Hace 41 años surgieron las FARC en respuesta política militar del pueblo a la brutal agresión de un régimen político profundamente reaccionario, excluyente, explotador, corrupto, intolerante que asesina a la oposición revolucionaria, construido por la burguesía y los terratenientes mafiosos para garantizar sus ganancias, propiedades y privilegios de clase a costa del trabajo ajeno, la expropiación y apropiación de las riquezas del país y la indignante venta de nuestra soberanía al imperio.
Durante 41 años hemos realizado todo tipo de esfuerzos para encontrar por medio de acuerdos los caminos que conduzcan a la Paz con justicia social en Colombia. Sin embargo, la oligarquía no ha querido entender nuestras propuestas porque se está enriqueciendo con la guerra y la administración pública, y maniobra tratando de recomponer su resquebrajado poder. Ella sabe que un acuerdo serio de convivencia democrática, debe generar espacios y mecanismos de participación popular efectivos que acabarían con su manejo monopólico del poder.
Por eso sistemáticamente, ha eludido los acuerdos propuestos por la insurgencia y más bien mantiene su política Neo-Liberal, dictada por el Fondo Monetario Internacional con el compromiso de vender las empresas estatales rentables, en provecho de los intereses del sector privado nacional e internacional, beneficiario del TLC y el ALCA, mientras fortalece como nunca antes el poder represivo de sus fuerzas de seguridad en el propósito de intimidar y exterminar la oposición revolucionaria en todas sus expresiones. Con lo que inevitablemente la Oligarquía profundiza las diferencias y los odios entre hermanos.
La historia de las FARC-EP es la misma de la gente pobre del pueblo. Forzados durante 41 años los trabajadores, desempleados, campesinos, indígenas, negritudes, mujeres, jóvenes, niños y pequeños comerciantes a luchar en defensa de su vida, libertades y derechos negados por los sucesivos gobiernos del bipartidismo liberal-conservador.
Responsable de centenares de muertos, heridos, mutilaciones, huérfanos y de la histórica destrucción indiscriminada de las precarias esperanzas de subsistencia de los pobladores profundizadas por el rugir de los aviones, las explosiones de las bombas, el tableteo de fusiles y ametralladoras, que con impresionante despliegue militar, inicio el 27 de mayo de 1964 la operación MARQUETALIA, para exterminar a 48 campesinos y sus familias, que conducidos por el Comandante Guerrillero Manuel Marulanda Vélez descuajaban montañas, fundaban fincas, las cultivaban y vendían sus productos en las plazas del Tolima y del Huila. Se dieron formas y normas de convivencia que el Estado colombiano, apoyado por el Gobierno Norteamericano, denomino inaceptables "Repúblicas Independientes", dentro del mismo territorio colombiano, calificadas de peligroso experimento socialista.
Nadie en Marquetalia deseaba la confrontación militar. Fue el Estado oligárquico bajo la presión gringa quien desato la guerra e impuso la confrontación armada sumiendo a nuestro país en un inmenso campo de dolor y muertes. Se quería la utilización de la vía menos dolorosa para impulsar los cambios estructurales pero fue negada, y como somos revolucionarios que de una manera u otra tenemos que cumplir con nuestro deber nos vimos en la obligación de empuñar las armas. De allí nacen las FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA, EJERCITO DEL PUEBLO FARC-EP, que el 27 de mayo cumplen 41 años de ininterrumpido accionar político-militar por la conquista del poder, hacia la construcción de la Nueva Colombia sin explotadores ni explotados.
Desde 1964 hasta hoy somos objeto de feroces planes de guerra de aniquilamiento en los que participan decenas de miles de hombres de las fuerzas de seguridad del Estado, cada vez mejor entrenados, con decenas de aviones, helicópteros y tanquetas provistas de sofisticado armamento y novedosos sistemas de comunicaciones donados unos y otros vendidos por los gobiernos de Estados Unidos, cada uno calificado por sus ejecutores de más grande y contundente operación militar capaz de terminar con las FARC en corto tiempo. Ni los billones de pesos del presupuesto nacional, ni los miles de millones de dólares invertidos por los gringos en su guerra contra el pueblo, ni la asesoría de los instructores del asesinato, la tortura y la desaparición forzada lograrán quebrantar las sólidas convicciones revolucionarias de las mujeres y los hombres del glorioso Ejército dirigido por el Secretariado forjado en los ideales de la dignidad, en defensa de los intereses de su propio pueblo.
Se equivoca el gobierno fascista de Álvaro Uribe Vélez como sus predecesores en la ilusa pretensión de imponerle a las FARC inaceptables y humillantes leyes de las instituciones soportes de un Estado que vulnera la honra y bienes de más del 70% de los colombianos y contra el que nos alzamos en armas hace 41 años. Lejos está este gobierno de interpretar el sentir mayoritario de nuestro pueblo cuando preso por la soberbia y la ausencia de realismo político niega la existencia del creciente conflicto interno alimentado por las inequidades sociales, económicas, políticas y estructurales presentes en la vida de la población en la toda nación.
Indigna al pueblo colombiano, a sus organizaciones sociales y populares el servilismo de Uribe en maratónica competencia por extraditar la mayor cantidad de compatriotas a los Estados Unidos, en la más flagrante violación de nuestra soberanía, mientras los mercenarios gringos en Colombia gozan de inmunidad estatal para pisotear nuestra soberanía, traficar con drogas ilícitas, armar las bandas paramilitares, asesinar y violentar a nuestros conciudadanos.
Con preocupación patriótica observamos la permanente romería de encumbrados voceros del Departamento de Estado y del Pentágono, alentando la guerra entre colombianos con nuevas ofertas en dólares y en material bélico, al tiempo que recriminan al gobierno títere y a su ejército por los escasos resultados en la defensa de sus objetivos imperiales de mayor presencia y expansión en nuestra región cabalgados en el Plan Colombia o en su fase Plan Patriota, pretextando la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y la guerrilla.
De Marquetalia al 2005 Estados Unidos ha incrementado su intervención en Colombia en proporción a su ambición geopolítica y al fortalecimiento de las FARC, cuya estrategia, que contiene pueblo, se levanta como sólido factor de resistencia popular y de nuevo poder, como alternativa al gobierno corrupto, paramilitar de la oligarquía y a la abierta intervención del imperio. La presencia cada vez mayor de asesores y mercenarios yanquis, y la utilización de tecnología “made in USA” en operaciones contra insurgentes como el Plan Patriota, apuntan a mejorar el posicionamiento de las transnacionales para el asalto y la rapiña, hacia la andanada depredadora del neoliberalismo y la imposición del ALCA, con lo que pretende asegurar la colonización del continente.
Hacemos propicia la conmemoración de los 41 años, para ratificar nuestro inquebrantable compromiso de lucha revolucionaria a favor de los intereses más sentidos de la población colombiana, así como nuestra invariable política de buscar los Diálogos hacia la Paz con justicia social, utilizando las únicas formas de lucha que el Régimen oligárquico nos has impuesto, hasta conquistar el poder político para construir una sociedad sin explotadores ni explotados, donde prevalezca la justicia social, se respete nuestra soberanía y reine la armonía en las relaciones con todos los países, fundamentada en la libre autodeterminación de los pueblos.
Llamamos a la izquierda en armas y desarmada, a los trabajadores, a los desempleados, a las organizaciones sociales y populares, a los demócratas y sectores progresistas de los partidos tradicionales inconformes con la guerra del Estado, la pobreza y miseria de nuestra gente a participar activamente de la conformación de un Nuevo Gobierno, de Reconstrucción y Reconciliación, Pluralista, Patriótico y Democrático, con el propósito de impedir la reelección del cada vez más desprestigiado Álvaro Uribe Vélez, acabar con la corrupción, la politiquería, la política paramilitar del Estado, la impunidad, el nepotismo, las extradiciones, la violación de nuestra soberanía hacia el objetivo de terminar para siempre con el conflicto interno.
Ratificamos el llamado de nuestro comandante en Jefe, Manuel Marulanda Vélez, a la oficialidad superior y subalterna de las Fuerzas Armadas, para que nos encontremos en la clandestinidad y acordemos acciones que contribuyan a salvar a Colombia de la crisis para terminar la confrontación fratricida.
Estamos seguros que en Bolívar nos encontraremos todos, y que de ese encuentro germinara la Nueva Colombia ejemplo de dignidad, independencia, prosperidad y bienestar para los desposeídos y marginados.
En este 41 aniversario, reafirmamos el optimismo pleno en el triunfo, saludamos a todos los comandantes y combatientes de las FARC-EP, a los milicianos de Bolívar, a los integrantes del movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y militantes del Partido Comunista Clandestino que ondean sus rojas banderas libertarias por el cielo de la Patria.
Saludamos a nuestros camaradas injustamente extraditados a los Estados Unidos y a todos los prisioneros de guerra que junto a ellos forman el paquete de canjeables en poder del Régimen gobernante.
Rendimos un sentido homenaje a todos los combatientes farianos que han ofrendado su sangre generosa y valiente, desde Marquetalia hasta hoy, por la causa de la justicia social, la paz y la liberación definitiva. Su ejemplo es compromiso y moral empujando nuestra lucha hasta la Victoria final.
¡Vivan las FARC, Ejército del Pueblo!
¡Vivan Marquetalia y Manuel Marulanda Vélez!
¡Con Bolívar, con Manuel, con el Pueblo al poder!
Secretariado del Estado Mayor Central FARC-EP
Montañas de Colombia, mayo 25 de 2005