Junta de Coordinación Revolucionaria: Orígenes y perspectivas

JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA: ORÍGENES Y PERSPECTIVAS
 
 Importantes experiencias iniciadas con una gran victoria: la revolución cubana, y jalonadas por dolorosas derrotas, vivió la vanguardia revolucionaria latinoamericana en la década del '60. Nuestros pueblos, vigorizados por el formidable éxito del heroico pueblo cubano, iniciaron un proceso general de auge antiimperialista y revolucionario en busca de una solución definitiva para la crítica situación económico-social, producto de la explotación imperialista. Heroicas vanguardias no vacilaron en colocarse a la cabeza de esas luchas, no vacilaron en sobrepasar las estériles concepciones reformistas, y se lanzaron decididamente por el camino de la lucha armada. Pero nuestra juventud e inmadurez, graves déficit ideológicos y clasistas, impidieron a esa vanguardia combatiente encontrar el sendero de la guerra revolucionaria. Así, extraviados en la maraña, no supimos dirigir correctamente a nuestros pueblos en la difícil tarea revolucionaria. Pero no nos desanimamos. Los supervivientes de esas luchas y, principalmente, las nuevas camadas de revolucionarios que acudieron a nuestras trincheras afirmaron su determinación a combatir y vencer, galvanizados por el ejemplo heroico de los precursores principalmente por la gloriosa epopeya del comandante Guevara, reflexionaron autocríticamente sobre las experiencias, y tomaron con avidez y seriedad el estudio de la experiencia del proletariado internacional. Así se abrió el pensamiento revolucionario latinoamericano para que se filtrara a raudales la límpida luz marxista leninista, portada principalmente por los textos de Lenin y de los revolucionarios vietnamitas.
 
 De esa manera, la continuidad del despertar revolucionario de la década del '60 cobra nuevo ímpetu y perspectivas con la maduración de su vanguardia, en el marco de una situación económico-social extremadamente crítica para el imperialismo, que sostiene sólidamente los avances revolucionarios.
 
 Tal es el marco en que nace la Junta de Coordinación Revolucionaria. A 1968 se remontan los antecedentes de la colaboración mutua entre las cuatro organizaciones que hoy integran la Junta de Coordinación Revolucionaria. Hasta noviembre de 1972, que como veremos es la fecha en que comienza a concretarse la idea de una coordinación orgánica permanente, se producen numerosos contactos bilaterales entre el ELN, el MIR, el MLN (T) y el PRT-ERP. Recordamos entre ellos la reunión entre un miembro de la dirección nacional del PRT y el Inti Peredo, en 1969 en La Paz, la serie de reuniones entre un delegado del MLN y Chato Peredo, en 1970 en La Paz, varios contactos entre compañeros del MLN y del PRT-ERP en Buenos Aires y Montevideo en 1971 y 1972, varias reuniones entre dirigentes del MIR y del PRT en Santiago de Chile desde Julio de 1971 en adelante, etc.
 
 Estos contactos, de los que surgen actividades de colaboración, permiten iniciar un conocimiento mutuo, que al tiempo que significan un valioso intercambio de experiencias, constituyen los primeros lazos entre organizaciones revolucionarias que libran una lucha similar en cuatro países sudamericanos.
 
 NOVIEMBRE DE 1972
 
 Los primeros días de noviembre de 1972, se realiza en Santiago de Chile una reunión trascendental. Participa la Comisión Política del MIR en Pleno, tres miembros de la dirección nacional del MLN (T) y tres miembros del Buró Político del PRT. Inicia la sesión Miguel Enríquez, Secretario General del MIR, y expone lúcidamente la necesidad de una nueva organización internacionalista a partir de nuestras tres organizaciones. Un "pequeño Zimmerwald" llama Enríquez a la organización que propone construir, en referencia inequívoca al antecedente leninista de 1915. Unir a la vanguardia revolucionaria que ha emprendido con decisión el camino de la lucha armada contra la dominación imperialista, por la implantación del socialismo, es un imperativo de la hora. Para abrir a los pueblos latinoamericanos el camino de la victoria en la senda emprendida por la gloriosa Revolución Cubana, frente a un enemigo bárbaro, el imperialismo yanqui, y ante la actividad diversionista del populismo y del reformismo. Miguel Enríquez argumenta con claridad examinando sintéticamente la situación latinoamericana y mundial, análisis que refuerza la urgente necesidad de coordinar las luchas revolucionarias en el cono sur de América Latina a partir de la influencia adquirida por la lucha de las tres organizaciones.
 
 La propuesta de Miguel Enríquez es aceptada unánimemente sin observaciones y en pocos minutos se pasa a discutir los pasos prácticos para concretar el objetivo propuesto. Así, son adoptadas un conjunto de resoluciones (preparación de un proyecto de declaración conjunta, preparación de un proyecto para la edición de una revista política, organización de escuelas de cuadros conjuntas, proyectos de funcionamiento, formas de funcionamiento orgánico, etc.) que abren una nueva y más profunda etapa de colaboración, durante la cual se consolidan lazos, se avanza en el conocimiento mutuo.
 
 INCORPORACIÓN DEL ELN
 
 Ya en la reunión de noviembre se informó de conversaciones sostenidas por dirigentes Tupamaros con dirigentes del ELN en las que se habló de la posibilidad de que el ELN participara en el proyecto del "pequeño Zimmerwad". Posteriormente, en conocimiento de las resoluciones de noviembre, el ELN planteó formalmente su total coincidencia y su voluntad de incorporarse a ese esfuerzo Internacionalista.
 
 A lo largo de 1973 se consolidaron los vínculos existentes, se organizó una Escuela Internacional de Cuadros con la asistencia de compañeros de las cuatro organizaciones y otras actividades comunes. Pero la crítica situación de Chile absorbió todos los esfuerzos del MIR, en esos momentos la organización en mejores condiciones para centralizar, por lo que recién se concretó la constitución del organismo conjunto acordado a fines de ese año, llegándose a un funcionamiento sistemático con una práctica de reuniones semanales y la integración de distintos equipos de tareas comunes.
 
 NACE LA JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA
 
 A principios de 1974 se prepara un proyecto de declaración conjunta que sirviera de lanzamiento público a la nueva organización internacionalista del Cono Sur Latinoamericano. Ella fue discutida por las cuatro organizaciones y aprobada con aportes y modificaciones. Se hizo conocer a Latinoamérica y al mundo en el año 1974 oficializándose así la existencia de la Junta de Coordinación Revolucionaria.
 
 Esta importante declaración fue traducida a varios idiomas y circuló profusamente. Fue reproducida por distintas revistas de izquierda en Argentina, Francia, Italia, EE.UU., Suecia y RFA. En ella se define claramente el carácter y los objetivos de la JCR al señalar que "nos une la comprensión de que no hay otra estrategia viable en América Latina que la estrategia de la guerra revolucionaria. Que esa guerra revolucionaria es un completo proceso de luchas de masas, armado y no armado, pacífico y violento, donde todas las formas de luchas se desarrollan armónicamente convergiendo en torno al eje de la lucha armada. Que para el desarrollo victorioso de todo el proceso de guerra revolucionaria es necesario movilizar a todo el pueblo bajo la dirección del proletariado revolucionario. Que la dirección proletaria de la guerra revolucionaria se ejercita por un partido de combate marxista-leninista, de carácter proletario, capaz de centralizar y dirigir, uniendo en un solo y potente haz todos los aspectos de la lucha popular, garantizando una dirección estratégica justa... que bajo la dirección del partido proletario es necesario estructurar un poderoso ejército Popular... Que es necesario construir asimismo un poderoso frente obrero y Popular de masas que movilice a todo el pueblo progresista y revolucionario... a las más amplias masas cuya lucha corre paralela, convergiendo a cada momento y estratégicamente con el accionar militar del Ejército Popular y el accionar político clandestino del partido proletario". "Este importante paso es la concepción de Una de las principales ideas estratégicas del Comandante Che Guevara, héroe, símbolo Y precursor de la revolución socialista continental". Desde ese momento el funcionamiento orgánico de la JCR no ha dejado de consolidarse y poco a poco comienza a hacerse presente en los acontecimientos internacionales.
 
 PERSPECTIVAS
 
 La unidad internacionalista de la vanguardia latinoamericana, razón de ser de la JCR, es un elemento estratégico de la lucha liberacionista de los pueblos de nuestro continente, que con la agudización del proceso revolucionario cobrará más y más importancia. Así lo ven distintas organizaciones hermanas del Perú, Venezuela, Guatemala, Brasil, Paraguay, México, Colombia, Nicaragua, Santo Domingo y El Salvador, con las que hemos establecido relaciones con propósitos unitarios.
 
 El poderoso auge popular que acompañará en los próximos años la crisis mundial del capitalismo favorecerá el desarrollo de la JCR y su lucha internacionalista y la encontrará en las primeras filas del combate revolucionario, siguiendo con honor el luminoso ejemplo guevarista.
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 "Che Guevara", Nº 2. Revista de la Junta de Coordinación Revolucionaria (Febrero de 1975), pp. 3-4.