DUQUE PROYECTA ZONAS FUTURO SOBRE LA SANGRE DE LÍDERES SOCIALES Y CAMPESINOS
El asesinato de líderes y campesinos en el marco de la política de terrorismo de Estado cobra nuevas víctimas en la frontera colombo-venezolana, al ser asesinado a manos del grupo paramilitar los Rastrojos, el líder social y comunitario Ernesto Aguilar Barrera miembro activo de la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat), quien hacia parte de la Junta de Acción Comunal de Vigilancia, del municipio de Cúcuta, junto al líder se hallan otros cuerpos asesinados. Los hechos sucedieron el pasado 18 de julio en jurisdicción de la vereda Totumito, corregimiento Carboneras, municipio de Tibú.
Los hechos recientes se suman al crimen a manos del Ejército Nacional del líder Digno Emérito Buendía Martínez, asesinado el día 18 de mayo de este año en jurisdicción de la misma vereda, en momentos en que los campesinos del sector se manifestaban en contra de la erradicación forzada; en este mismo suceso fueron heridos tres labriegos más.
La zona de Vigilancia ha sido por muchos años territorio de asentamiento de la banda narco-paramilitar los Rastrojos como producto de la recomposición de las Autodefensa Unidas de Colombia, luego de la legalización de éstas en el año 2006; esta banda se ha convertido en instrumento de las oligarquías colombiana y los Estados Unidos para agredir a Venezuela y adelantar acciones contrainsurgentes, sembrar terror y cometer toda serie de asesinatos contra opositores políticos en el departamento Norte de Santander.
La asociación criminal entre organismos de seguridad del Estado colombiano y los Rastrojos, les ha permitido a éstos últimos convertir la frontera en bastión para actividades de narcotráfico y de contrabando de extracción.
Los planes del Gobierno de Iván Duque para el Catatumbo y la frontera se han visto interrumpidos por la oposición política que ejercen las comunidades organizadas, quienes se resisten al saqueo de recursos naturales, la erradicación forzada de cultivos de uso ilícito, la imposición de la agroindustria de palma y la militarización de sus territorios.
La respuesta del Gobierno nacional sigue siendo la represión y el terrorismo de Estado en contra de las comunidades que luchan por la defensa de la vida y el territorio, por la preservación de los bienes de la naturaleza, por una salida concertada al fenómeno de cultivos de uso ilícito, por transformaciones sociales y por una verdadera paz.
Estos crímenes cometidos por fuerzas estatales y paraestatales contra dirigentes sociales y habitantes de esta región hacen parte de un mismo plan orquestado por empresarios, trasnacionales y Gobierno para abonar terreno a través del terror para la implantación de las denominadas Zonas Futuro.
El ELN se solidariza con los familiares de las víctimas, con las comunidades ahora desplazadas, y reafirma su compromiso de continuar enfrentando la política de terror y muerte del Estado colombiano; así mismo convoca a los organismos nacionales e internacionales defensores de Derechos Humanos a realizar las acciones que permitan develar los responsables de estos atroces hechos.
¡Colombia… para los trabajadores!
¡Ni un paso atrás… Liberación o Muerte!
Frente de Guerra Nororiental Comandante en Jefe Manuel Pérez Martínez
Ejército de Liberación Nacional