PARA EL MINISTRO QUE ES MILITAR DESDE LA INCUBADORA
Señor Ministro de la Guerra Diego Molano, asesinar niños es un acto horrendo en toda circunstancia que viola el Derecho Internacional Humanitario (DIH); este crimen tiene el agravante de haber sido perpetrado de manera premeditada y con uso desmedido de lafuerza, como son todos los bombardeos.
Estas bárbaras operaciones de Guerra son indefendibles y cuando las pretenden justificar aumenta el repudio que suscitan, agravado por su argumento de que esos niños eran “Máquinas de Guerra”, por lo que usted consideró lícito matarlos; así mismo, inventar razones para justificar este bombardeo del pasado 2 de marzo, confirma aún más su carácter guerrerista como Ministro y conductor de las Fuerzas Armadas (FFAA) estatales.
Ministro solo se necesita un poco de sensatez para darle la razón a la madre de una de las víctimas, cuando le dijo a los medios de comunicación que los niños humildes de esa región no tienen oportunidad de estudiar, ni de vivir dignamente debido al total abandono que los tiene sometido el Estado,al que usted sirve y defiende; entonces, ¿dónde quedan las obligaciones de su Estado que pretende resolver todo a bala?
La realidad del departamento del Guaviare es igual al resto de vastas regiones colombianas abandonados a su suerte por un Estado para quien los pobres solo son mano de obra barata para engordar los bolsillos de la oligarquía que rige los destinos del país, resguardadas por unas FFAA sin amor de Patria y sin sensibilidad humana, que ve en los humildes a sus enemigos por el hecho de sublevarse ante la desidia y el abandono centenarios.
Las posturas ideológicas como la suya que van en contra de la sensibilidad humana, es propia de quienes desde cómodas oficinas en Bogotá agudizan el doloroso conflicto que padece la Colombia de las mayorías, para que las clases dominantes sostenidas por la boca de los cañones de las FFAA se sigan lucrando con la entrega del país a los capitales foráneos, mientras incrementan la Guerra como manera deshumanizante de perpetuarse en el poder.
Las guerrillas revolucionarias en todo el mundo hemos surgido como fruto de realidades económicas, políticas y sociales, que tratar de ocultarlas es pretender ‘tapar el sol con las manos’, conflicto interno que ahoga a Colombia en sangre desde 1946 cuando la oligarquía persiguió y exterminó al movimiento político creado por Jorge Eliécer Gaitán, que remató con el magnicidio de este gran líder en abril de 1948; lo que provocó el alzamiento en armas de miles de compatriotas, disuelto por el pacto oligárquico llamado el Frente Nacional, con el que además proscribieron a los partidos distintos al Liberal y al Conservador.
Las guerrillas colombianas que nacimos en la década del 60 del siglo anterior ejercemos el derecho a la rebelión, en un país donde los dueños del poder no han permitido el derecho a ejercer la oposición política, abortando el acceso al poder de distintas fuerzas populares como la del Frente Unido en 1965, la Anapo en 1970, la Unión Patriótica, el EPL y el M-19 en los años 80, para lo cual recurre al fraude, al asesinato selectivo y al Genocidio.
Ha pasado medio siglo desde entonces y ahora esas matanzas han aumentado al ser perseguidos y asesinados hasta los más sencillos dirigentes de barrio y de vereda, por el simple derecho de organizarse en estructuras permitidas en la Constitución o por defender los Derechos Humanos y de la Madre Tierra; ¿Ministro cómo explica la matanza de guerrilleros de las FARC que se desmovilizaron luego de firmar un Acuerdo de Paz con el Estado?, los voceros oficiales las atribuyen a narcoparmilitares, pero todas las investigaciones realizadas para esclarecer la creación, desarrollo y auge del narcoparamilitarismo en Colombia demuestran que actúan de la mano de las FFAA del Estado.
Por todo lo anterior y con todo el peso de la realidad,la opinión nacional e internacional pueden concluir que es la oligarquía y sus FFAA la verdadera máquina de matar que tiene Colombia.
Antes de concluir esta Carta Abierta le aclaro que fui fundador del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en julio de 1964, cuando iba a cumplir 14 años, nadie me reclutó porque decidí incorporarme a esta lucha de manera voluntaria y consciente.