Un plan siniestro trajo Pompeo a Colombia con la reanudación de la fracasada Guerra contra las drogas, la fumigación con Glifosato, el despliegue de las Fuerzas Especiales de EEUU y la guerra mediática contra las fuerzas revolucionarias, en donde sobresale la ONG HRW.
El temor de una nueva recesión económica mundial, conlleva a los imperios a controlar territorios, mercados y a someter pueblos, luego entonces, pueblos y revolucionarios comprometidos en la lucha por la emancipación de los oprimidos, explotados y desposeídos por el voraz capitalismo, somos y seremos objetivos de los macabros propósitos del imperialismo en general y del yankee en particular.
El conflicto mundial se da en el marco del control de las reservas de petróleo y demás recursos naturales en el planeta. Que Colombia el Israel latinoamericano haya ingresado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) herencia nefasta de Santos, fue el punto final para que el Estado colombiano esté adecuado para la acumulación de capital y el guerrerismo del imperialismo norteamericano, que le permita su hegemonía en nuestra América como salvador supremo de la seguridad nacional, continental y mundial en pro de su perverso plan.
La reciente visita del Secretario de Estado Pompeo a Colombia, responde al plan belicista definido por el régimen del Gobierno de Trump, en contra de los anhelos emancipatorios y libertarios de los pueblos de América Latina y el Caribe; en detrimento de la organización y lucha del Bloque Popular y Revolucionario, como también de la imparable movilización social y política del continente.
Lo inconcebible lo registran las casas mediáticas y organizaciones no gubernamentales (ONGs) como Human Rights Watch (HRW) que no solo sirve de caja de resonancia, sino que hacen apología a las agresiones y violación a las soberanías de los Estados de la región continental. Dicha actitud justifica la guerra sucia y terrorismo de Estado, en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional norteamericana. Hay una complicidad manifiesta de medios y ONGs de manera sumisa y subalterna.
Corresponde hacer memoria colectiva de lo que ha significado este tipo de connivencia que convierte la mentira o falacia en verdad: Plinio Apuleyo Mendoza en el pasado reciente en crónica de la región mostró a Arauca como santuario insurgente y provino la muerte, despojo y desplazamiento forzoso de campesinos y pobladores con el método paraestatal (paramilitarismo-militares-organismos de seguridad y control). Su delito, hacer producir la tierra y reclamar derechos vitales para la existencia y vida digna; misión que cumplió al pie de la letra Uribe Vélez y continuó el sub presidente Duque.
Al perverso plan imperialista se le suman ONGs y medios que responden a las élites oligárquicas, burguesas, criollas y foráneas. Es claro que Venezuela, Nicaragua y Cuba están en el ojo del huracán imperialista yankee, pero sus heroicos pueblos sabrán conjurar esa amenaza latente.
Sería bueno que los medios nacionales y la prestigiosa ONG Human Rights Watch reseñe sin sesgo alguno, que en Arauca de manera autónoma y voluntaria los campesinos erradicaron la producción de hoja de coca e impulsan la economía agrícola, pecuaria y agroindustrial sin apoyo serio de la institucionalidad. Lo de Arauca es único en el país. ¿Será acaso que comparten que vuelva la coca al departamento, para justificar los planes de agresión del imperialismo a Venezuela y a una región amante de la libertad y la soberanía nacional?
Falacia como la supuesta “alianza” para desarrollar nuestras acciones ofensivas con militares del régimen, es una de tantas que se usan para posicionar matrices mediáticas y justificar las brutales agresiones contra los pueblos del continente y el mundo. Lo dicho por la Human Rights y los medios nacionales son traídos de los cabellos y es un discurso contradictorio por donde se vea.
Es evidente el sesgo político e ideológico, cuando no se opina con la misma celeridad y contundencia ante el asesinato sistemático de dirigentes sociales, políticos y de derechos humanos; frente a la judicialización y penalización de la protesta social; contra el uso desmedido de la fuerza y el uso de armas letales y no convencionales del Esmad.
Nuestro accionar político militar es legítimo y producto del conflicto social, político y armado. La contundencia del accionar corresponde al desarrollo del conflicto, con la connotación que ha sido certero y limpio, con dividendos negativos para las represivas Fuerzas Armadas del narco-estado. Cuando bombardean nuestros campamentos y masacran a nuestros compañeros y compañeras no se dice nada o se nos estigmatiza como terroristas, no somos seres humanos, seguiremos ejerciendo el derecho universal de la rebelión y perfeccionando nuestro accionar para castigar los verdugos del pueblo.
¡Colombia para los trabajadores!
¡Ni un paso atrás liberación o muerte!
¡Ni rendición ni entrega, siempre junto al pueblo!
Mando Político Militar Estratégico
Frente de Guerra Oriental Comandante en Jefe Manuel Vásquez Castaño
Ejército de Liberación Nacional
Montañas, selvas, sabanas y ciudades del Oriente colombiano
Enero 26 de 2020