Aprovechando sus primeros 100 días, el Gobierno presentó una Reforma Tributaria que ha generado gran rechazo en el país. La fuerza y la resistencia de los sectores populares, medios y de oposición son la palanca que hoy presiona su modificación.
La Reforma entregada por el cuestionado Ministro de “los Bonos de Agua”, extiende el IVA a todos los productos de la canasta familiar, los que nunca habían sido tocados por Gobiernos anteriores, afectando principalmente las clases populares y a los sectores medios. Mientras les rebajan los impuestos a las grandes empresas y a las multinacionales, so pretexto de estimular la inversión.
Dentro de la misma línea de gobernar para los intereses de los poderosos, resalta la incondicionalidad mostrada por el Presidente Duque frente a las exigencias de los Estados Unidos. Recién posesionado Duque viajó a reunirse con Trump; de allí salió apresurado a encabezar los hostigamientos contra Venezuela y a relanzar la fracasada guerra norteamericana contra las drogas.
La guerra química contra las comunidades cultivadoras de coca, la hace Duque con la erradicación forzosa y fumigando con Glifosato; despreciando la política de sustitución de cultivos y la economía campesina de las regiones más excluidas de Colombia. La fórmula de los EEUU consiste en más represión, mayor destrucción ambiental, más bandas criminales, más presencia de los carteles de las drogas, y más violencia y asesinato de los líderes de la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.
La resistencia ciudadana a los planes belicistas del Gobierno ha ido brotando en distintas regiones de Colombia, en donde se destaca la movilización por la salvación de la Universidad Pública. La que se encuentra en quiebra por un déficit histórico acumulado de 18 billones de pesos. El movimiento reclama la inyección inmediata de 4,5 billones y unas medidas que permitan cubrir hacia adelante el déficit presupuestal, acumulado desde años atrás.
El Gobierno aún no da soluciones reales a la crisis financiera de la educación pública; en cambio ha comenzado a agredir a la movilización con la Policía Militarizada (ESMAD) y por medio de la represión judicial.
La presencia en las calles del reclamo y la protesta ciudadana, han acompañadoestos primeros 100 días del Gobierno del Centro Democrático. En ellos nace la propuesta de realizar un Paro Nacional, para reclamar vida digna y paz para Colombia.
Duque también le hace la guerra al proceso de paz. No hay que olvidar, que el Partido Centro Democrático de los seguidores del ex presidente Uribe Vélez, tiene como su bandera el rechazo a los procesos y acuerdos de paz. Este Partido encabezó el No, cuando el plebiscito de octubrede 2016; y ahora que llega al Gobierno, sigue minimizando el proceso de paz y torpedeando los intentos de transitar un camino de solución política del conflicto.
Uribe y sus seguidores ya no hablan de los acuerdos de paz en general, sólo mientan la reincorporación de los ex combatientes de las FARC. Por su parte, a la Mesa de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional la mantienen suspendida y condicionada a exigencias unilaterales, desconociendo los acuerdos construidos en los años anteriores, entre el Estado y en ELN, ante testigos de la comunidad internacional.
En estos 100 días, como dijera una columnista, la paz ha sido mandada al ‘Cuarto de San Alejo’ y reemplazada por la “seguridad”, el “orden”, la “legalidad” y el trato de guerra a la protesta social.
Por fortuna, en estos 100 días de Gobierno de Duque nacen mayores confluencias y fortalezas del campo popular y las corrientes alternativas, en resistencia a su política antipopular y antinacional; con las que cobra fuerza la lucha por la paz y los cambios, en dirección hacia nuevos momentos de país y hacia nuevos retos de movilización de las mayorías nacionales.
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