Iván Duque es uno de los peores gobernantes que ha existido en la historia de Colombia, servil a los gringos, autoritario y corrupto, es el prototipo del gobernante colocado por narcotraficantes de la estirpe del Ñeñe Hernández.
Fue un Gobierno negado para la paz, prefirió apostarle a la Guerra, se negó a darle continuidad al Proceso de Paz con el ELN e incumplió los Protocolos de Retorno de la Delegación, que son Acuerdos Internacionales firmados en presencia de cinco Gobiernos Garantes, se negó a escuchar los clamores de la sociedad expresados en las grandes movilizaciones que duraron meses y alcanzaron dimensiones nacionales; Duque no atendió y siguió campante como si nada, sólo se ocupó de perseguir, asesinar y judicializar a jóvenes y luchadores sociales.
Por estas razones el ELN realizó el Paro Armado de 72 horas, entre el 23 y el 26 de febrero, como parte de la despedida al mal Gobierno de Duque, con una cantidad considerable de acciones que cubrieron más de 17 departamentos afectando de manera sensible la movilidad en el país, para recordarles a los gobernantes actuales y futuros que el Conflicto Armado sigue vivo y que no es ninguna solución querer negarlo con palabras, en la realidad seguirá existiendo; no empleamos la totalidad de nuestra fuerza militar pero la prepararemos para emplearla a fondo, tanto para la búsqueda de la paz como para continuar la lucha y la resistencia.
El ELN no interferirá ni se involucrará en el proceso electoral del 13 de marzo, por tal razón ha orientado a toda su fuerza realizar un Cese el Fuego entre el 10 y el 15 de marzo, como un gesto al país y que las elecciones se realicen en normalidad.
El ELN es una fuerza que no está amarrada a las leyes de estos Gobiernos y en confrontación contra sus instituciones, por tanto no orienta votar por nadie.
Recordamos que no somos una fuerza electoral, sino insurgente y en diversos momentos hemos realizado acciones de sabotaje contra las elecciones, pero cuando los Gobiernos no escuchan y no valoran los Cese el Fuego unilaterales que hacemos; así como tampoco benefician a los colombianos, dichos gestos resultan inoficiosos, por tanto, hay que replantearlos.
Estamos ante una oleada de paramilitarismo, de viejo y nuevo tipo; el Clan del Golfo tomado por los desmovilizados de las Farc, salta de una región a otra de la mano de la Policía y las Fuerzas Militares; igual se siguen extendiendo y surgiendo grupos con nombre sugestivos como los «puntilludos», las «Aguilas Negras» siempre escondiendo su rostro y evitando mostrar sus verdaderas insignias, que son las del Ejército colombiano, sacan sus garras cuando no tienen un grupo a la mano que les sea funcional; ahora proliferan los grupos y bandas que se hacen pasar por presuntos «Frentes» desmovilizados para disputarse territorios e imponerse a la fuerza sin respetar las comunidades.
Los asesinatos sistemáticos de líderes y lideresas sociales son el pan de cada día, los números crecientes de masacres son sólo cifras y este Gobierno no hace nada, igual las instituciones y organizaciones humanitarias que han perdido la autoridad y capacidad de ser la barrera protectora de las víctimas, ni el Congreso ni el Ejecutivo hacen nada, menos la Justicia y la Fiscalía; estamos frente a un Gobierno Genocida que usa el asesinato sistemático como arma para producir terror y frenar las crecientes protestas contra los malos Gobiernos.
Si la actual realidad no cambia la lucha social será como en todos los tiempos de Gobiernos sordos, la levadura para la insurgencia armada; es el reto para los nuevos gobernantes, o se continúa por el Genocidio, el autoritarismo y la ausencia de soluciones a la población, o se retoma el camino de la Democracia y los Procesos de Paz, pues de lo contrario no queda otro camino que la movilización social y la insurgencia armada para buscar soluciones por décadas negadas.
Convocamos a los colombianos a trabajar por la unidad del campo popular para continuar la lucha hacia un Nuevo Gobierno de Nación, paz y equidad.