República mexicana, a 28 de junio de 2021

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!

El 28 de junio de 1995, en el vado de Aguas Blancas, Guerrero, se cometió la masacre contra campesinos integrantes de la Organización Campesina de la Sierra Sur (OCSS); 17 campesinos fueron arteramente asesinados y 21 heridos por la policía del estado de Guerrero, en específico por el agrupamiento motorizado. La causa por la cual fueron reprimidos fue el exigir la presentación con vida de Gilberto Romero Vázquez y fertilizante para campesinos pobres.

A 26 años del crimen de Estado la impunidad es el principal distintivo; al igual que en todas las masacres los responsables en lugar de recibir castigo por crímenes de lesa humanidad han sido ascendidos en el escalafón policíaco militar o premiados políticamente con puestos públicos. Tal es el caso de Ángel Rivero, en ese entonces secretario de gobernación en la administración priista de Figueroa, posteriormente gobernador del estado de Guerrero por el PRD cuando se cometió el crimen de Estado con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y hoy, arropado por Morena se mantiene impune.

Entre los responsables de organizar, ordenar y ejecutar los crímenes de lesa humanidad en los años priistas están los Generales Alfredo López Garnica y Luis Humberto Portillo Leal, promotores de innumerables crímenes de lesa humanidad fincados en una política de contrainsurgencia derivada de la escuela norteamericana; principales orquestadores de crímenes de Estado en Guerrero en los años noventa del siglo pasado, las innumerables desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales del pueblo organizado son de su autoría respaldada por el genocida exgobernador Rubén Figueroa Alcocer y el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León que ante la historia emergen como criminales de Estado.

La memoria histórica del pueblo no olvida que los gobiernos priistas fincaron su política represiva en la masacre y el asesinato político, Aguas Blancas, Acteal y el Charco son los crímenes de Estado más ilustrativos de la política represiva y contrainsurgente del Estado mexicano, que a pesar del discurso oficial dichos principios reaccionarios sostienen la política del actual gobierno, las masacres y demás prácticas del terrorismo de Estado son parte de la vida política del país.

La violencia de Estado contra el pueblo desde antaño descansa en el terror y odio de clase. Más de un siglo que gobierno tras gobierno se ceba contra el pueblo con la masacre, desaparición forzada, ejecución extrajudicial, tortura, prisión, asesinato político y persecución. Todos crímenes y prácticas de Estado propositivos para someter a las masas populares a la opresión política de naturaleza capitalista.

Hasta hoy no existe gobierno burgués que no haya perpetrado crímenes contra el pueblo. Gobiernos abanderados con distinta etiqueta partidista han perpetrado masacres y cometido múltiples actos de represión contra la población que se organiza, protesta, lucha o se inconforma: dos de octubre de 1968; diez de junio de 1971; Aguas Blancas, Guerrero, 1995; Acteal, Chiapas, 1997; El Charco, Guerrero 1998; Atenco, Estado de México 2006; Lázaro Cárdenas, Michoacán 2006; Oaxaca en el contexto del movimiento magisterial popular de 2006; Xoxocotla, Morelos 2008; Ayotzinapa, Guerrero 2014; Nochixtlán, Oaxaca en 2015; Arentepacua, Michoacán en 2015; la ejecución extrajudicial en la persona de Samir Flores en el 2019; masacre en San Mateo del Mar, Oaxaca, junio de 2020...

Se diga lo que se diga, el presente gobierno al igual que sus antecesores se encuentra manchado de sangre del pueblo organizado, por un lado, le da continuidad a la impunidad con el silencio y la omisión, por otro, producto de su política los crímenes contra el pueblo continúan y se mantiene en la impunidad a criminales de Estado, las más de doce mil desapariciones forzadas en la presente administración son botón de muestra.

El gobierno autonombrado de la Cuarta Transformación es mentiroso, cínico y chapucero, prometió, se comprometió y ha dicho en reiteradas ocasiones no reprimir al pueblo, no obstante, al igual que en el pasado, en todo el país se registran multitud de actos de represión y prácticas de terrorismo de Estado, casos especiales en entidades federativas donde gobierna Morena y aquellos donde el Ejército mexicano y la Guardia Nacional (GN) intervienen con diligencia federal, Chiapas, Tabasco y Veracruz son el ejemplo donde la GN actúa bajo el amparo de la ley fascista denominada Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza (LNUF).

Una verdad se confirma a diario, la dictadura de los capitalistas, al igual que en gobiernos anteriores, es sostenida por la actual junta administrativa con el puntal de los cuerpos represivos. El ejército brilla como la columna vertebral del régimen e instrumento fundamental de la violencia de Estado; la GN destaca por ser la falange castrense con la que se ejerce la represión; las fiscalías sobresalen por su labor inquisitoria contra las masas organizadas; y el Gabinete Nacional de Seguridad funge como el Estado Mayor criminal contra el pueblo organizado, instrumento subordinado a la voluntad militar y bajo el criterio de la contrainsurgencia.

Con los cuerpos policíaco militares y el paramilitarismo se han cometido a lo largo y ancho del país masacres, desplazamiento forzado, desalojos policíaco militares, despojo de tierra, ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, asesinatos políticos, tortura y represión. Paralelo a tal terror, se impone la dictadura de opinión, el burocratismo, la politiquería burguesa y el autoritarismo gubernamental.

Aguas Blancas vive en la memoria del pueblo organizado; no se puede olvidar semejante crimen de Estado, tampoco perdonar; a Aguas Blancas se le suman innumerables casos de naturaleza contrainsurgente; y, la estructura policíaco militar encargada de esparcir la violencia contrainsurgente desde esa fecha sigue intacta e impune, los hombres del régimen de antaño que organizaron y ejecutaron la contrainsurgencia hoy gozan de impunidad y continúan en las estructuras del Estado con las mismas labores contrainsurgentes, arropados con careta de hombres "intachables" son los promotores de la "cuarta transformación".

La OCSS también es parte del ejemplo de resistencia y memoria de lucha de nuestro pueblo; criminalizada y reprimida desde esas fechas hasta la actualidad, el asesinato, la desaparición forzada, la ejecución extrajudicial, encarcelamiento y persecución de muchos de sus integrantes es responsabilidad del Estado; en memoria de los masacrados a pesar del tiempo el pueblo clama justicia; viudas, huérfanos y familiares sobrevivientes debemos continuar la lucha por la justicia y el castigo a los criminales de Estado.

A pesar de tanta violencia de Estado, la voluntad de combatir del pueblo persiste, la enseñanza histórica es puntual, en la medida que todos tenemos desaparecidos, ejecutados extrajudicialmente, asesinados políticos, presos, torturados, desplazados y perseguidos por motivos políticos, debemos estar unidos para conjuntar esfuerzos contra el enemigo común: la burguesía y su Estado opresor.

¡AGUAS BLANCAS NO SE OLVIDA, ES DE LUCHA COMBATIVA!

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR

Año 57
República mexicana, a 28 de junio de 2021