En el 92 aniversario de su fundación ¡Viva el Partido Comunista del Perú!

EN EL 92 ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN ¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ!

Enarbolando con firmeza y resolución las invictas banderas del marxismo-leninismo-maoísmo a nivel universal y el pensamiento gonzalo nuestra arma ideológica estratégica específica y principal para la revolución peruana, saludamos a nuestro Presidente Gonzalo, a la camarada Miriam su fiel seguidora y a la militancia partidaria en este 7 de octubre, aniversario de nuestro glorioso PCP.

La crisis global que vive el sistema capitalista en imperialismo confirma la vigencia de la ideología del proletariado, por ella es que sabemos cómo los monopolios conducen inevitablemente al estancamiento y a la descomposición del sistema, y, al analizar el desenvolvimiento del sistema capitalista en las últimas décadas, es evidente que se expresa crisis de la economía capitalista, crisis de la democracia burguesa y crisis de su ideología individualista, todo lo cual demuestra la descomposición del sistema capitalista en imperialismo y globalización, realidad que se ha visto agravada con la pandemia por el COVID-19. Repasando brevemente:

En lo económico. El capitalismo neoliberal de las últimas décadas ya había pasado por dos crisis: la de 1998 y la del 2008 y se adentraba a otra nueva crisis, pues la desaceleración de la economía global conducía a eso, por lo que desde diversos sectores de la oligarquía financiera, en su afán de mantener su sistema, se proponían restructurarlo, claro está, manteniendo el mismo sistema opresor y explotador; reemplazando el capitalismo del libre mercado por un capitalismo con Estado regulador, buscaban “reconstruir una sociedad donde el papel del gobierno y del mercado estén más equilibrados”, todo esto en medio de contradicciones, discrepancias y graves problemas por resolver, cuestiones estas que ya avizoraban una difícil perspectiva.

Es en estas circunstancias que se presentó la pandemia por el COVID-19, hecho que aceleró la crisis económica mundial adentrándola a una recesión, con proyecciones por parte de los principales organismos internacionales, como el FMI, BM y la OCDE, que estiman una caída que va desde -4,5% hasta el -5% para el presente año, en donde todos los países, con excepción de China, tendrían un crecimiento económico negativo, por lo que, diversos organismos y especialistas en economía señalan que se trataría de “la peor recesión desde la II Guerra Mundial” o que “sería peor a la crisis financiera del 2009”; asimismo, todos coinciden en que “es poco probable que se dé una recuperación significativa en el corto plazo” y que “la perspectiva de la economía mundial es muy incierta”.

En lo político. Hay crisis de la democracia burguesa, las banderas que se enarbolaron en la revolución burguesa están cuestionadas por la sistemática ponderación de la “seguridad” antes que las libertades y los derechos fundamentales. Desde el 2018, en los barómetros internacionales difundidos, se señalaba que la mayoría de los países tenían sus democracias debilitadas, que el valor del voto estaba devaluado, que las más importantes naciones del mundo tenían dictadores a la cabeza, mencionándose a Trump, Xi Jinping, Putin, y que la ultraderecha avanzaba ganando posiciones en diversos países. También se afirma que “la democracia sufre una crisis de credibilidad”, “el autoritarismo se muestra orgulloso” y que “la democracia está frágil y es un mal que afecta a todo el mundo”.

Además, hay una agudización de las contradicciones interimperialistas donde la bipolaridad entre Estados Unidos y China se desarrolla, configurando la antesala de la III Guerra Mundial para conquistar la hegemonía y en función de nuevo reparto del mundo para mantener e imponer la explotación y opresión de todos los pueblos, plan siniestro que desenmascaramos y combatimos con indignación comunista. Esta expresión de la crisis política mundial se profundiza en el actual momento de pandemia con nuevas manifestaciones de contienda por el control de mercados, de zonas de influencia e incluso contienda por el control del tratamiento del COVID-19.

En lo ideológico. En el neoliberalismo se pregonó, como ideología que lo sustenta, el individualismo en contra del espíritu del común, pero esa búsqueda de beneficios individuales no ha servido para la consecución de la prosperidad y el bienestar social, al contrario “ha contribuido a crear el déficit moral”, develándose también la crisis ideológica del sistema capitalista. Mas, en contraparte, vemos que en la actual crisis sanitaria, ante el colapso de los sistemas de salud, los pueblos están defendiendo su vida y salud aplicando la solidaridad y el espíritu del común, propio de la clase y del pueblo.

Así, la crisis económica, política e ideológica del capitalismo en imperialismo y globalización confirma su crisis global y su descomposición, realidad que se mantiene pues no ha habido una revolución proletaria que destruya en definitiva el imperialismo; este subsiste cada vez más opresor y más explotador, acumulando más riquezas en cada vez menos manos y acrecentando la miseria del proletariado y el pueblo, así como arrojando a las masas a la desocupación cada vez mayor. Es decir, manteniendo la tendencia a su estancamiento y descomposición, situación de la cual pretenden salir usando los más altos desarrollos de la ciencia y tecnología creados por la humanidad, la IV revolución industrial y su más alta expresión, la inteligencia artificial, por cuyo control pugnan; por eso es certera la conclusión de: “IV Revolución industrial es nueva faceta imperialista para impulsar la producción, al mando de la inteligencia artificial” que busca resolver sus graves problemas usándola en función de sus in- tereses de clase opresora y explotadora, reajustando su mismo camino, modificando la forma pero manteniendo el mismo modo de producción, por lo que, siendo un sistema explotador, va “promoviendo la desocupación masiva de los obreros y trabajadores”. En ese sentido, una investigación del Foro Económico Mundial afirma que “para el año 2020 se habrán perdido más de cinco millones de empleos como consecuencia de los avances en la genética, la inteligencia artificial, la robótica y otros cambios tecnológicos”; en esa misma línea, una de las consultorías más prestigiosas del mundo, la McKinsey Global Institute, también afirma que “800 millones de trabajadores serán reemplazados por robots en 2030”.

Así la tendencia a una mayor desocupación se va expresando, elevando la cantidad de parados que, según la OIT, para el presente año, antes de la pandemia, llegó a 190,3 millones de desocupados, 165 millones de subempleados y 119 millones que ya habrían dejado de buscar trabajo, con lo que suma cerca de 480 millones de personas, un 13% de la fuerza laboral mundial con problemas de desocupación. Y ya en crisis sanitaria por el COVID-19, un estudio realizado por la ONU señaló que en abril, el 81% de la fuerza laboral global se encontraba con trabajo parcial o sin trabajo, es decir cerca de 3 300 millones de personas en esa condición, lo que para América Latina, según la CEPAL implicaba 44,1 millones de desocupados, 18 millones más que el año pasado.

Las crisis, al igual que ayer, golpean al proletariado y al pueblo, realidad que la ONU registra al señalar que “La pandemia mundial del coronavirus ha llevado a más de 250 millones de personas al borde de la inanición y empujará a 176 millones por debajo de esa línea de pobreza”; asimismo el BM proyecta que “71 millones de personas de todo el mundo ingresarán a pobreza extrema”, dura perspectiva de la cual nuestro continente no escapa, ya la CEPAL ha estimado que la pobreza crecerá en 45,4 millones de personas con lo que la cantidad de pobres llegaría a 230.9 millones, lo que equivale al 37,3% de la población de América Latina y el Caribe.

Mientras la desocupación, pobreza y muerte golpean al pueblo, la oligarquía financiera y las grandes burguesías en plena pandemia nunca dejaron de acumular ganancias. Según Oxfam, “al menos 73 de los multimillonarios que existen en América Latina y el Caribe han incrementado sus fortunas en un total de 48 200 millones de dólares entre marzo y junio”, dinero que “equivale a un tercio del total de recursos previstos en paquetes de estímulos económicos adoptados por todos los países de la región para auxiliar a los más pobres”.

Así tenemos entonces un sistema capitalista en imperialismo y globalización que, cualesquiera sean las condiciones, genera por un lado: desocupación, hambre, miseria y muerte de la clase y el pueblo, y por otra: insultante riqueza en un puñado de explotadores; ese es el modo de producción capitalista que requiere ser hundido en definitiva por la revolución socialista, para que no se siga prolongando la explotación y opresión, por eso una vez más nos reafirmamos en lo definido por el Presidente Mao Tse Tung:

“La clase y los pueblos del mundo nada pueden esperar del imperialismo”.

Y en la correcta conclusión:

“El imperialismo es la más grande explotación y opresión que ha visto y verá la tierra. ¡Sin destruirlo no habrá comunismo!”.

La aplicación de 30 años de capitalismo neoliberal, con sus privatizaciones masivas, muestran al imperialismo opresor, explotador y depredador de las fuerzas productivas y de la naturaleza, contra el cual, especialmente el 2019, se han expresado luchas masivas, extensas y violentas, como expresión de rechazo a la creciente desocupación, precarización del empleo, negación de los derechos laborales, negación de servicios básicos como la salud, vivienda y educación convertidos en mercancías, negación de la jubilación y la vil corrupción de los explotadores.

Así, la lucha del proletariado y del pueblo se sigue dando, en las circunstancias actuales no ha podido ser frenada con las medidas que restringen garantías y derechos fundamentales, ni con las militarizaciones que se dan. Sigue luchando en defensa de su vida, de su salud, contra el hambre y la explotación, por sus derechos laborales, por libertades democráticas, contra la criminalización de sus protestas y la creciente reaccionarización de los Estados. En suma, luchas de los pueblos del mundo contra la opresión y explotación del imperialismo que configuran la contradicción masas-imperialismo (sustentada en su expresión masas- opresión y explotación capitalista, lucha de masas), que requieren de la decisiva dirección del proletariado a través de sus partidos comunistas guiados por la ideología del proletariado, el marxismo-leninismo-maoísmo, para hacer frente a la nueva guerra de rapiña que preparan los imperialistas, que requieren desarrollar su conciencia política y principalmente superar la limitación de la carencia de partidos comunistas que les den rumbo socialista, por lo que, superar dicha limitación se convierte en la tarea de los comunistas y del proletariado hoy, para que los partidos comunistas cumplan con hacer la revolución enarbolando, defendiendo y aplicando el marxismo-leninismo-maoísmo para concretar las revoluciones socialistas, real solución a sus problemas, para marchar hacia el comunismo, meta inclaudicable de la humanidad.

En nuestro país, tras la ya detectada crisis generalizada, sobrevino la aparición de la pandemia por el COVID-19, atizando la crisis política y profundizando la crisis económica y social.

Los que mandan y explotan en nuestro país se siguen desenvolviendo en colusión y pugna, se coluden en defensa del sistema capitalista opresor y explotador y pugnan por sus intereses particulares y de grupo, pugnan por sus intereses económicos y sus ganancias. La reciente agudización de las contiendas entre el Congreso y Ejecutivo, que puso en cuestión la permanencia de Martín Vizcarra en la Presidencia de la República, es una clara expresión de la crisis política que les aqueja, las que amenguan y afloran periódicamente en medio de componendas; en esta reciente pelea, lo real es que han sido las Fuerzas Armadas quienes decidieron el resultado, expresando su real papel de fuerza tutelar del Estado o de “ser el gran elector”, confirmándose una vez más que se trata de una “farsa de democracia” donde los votos no valen nada, pues las elecciones la deciden los maletines o mochilas con dólares o “el gran elector”, según sean las circunstancias.

La reciente agudización de sus pugnas, una vez más se ha dado a espaldas del pueblo que sigue relegado de sus necesidades elementales y expuesto al hambre, a la falta de atención médica y medicinas u oxígeno para hacer frente al Covid-19, a la carencia de vivienda, trabajo y educación, pues el sistema capitalista y su marco jurídico constitucional le niega dichos derechos, mientras permite la acumulación de ganancia de los monopolios farmacéuticos, de las clínicas o la usura de los banqueros y todo a costa de la vida y salud del proletariado y pueblo peruanos.

La crisis política como reflejo de la descomposición del sistema vigente ha estado expuesta a los ojos del pueblo; ahora hay más que ven lo que no querían ver y, si la reciente agudización de sus pugnas ha dado paso a la colusión, lo concreto es que estando en proceso electoral se volverá a expresar la pugna, pues está en juego el control del Estado, lucha en donde todo vale, tal como ya se está viendo.

En lo económico, la desaceleración se convirtió en recesión, profundizándose la crisis económica, el PBI en el primer semestre se desplomó en 17,37% según el INEI y se estima que el resultado del presente año fluctuará entre -12% a -13%, es decir, terminaremos el año con recesión, siendo la perspectiva económica muy compleja, más si siguen careciendo de un necesario largo plan económico porque las clases dominantes han sido incapaces de formularlo.

Como toda crisis, esta también afecta principalmente al pueblo, pues la gran burguesía descarga los efectos de la crisis sobre los hombros del proletariado y pueblo, negando y restringiendo sus derechos laborales, en el Plan de Productividad y Competitividad y los posteriores Decretos de Urgencia que lo complementan, con los que se busca barrer derechos que el pueblo ha conquistado en el proceso de 100 años de lucha. Se arroja a los trabajadores a la desocupación, así tenemos, según el INEI “que, durante el segundo trimestre de 2020, 6.720.000 peruanos quedaron sin empleo” y a decir de la Cámara de Comercio de Santiago, “el Perú con 39% de empleos perdidos durante la crisis sanitaria, es el país que más empleo ha perdido en América Latina”.

Que la crisis golpea al pueblo peruano también lo podemos ver en los niveles de pobreza; según el BM, en nuestro país esta alcanzaba al 20.5% de la población; recientes estudios señalan que la pobreza subirá a 30%, su nivel más alto en 10 años, lo que significa que 3 millones de peruanos se volverán pobres.

La crisis en lo social también es evidente; a las graves manifestaciones de corrupción en las más altas esferas del Estado, donde recientemente se ha sumado el Presidente Martín Vizcarra, tenemos que agregar, el hambre y la muerte de decenas de miles de hijos del pueblo por falta de atención a sus necesidades básicas y por un sistema de salud colapsado a causa del abandono del Estado; la mortandad generada por este inicuo sistema opresor y explotador, no ha pasado desapercibida en el exterior, de ahí que el diario alemán Die Welt , en uno de sus artículos, llama al Perú como “El país más mortal del mundo en la pandemia del coronavirus”.

Pero el proletariado y el pueblo peruano no cejan en su lucha y superando las restricciones y medidas reaccionarias se expresan en lucha por defensa de su vida, de su salud, de sus derechos laborales, por derecho al trabajo, por derecho a la educación y contra la privatización, por el respeto de sus derechos políticos y contra la criminalización de las luchas populares, luchas que van reflejando la contradicción masas - opresión y explotación capitalista.

Dentro de este marco de lucha de clases internacional y nacional es que llegamos al 92 aniversario de nuestro Partido, el PCP, fecha en que reiteramos el compromiso de persistir sin claudicar en la brega por la II Reconstitución de nuestro Partido, para que, con la guía del marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo, cumpla su misión histórica de hacer la revolución socialista en el Perú rumbo al comunismo, única solución real a los problemas del proletariado y del pueblo, asumiendo que ¡La tarea de los partidos comunistas es hacer la revolución! Y en este fragor, servir también al desarrollo del internacionalismo proletario.

En este aniversario saludamos con profunda convicción comunista al Presidente Gonzalo, nuestra jefatura, grandioso ejemplo de comunista maoísta hasta el fin, reafirmándonos en seguir su luminoso sendero, en defender su salud y vida y en persistir en la lucha por su libertad y de la de todos los dirigentes históricos del PCP, persistiendo además en la lucha por ¡Solución Política, Amnistía General y Reconciliación Nacional!

7 de octubre de 2020

Comité Central
Partido Comunista del Perú