. Ilustrador de esto es el hecho que el Banco Mundial promovió préstamos activamente: "semanas antes que México en 1982" quebrara, "desencadenando la crisis, una publicación del FMI y el BM declaró que: 'aún hay posibilidades considerables para sostener prestamos adicionales para aumentar la capacidad productiva' -- por ejemplo la inútil fabrica de acero en México, financiado por los británicos en uno de los ejercicios del mercantilismo thatcherista".6
La continuidad de esta liberalización de comercio y desregulación de finanzas, la falta de alternativas, la desaparición del Estado de bienestar, y la inmovilización popular frente a esta amenaza han posibilitado expresiones más palpables y agudas del neoliberalismo. Para demostrar la intensidad de esta política: en 1970, cerca de 90% de transacciones se relacionaban con la economía productiva; ahora 5% es productivo, lo demás es especulativo.7 Es así que esta década ha visto pasar fenómenos como el TLC-AN, Mercosur, etc.
El Estado neoliberal y efectos sociales del TLC
El estado ya no se preocupa por la mayoría de sus ciudadanos, solamente por la oligarquía -- de manera que se han socializado los riesgos y privatizado las ganancias cada vez más. Ya ni se disimula; mientras que los ricos derrochan y los bancos prestan irresponsablemente, el pueblo asume el costo. Evidentemente los recursos estatales solo existen para la oligarquía, los sectores populares son invisibles por conveniencia.
Hoy día, el carácter clasista del Estado neoliberal se hace más incuestionable. A medida que varias regiones estén consolidándose en 'libre-mercados' comunes, se va reforzando el carácter clasista de los Estados y las economías neoliberales. Es un mito de que el Estado se vaya achicando pues actualmente los gobiernos (en especial los ramos ejecutivos y judiciales) sirven como administradores del neoliberalismo, siguiendo no a las órdenes del pueblo sino a los de los organismos financieros internacionales, los poderes imperialistas, y la oligarquía nacional. Mientras se disminuyen o privatizan servicios estatales de bienestar, se invierte más en la fabricación del estado policiaco (más anti-motines, militarización de varias regiones) y en fondos de 'rescate' para la oligarquía. Ejemplo claro de esto último es el Instituto Para el Ahorra Bancario. La verdad es que el Estado ha ampliado sus servicios para la oligarquía financiera, tanto nacional como internacional, y simultáneamente ha negado servicios sociales bien merecidos a la gran mayoría de la población.
En otro ámbito, los apologistas del neoliberalismo han permitido la incrementada inclusión de grandes empresarios-vueltos-asesores políticos en asuntos nacionales, lo cual ha tenido graves consecuencias; los Slim Helu, los Alemán, los Azcárraga, et. al ahora se encargan, aparte de administrar sus imperios, de 'proveer' (vender) los 'servicios' (monopolios) de telecomunicaciones y medios de comunicación al pueblo mexicano. Servicios como los medios de comunicación deberían de corresponder a un Estado responsable y a sectores populares y deben de beneficiar e informar fidedignamente al pueblo. Pero la situación actual es diametralmente opuesta: los medios están en manos de la oligarquía, actuando en colusión con un Estado corrupto, y desinforman al pueblo. En este caso, el poder económico llega a ser poder político, transfiriendo cada vez más recursos estatales de los sectores populares a individuales ricos y corruptos. Para ilustrar la gravedad de esta actualidad, se puede recurrir a un ejemplo histórico. Hace más de dos siglos, el rey francés Luis XVI se consideraba a sí mismo el Estado; actualmente, el neoliberalismo ha llegado a tal punto que narcisos como George Soros se creen un Estado, o mejor dicho varios.8
Ante estas graves situaciones, ¿cuáles han sido los efectos? Falta de democracia, falta de participación social, más hambre, más pobreza, más lágrimas por nombrar algunos.
El abierto ataque del 'libre comercio' al sector obrero y al sector campesino es irrefutable. La participación del salario en el PIB solo representa 30%, 70% por ciento va al capital.9 A nivel macro, esto significa que la tasa de explotación es de 233%, o sea por cada 10 horas que trabaja un obrero, solo se le paga 3 horas del valor real de su trabajo, el capitalista se queda con las 7 horas restantes. El TLC ha logrado deteriorar la condición de la clase obrera, incrementar el subempleo y aumentar la participación en el sector informal. Las consecuencias políticas son el debilitamiento de los sindicatos, la desorganización campesina (causada, además de otros fenómenos socioeconómicos, por la migración forzada), y el crecimiento del sector informal que muchas veces, por su misma desesperación económica, forma una importante base del PRI.
El TLC, como política neoliberal, también minimiza la importancia de la democracia pues le es conveniente sistemáticamente excluir al pueblo de la toma de decisiones importantes. ¿Qué tal si el pueblo pudiera tomar decisiones del macro-presupuesto? Es seguro que en vez de invertir en armamento, grandes empresas trasnacionales, y en pasatiempos de los ricos (ejemplo -- lugares turísticos, como se hace actualmente), se invertiría en más escuelas, hospitales, y centros culturales. Pero el carácter del sistema impide este tipo de decisión; la mayoría del pueblo sólo puede tomar decisiones menores: ¿cuándo realizar una reunión comunitaria?, ¿quién va a tomar las actas?, ¿cuántos kilos de tortilla comprar para la próxima reunión?, ¿qué conjunto invitar a la fiesta popular? Obviamente este tipo decisiones no va a transformar al Estado. Es aquí que yace la importancia de construir el poder popular para poder cambiar esta situación.
Reducción de espacios políticos
Con la progresión del TLC y el acercamiento al AMI, se puede notar la continua reducción de los espacios políticos para la izquierda 'radical'. Empecemos nuevamente con el Acuerdo de Bretton Woods. En aquél entonces, aún existían partidos socialdemócratas progresistas. Aquí en México, Lázaro Cárdenas, pese a las políticas de corporativización, pudo realizar muchos objetivos de la revolución y hacer que el Estado proveyera servicios sociales que beneficiaran a la mayoría. En Guatemala, el gobierno de Jacobo Arbenz realizó una reforma agraria. En Europa, los partidos social-demócrata y socialista aún adoptaban programas radicales y le exigían al Estado un mejor nivel de vida.
Después de la segunda guerra mundial, la socialdemocracia, en medio de la Guerra Fría, giró hacia la derecha. Al adoptar o no desafiar los partidos izquierdistas las políticas económicas capitalistas de la posguerra, las alternativas políticas se estrecharon de acuerdo a las nuevas medidas económicas. Como los actores políticos de izquierda (en su mayoría) se conformaron con la nueva economía, ya no era posible cuestionar el sistema en su totalidad sino solo parte de él. Las opciones eran un modificado (reducido) Estado de bienestar, como en Inglaterra o EEUU, o una especie de populismo-nacionalista, como en Argentina.
Ahora con la penetración del neoliberalismo, los sindicatos, muchas organizaciones populares, los partidos 'izquerdistas' han perdido aún más terreno. Ya casi no se menciona ni un Estado de bienestar ni políticas populistas en los programas políticos; más bien los actores contemplan en cómo implementar la política neoliberal sin causar mucho descontento social. Es aquí donde surgen 'ideologías' como la 'tercera vía' tal como la define Anthony Giddens10 (rector de la Escuela de Economía en Londres). Aparentemente, con cada avance de la economía política capitalista viene una derrota en el terreno ideológico para la izquierda de manera que ahora, aunque pareciera absurdo, la mayoría de los progresistas se mueven entre los parámetros del neoliberalismo.
Por ejemplo, los programas de los partidos políticos tradicionales, lejos de mostrar un contenido verdaderamente popular, se han reducido mucho; los parámetros en que operan son muy estrechos. Una de las razones a que esto se debe es que las decisiones importantes se toman a nivel ejecutivo, dejándole a los partidos un pequeño espacio para propuestas políticas. Otra razón es que los partidos (incluso los de centro-izquierda) se han reformado para caber dentro de la coyuntura: los partidos de centro-izquierda solo pueden establecer una plataforma dentro del neoliberalismo, se limitan a ¿cómo llevar a cabo la política neoliberal?, o en otras palabras: ¿cuáles empresas privatizar?, ¿cuántos trabajadores despedir?, ¿cuál servicio social cortar? No pueden cuestionar el sistema en su totalidad..
El estar a la defensiva ideológica ha tenido sus consecuencias negativas. Al aceptar las políticas de 'libre comercio' la izquierda ha perdido mucha capacidad crítica hacia al sistema capitalista. Sin embargo, frente a estos retos ideológicos y políticos, hoy día una nueva izquierda, cumpliendo con un deber ético, está retomando un riguroso cuestionamiento al sistema y proporcionando una salida.
Precedentes de AMI en México
Pese a una creciente oposición, los neoliberales piensan llevar a cabo el AMI cuanto antes. En el 1998, se realizó la ronda de Uruguay, otra está planeada para finales del corriente año. El foro en el cual se contemplaba realizar era la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), después la Organización Mundial de Comercio (OMC) pero no se pudo en ninguno; ahora se habla de que se cambiará el mandato del FMI para poder definir el AMI dentro de dicha entidad. De todas formas la coyuntura económica internacional ya tiene varios 'focos' de 'libre comercio' operando a nivel intercontinental o mundial. Como ya se sabe, México, o la élite de México (porque nunca se le consultó al pueblo), participa activamente en el TLC-AN, en 'tratados' de 'libre comercio' con Centroamérica y el Caribe, y actualmente coquetea con el TLC-UE, asesorado, como siempre, por los 'economistas' norteamericanos y sus aliados en el BM y el FMI. Todos estos grupos de 'libre comercio', también hay en Europa, el Medio Oriente, y Asia, ya sea como estados-nación o 'comunidades de países' pretenden formar parte del AMI.
El Acuerdo Multilateral opera alrededor de cuatro ejes:
"libre comercio" - en teoría esto significa el comercio sin costo (sin aranceles ni impuestos) entre distintas economías. En la práctica, el imperio y las empresas trasnacionales se encargan de definir las reglas del juego.
"libre competencia" - empresas, sin importar que sean domésticas o internacionales, deben ser tratadas igualmente. Esto da una clara ventaja al capital extranjero porque, en la mayoría de casos, es más grande y por lo tanto puede sobrepasar a pequeñas y medianas empresas nacionales. La protección usualmente conferida a capital nacional se elimina.
"sectores estratégicos" - desregulación de empresas ineficientes (estatales) o privatización de empresas nacionales o parte(s) de ellas. Nuevamente, capital nacional o extranjero puede comprar la empresa.
"derechos de grandes empresas" - las grandes empresas trasnacionales piden un trato justo, un reconocimiento legal. Si detectan que el Estado favorece a capital nacional u otra empresa transnacional 'injustamente', reservan el derecho de demandar al Estado (no hay reciprocidad).
Estas características permiten que una empresa transnacional entre a un país, invierta en él, quizá compre una empresa estatal o dos, mientras tanto llevando pequeñas empresas nacionales al quiebre, y después salir del país (no antes de sacar grandes ganancias) de repente sin tener que contestar a nadie.
Ya hay, a mi juicio, algunos precedentes aquí en México (lo grave es que ejemplos sobran) -- dos casos recientes en específico, el caso Wal-Mart, y la disolución de Conasupo.
En el caso Wal-Mart, una empresa mexicana demandó (y ganó) contra la empresa transnacional (con base en los EEUU) y en una corte estadounidense. Ahora bien es cierto que el pueblo mexicano nunca verá un peso de estos 624 millones de dólares11, pero bajo la lógica del AMI esta es una 'victoria' para todas las trasnacionales pues fortalece el principio de 'libre competencia'. ¿Por qué? Wal-Mart violó las reglas de competencia y libre-comercio, favoreciendo indebidamente a otra empresa. Chapa, capital transnacional mexicano, pudo demandar y ganar contra capital transnacional norteamericano. Lo trascendental es que con juicios como éste las empresas trasnacionales adquieren más poder político, sin importar su país de origen. Dondequiera que vayan, las trasnacionales tienen derechos y privilegios: pareciera que las grandes empresas tienen más derechos que los mismos seres humanos. En sí, las empresas trasnacionales son expresiones orgánicas de la oligarquía. Partiendo de esta premisa, se puede deducir que al fortalecer empresas trasnacionales se fortalece la burguesía nacional e internacional. Habría que preguntarse, como plantea Chomsky, ¿para empezar, por qué debe tener derechos una empresa?
El otro caso es el de Conasupo. Con la desaparición de dicha entidad, "el gobierno mexicano dejó en manos de las trasnacionales -- Cargill, Continental, Dreyfus, Archer Daniels Midland...el mercado de los granos."12 Según los atributos del AMI, este caso se clasificaría bajo el tercer punto de hacer 'eficiente' sectores 'estratégicos'. Los vínculos entre estas empresas "profundizan la dependencia de los campesinos frente a las trasnacionales". Pese a que el TLC dejó un plazo de quince años (hasta el 2008) para que la agricultura mexicana de maíz se ajustara a un mercado de tantas asimetrías, el gobierno mexicano, no desviando de su agenda neoliberal, optó por adelantar la fecha nueve años.13 En este caso, múltiples empresas trasnacionales, aprovechando la desaparición de una entidad estatal y practicando el principio de "libre comercio", tuvieron la ventaja sobre los pequeños productores mexicanos (usando la lógica del AMI, el gobierno mexicano decidió no proteger a la industria nacional). Ahora, se deja en manos del capital extranjero la política agrícola de México.
Saúl
29 de mayo de 1999
NOTAS:
1. La "cortina de hierro", la creación de la OTAN en 1949.
2. Véase Paco Peña, "OTAN, el arma del imperio Análisis Internacional", Punto Final, 14 de mayo de 1999.
3. Con esta doctrina, el presidente estadounidense James Monroe definió la política exterior de los EEUU: los EEUU tenía que proteger a este hemisferio de todo intento de expansión por los europeos, lo irónico es que esta misma doctrina ha servido para los intereses imperialistas de los mismos EEUU.
4. Ya que la fuerza laboral EEUU no pudo soportar la demanda pues gran parte del sector obrero tuvo que ir a la guerra.
5. utilizando fórmulas aritméticas para maximizar ganancias: hedge funds, derivados, bonos, etc.
6. Véase Noam Chomsky, "Poder en el Estadio Global" (Power in the Global Arena), New Left Review, #230 (London, July/August 1998), p.20.
7. Ibid., pág. 19.
8. George Soros es un especulador financiero. Hace un año, él solo (no la FMI) le ofreció a Rusia (un país) un paquete de rescate. Ahora, está tratando de coercer una devaluación en Argentina.
9. Roberto González Amador, "Participación del salario en el PIB, la más baja en 20 años", La Jornada, 18/IV/1999, pág. 18.
10. Según Daniel Singer, antes la 'tercera vía' significaba 'la búsqueda de la resurrección socialista'.
11. Enrique Galván Ochoa, "Wal-Mart, el fallo", La Jornada, 18/V/1999, pág. 23.
12. Ana de Ita, "Libre Mercado de Granos: propiedad privada", La Jornada, 13/IV/1999.
13. Blanche Petrich (entrevista con Ana de Ita), "Revisión Siglo XX: ¿Qué pasó con el campo mexicano?", La Jornada, 8/V/1999, pág. IV.