CASTIGO PARA LOS ASESINOS DEL ESTADO QUE MATARON A LA UP
34 años después, el periodista Alberto Donadío -no la Fiscalía ni la justicia- develó, tras una rigurosa investigación al responsable principal del exterminio físico de la Unión Patriótica: el Estado colombiano. Los responsables directos del genocidio de la UP, movimiento político que surgiera de un acuerdo de paz, fueron el presidente Virgilio Barco, Rafi Eitan del Mossad israelí y el general Rafael Zamudio Molina.
Más de 5.000 dirigentes y militantes de la UP fueron asesinados por una banda de matarifes conformada por el presidente de la República, agentes del Mossad, el ejército y los paramilitares. Ellos descabezaron, utilizando al Estado, a toda una generación de revolucionarios. El general Zamudio, rechazando las razonables preocupaciones del Consejero de Paz Carlos Ossa, le respondió afirmando que, “a ese ritmo no van a acabar nunca». Y mataron más que Pinochet, el dictador chileno que mató a 3.000. Por esos muertos, por nuestros muertos de la UP, pedimos justicia.
Lo que sucedió con la UP, se está repitiendo hoy con el presidente Iván Duque, quien se encoge de hombros ante las masacres de líderes sociales y de excombatientes firmantes de la paz que no cesa y que ya suman más de mil. Esa actitud se parece mucho a la de su padre, que guardando un silencio cómplice financió desde Ecopetrol a esa hiena israelí, Rafi Eitan. Los colombianos, debemos tener siempre presente que, el jefe político de Duque, Álvaro Uribe Vélez, es el asesino más despiadado y cruel que ha azotado a Colombia en los últimos tiempos. Ese hombre no tuvo ninguna compasión al lanzar sus hordas paramilitares a asesinar a decenas de miles de campesinos indefensos, y al quitarles la vida a 10 mil jóvenes con falsos positivos. Hemos tenido los peores y más sanguinarios presidentes de toda América.
No más presidentes asesinos en el Palacio de Nariño. No más despojadores violentos de tierra y enemigos de la concordia. Tenemos que llegar a un gran acuerdo político nacional para establecer con urgencia un Nuevo Gobierno de coalición democrática, defensor de la vida y los derechos humanos, un gobierno que siente las bases de la paz completa para Colombia, con democracia, justicia social y sin traiciones.