Aquí está; sigue luchando por la patria nueva en la Segunda Marquetalia… Sesenta toneladas de bombas arrojadas por la aviación sobre su campamento guerrillero de la Macarena, hace 10 años, no fueron suficientes para matarlo. Jorge Vive. La fuerza de su amor por el pueblo alienta la indignación nacional que está explotando contra los malos gobiernos y se manifiesta también en la montaña empuñando el decoro.
La tiranía del Palacio de Nariño no es eterna. La movilización de todas las expresiones sociales y políticas del país bajo el estandarte de un nuevo gobierno, es la potencia transformadora, la única fuerza que puede garantizar a los colombianos democracia verdadera, paz y vida digna.
Para Jorge, el querido Mono Jojoy, nuestro sentimiento de cariño, que no cesa. Gracias hermano por habernos enseñado a ser solidarios, a ser guerrilleros como el Che, por habernos compartido tu don de gentes, tu ternura con los niños, tu ejemplo de humanidad, tu alegría y tu persistencia en la lucha, capaz de mover montañas.